Contenido
- 1) No vigilar las presiones
- 2) Subir bordillos o rozarlos al aparcar
- 3) Conducir de forma agresiva
- 4) Pasar a toda velocidad por badenes y resaltos
- 5) Ignorar vibraciones y desgastes irregulares: equilibrado y alineado
- 6) No rotar tus neumáticos/a>
- 7) No almacenar correctamente tus neumáticos de invierno
Los neumáticos son uno de los componentes de coste más importantes de un coche, si hablamos de elementos de desgaste. Al contrario que el embrague o amortiguadores, los neumáticos deben reemplazarse con frecuencia, y según el coche que tengas, su sustitución puede costar un buen pico: con neumáticos deportivos, la pieza puede superar los 200 euros. Es importante cuidarlos, y hay malas costumbres que acortan su vida y ponen en peligro tu seguridad, además de tu cartera. Son lo único que une tu coche a la carretera.
1) No vigilar las presiones
Cae de cajón, pero mucha gente ignora durante meses las presiones de los neumáticos de su vehículo. Una buena regla es revisarlas cada dos semanas, aprovecha un repostaje y compruébalas en la estación de servicio. El problema más habitual es el subinflado – los neumáticos están deshinchados. Nuestro coche consumirá más combustible (gastará hasta un 20% más), será menos estable, y se producirá un desgaste irregular de los neumáticos: los extremos de la banda de rodadura se desgastarán más rápido.
Imagen: Talleres Salinas
Cuando vayas a inflar los neumáticos tampoco te pases: si los hinchas de más el neumático se gastará más por la zona central de la banda de rodadura, propiciando su sustitución anticipada. La presión debe ser la correcta, ni más ni menos. Todos los coches indican la presión necesaria de sus ruedas en el vano de sus puertas o en la parte trasera de la tapa del depósito de combustible. Y si no está ahí, estará en el manual del coche. Por último recuerda que la presión de los neumáticos debe variar con la carga del coche.
Si vas a llevar a muchos pasajeros, mucha carga o un remolque, tendrás que inflar más las ruedas traseras. Sí, es normal que incluso las tengas que llevar por encima de los 3 bares de presión. Recuerda volver a desinflar las ruedas una vez la carga vuelva a ser la habitual. También es recomendable revisar la presión de tus neumáticos tras un viaje muy largo, conducción a alta velocidad o una conducción agresiva. No seas de los que les revisan la presión de los neumáticos cuando toca hacer el cambio de aceite.
2) Subir bordillos o rozarlos al aparcar
Si rozas tus neumáticos con el bordillo – al aparcar, por ejemplo – puedes desgarrar el flanco. Un neumático desgarrado o golpeado puede desarrollar bultos, además de tener su integridad estructural comprometida. Debe ser sustituido lo antes posible. En la medida de lo posible evitar subir bordillos – corres el mismo peligro – y si tienes que hacerlo forzosamente, súbelos donde tengan la menor altura posible, y a la menor velocidad posible. Cuanto menor sea el perfil de tus neumáticos, más riesgo tienes de dañarlos con un bordillos.
3) Conducir de forma agresiva
Una conducción agresiva no es buena para tus neumáticos. Dar acelerones, frenazos y tomar curvas buscando el límite del agarre pone mucho estrés en tus neumáticos y hace que se desgasten mucho más rápido. A todos nos gusta darnos alegrías al volante de vez en cuando, pero sé lo más suave que puedas durante el día a día y tus neumáticos durarán más. Si tu coche es potente o tiene un par motor elevado – un compacto diésel, sin ir más lejos – los neumáticos serán más propensos a un desgaste prematuro.
4) Pasar a toda velocidad por badenes y resaltos
Cae de cajón, ¿verdad? Aún así, estoy cansado de ver a diario coches pasando a toda velocidad por encima de los resaltos y guardias tumbados. Debes pasar lo más despacio posible – o a baja velocidad – por encima, especialmente en el caso de los guardias tumbados más estrechos. Si pasas rápido acortas la vida útil de los neumáticos: pueden desarrollar un bollo y/o puedes cargarte la alineación del coche. Con una alineación incorrecta, se producirá un desgaste irregular del neumático. Y de nuevo, tocará cambiar la rueda.
5) Ignorar vibraciones y desgastes irregulares: equilibrado y alineado
Notas que tu dirección comienza a vibrar a cierta velocidad, de forma notable o incluso molesta. Posiblemente el equilibrado de alguno de los neumáticos se haya estropeado, o incluso hayamos alterado la alineación. El estado de nuestras carreteras propicia este problema de forma cada vez más habitual. He perdido la cuenta de la cantidad de alcantarillas hundidas que tenemos en nuestras ciudades. Sea cual sea el motivo, debes llevar el coche al taller de neumáticos o a tu taller de confianza a revisar equilibrado y alineación.
El equilibrado se hace sobre la propia rueda, colocando unos pesos pequeños que compensan las pequeñas irregularidades de peso y superficie del neumático y/o llanta. Con el equilibrado se consigue que la rodadura sea uniforme, sin vibraciones. La alineación – también llamada paralelo – de dirección y suspensiones es necesaria para que el coche ruede correctamente: si notas que el coche se va hacia un lado con el volante recto, tu alineación es incorrecta. Un simple bordillazo puede alterar la alineación.
Si notas vibraciones extrañas en dirección o suspensiones es conveniente revisar el problema, puede ser de nuevo un problema de alineación. Nuestro coche nos da pistas que hay que escuchar. Estoy cansado de ver como muchas personas ignoran los avisos que su coche les va dando, sólo actuando cuando se ha producido la avería. Un síntoma y efecto de una alineación incorrecta es un desgaste incorrecto de los neumáticos, por ejemplo sólo en su interior o sólo en su exterior. De nuevo: escucha y siente a tu coche. Por favor.
6) No rotar tus neumáticos
Cada 10.000 km o 15.000 km es conveniente rotar los neumáticos. Puede ser antes si el uso que reciben es muy intenso. Esta rotación asegurará un desgaste regular de los neumáticos. Evitarás que un eje – el eje motriz – esté notablemente más desgastado que otro, con los evidentes perjuicios dinámicos que esto causa. La rotación es diferente en función de las ruedas motrices del vehículo y también es diferente si el coche tiene neumáticos con una banda de rodadura direccional.
7) No almacenar correctamente tus neumáticos de invierno
Si tienes neumáticos de invierno – bien hecho – debes almacenarlos correctamente cuando llegue la primavera. No deben estar en contacto con fuentes de calor, con un suelo manchado de aceite o que se vaya a mojar. El aceite, la humedad y otras sustancias presentes en el suelo de un garaje pueden dañar los neumáticos que estén en contacto con el suelo. Los neumáticos se deben almacenar inflados y en posición vertical si están montados sobre la llanta. Si están sueltos puedes apilarlos, pero debes invertir su orden una vez al mes.
No seas perezoso y haz caso de estos consejos. Tu seguridad y tu cartera saldrán beneficiados.