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Cinco elementos que desaparecerán de tu coche en cinco años

Los coches sufren un constante proceso de evolución. Son productos tecnológicos con ciclos de vida cada vez más cortos, y durante los últimos años se ha acelerado su evolución tecnológica de forma exponencial. Martin Winterkorn – CEO de Volkswagen – que en 2020 sus coches serán smartphones con ruedas: por desgracia no es una conjetura mía, es la realidad. Esto significa que hay equipamiento de un coche que damos por hecho y que en cinco años posiblemente se haya extinguido. Estos 5 elementos desaparecerán de tu coche en 5 años.

1) Bombillas halógenas

No se te volverán a fundir los halógenos, pero si se estropea un LED, tocará cambiar el faro entero.

La evolución de la iluminación LED es aplastante. Hace cinco años apenas algunos coches de gama alta tenían LEDs en sus faros traseros, aunque ya se hubiesen extendido por los habitáculos del coche. Hoy en día ya hay muchos coches cuya iluminación de cruce son LEDs de alta potencia, y no hablo sólo de coches de gama alta: el SEAT Toledo los tiene en opción, sin ir más lejos. El coste de los faros LED es bajo, los diodos tienen una vida útil similar a la del coche y además consumen mucha menos energía.

En un mundo en el que los coches eléctricos e híbridos comienzan a dominar las novedades de mercado, es imperante reducir el consumo eléctrico de a bordo, especialmente con la carga extra que suponen la enorme cantidad de sistemas de asistencia avanzada a la conducción e infoentretenimiento. Posiblemente dentro de cinco años ni siquiera los utilitarios baratos tengan luces halógenas. Así que di adiós a tener cambiar bombillas cada dos años y a meter la mano en lugares imposibles para hacerlo. Menos mal.

2) Instrumentación analógica

Una pantalla muy versátil que mejora nuestra seguridad: apenas tendremos que apartar la vista de la carretera.

¿Habéis visto el nuevo Audi A4? ¿Y el nuevo Jaguar F-PACE? ¿Y la Clase S de Mercedes? Lo que tienen en común es que han sustituido la tradicional instrumentación analógica por una pantalla TFT en la que muestran la misma información. Ofrece muchas más posibilidades a los fabricantes, y permite integrar de forma soberbia el navegador o el sistema de infoentretenimiento, sin descuidar toda la información del estado del coche. Un coche es pura electrónica hoy en día y el coste de estas grandes pantallas es cada vez menor.

Los actuales relojes analógicos responden a los impulsos electrónicos de la centralita del coche, ya no están conectados físicamente al motor o las ruedas. Ni siquiera el acelerador está ya conectado al motor mediante un cable. Es cuestión de tiempo que más fabricantes comiencen a equipar estas versátiles pantallas, que controlaremos desde el volante o por voz. La evolución tecnológica en el automóvil es imparable, y pronto se extenderán a vehículos generalistas, no sólo a los premium.

3) Un freno de mano convencional

Se acabó aquello de «tirar de gancho» o las maniobras dignas del WRC.

Otro elemento que damos por hecho en un coche moderno es un freno de mano convencional. Esa palanca de la que tiramos para dejar el coche anclado en su lugar. De nuevo hay una conexión física entre la palanca y los frenos traseros, pero cada vez menos coches montan frenos de mano convencionales. Se han reemplazado por un freno de mano eléctrico, un simple botón que presionamos para bloquear o desbloquear los frenos y comenzar a movernos. En muchos casos es automático: se activa al apagar el motor y se desactiva si vamos a movernos.

¿Dónde está el freno de mano en este Opel Astra?

Nada tiene ver con la función de «autohold», el asistente de ayuda al arranque en pendiente, ya que funciona con el freno de servicio, tanto en coches manuales como automáticos. Al final, la desaparición de los frenos de mano convencionales es una cuestión de estética y aprovechamiento del espacio. Un freno de mano convencional ocupa espacio que podría usarse para objetos personales u otros sistemas. Todo ello sin contar con el factor estilístico, un factor clave en el diseño de un habitáculo de un coche.

4) Las llaves del coche

Sólo los coches más básicos requieren el arranque por llave, muchos ya arrancan por botón.

Probamos coches habitualmente, y cada vez menos coches tienen un bombín, una cerradura en la que metemos la llave para arrancar el motor. De abrir las puertas con llave ni hablamos hace décadas. Muchos coches ya permiten el arranque si detectan la presencia del transpondedor del mando en su interior. Las puertas de los coches se abren sin que tengamos que pulsar el mando a distancia y muchos coches siquiera poseen cerraduras a la vista: tienen una cerradura de emergencia oculta si el coche tuviese un fallo eléctrico de algún tipo.

Fijaos en el caso del nuevo Jaguar F-PACE. Tiene una pulsera que podemos usar para abrir el coche cuando dejamos las llaves en su interior. Y en el futuro os aseguro que terminaremos abriendo los coches con un smartphone mediante un protocolo de transmisión inalámbrica. Sigo pensando que abrir una cerradura con llave no lleva tanto tiempo y terminará siendo más seguro – en EE.UU. apenas roban coches con cambio manual – que abrir los coches sin que intervengan dispositivos físicos. Pero quizá soy el único que lo piensa.

5) Rueda de repuesto

Por desgracia, es un elemento que echaremos de menos en el momento que tengamos un pinchazo fuerte o un reventón. En busca de aligerar los coches o ganar espacio de carga muchos fabricantes se han olvidado de las ruedas de repuesto, incluso de las de tipo «galleta». Se han reemplazado por kits antipinchazo que en muchas situaciones de poco servirán, y tendremos que llamar a la asistencia en carretera del seguro para que nos lleve a un taller. Con lo fácil que sería cambiar una rueda y continuar el viaje sin sobresaltos.

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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