Hasta que la actual normativa Euro6 ha entrado en vigor, la EPA – agencia de protección del medio ambiente – estadounidense poseía límites de emisiones más estrictos que los europeos en cuanto a emisión de partículas en suspensión y óxidos de nitrógeno. Esta importante barrera de acceso para los coches diésel no impidió a Volkswagen ofrecer vehículos con motores 2.0 TDI que cumplían estos preceptos anticontaminación. La EPA ha dictaminado que Volkswagen falseó dichos test. Esto afecta potencialmente a casi 500.000 coches.
Lo que ocurre es que la EPA ha descubierto que 482.000 vehículos Clean Diesel equipados con motor 2.0 TDI de 140 CV – especialmente Golf y Jetta vendidos entre 2009 y 2015 – llevan instalado un software en la centralita que detecta si el coche estaba siendo sometido a un ciclo de pruebas de la EPA. Este dispositivo – llamado «defeat device» – modifica los parámetros de combustión si detecta que está siendo sometido a pruebas (no se conocen los detalles), llevando sus emisiones de partículas y gases nocivos al nivel deseado.
En conducción por carretera, se ha descubierto que sus emisiones de óxidos de nitrógenos son 40 veces superiores a las permitidas en el ciclo de homologación. El uso de dispositivos que varían la combustión mediante software es ilegal, y todos los coches vendidos en EE.UU. bajo el Clean Air Act deben tener un certificado en el que se expresa la ausencia de este tipo de certificados. A sabiendas de ello, Volkswagen habría igualmente instalado este software en sus coches. ¿Qué va a ocurrir ahora? Multas o llamadas a revisión. O ambas.
La multa por coche vendido por cada una de estas violaciones es de nada menos que 35.500 dólares. En 482.000 coches, el monto total asciende a miles y miles de millones de dólares. No está claro que va a suceder a continuación. Posiblemente se deba llamar a revisión a estos coches e instalar sistemas adicionales de anti-contaminación, o quizá deba modificarse su software. El precio de la multa es tan alto que dudo que siquiera Volkswagen como multinacional pudiera afrontarlo.
Curiosamente, lo que no es tan conocido, es que la propia EPA estadounidense está en contra de la modificación del software de gestión electrónica de los coches por terceros. Y han sido investigadores independientes los que realizando ingeniería inversa han descubierto el algoritmo que causaba estas altas emisiones de óxido de nitrógeno. El argumento de la EPA es que terceros podrían modificar el software para alterar prestaciones y emisiones de los coches, revirtiendo los avances logrados por las normativas anticontaminación.
La agencia de copyright estadounidense ha propuesto severas medidas que blindarían las ECU de los coches ante modificaciones por parte de los usuarios o de terceros – como por ejemplo preparadores – bajo el Digital Millennium Copyright Act (DCMA). Unas medidas con las que la EPA está de acuerdo. Bajo el DMCA, siquiera habría sido posible descubrir este problema. A veces no se legisla pensando en todas las implicaciones existentes. Veremos como se continúa desarrollando este caso…
Fuente: Motor Trend
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