Como seguramente ya sabéis, Volkswagen ha hecho trampas en las pruebas de emisiones estadounidenses. Sus coches equipados con motores 2.0 TDI equipan un software que detecta que el vehículo está siendo sometido a un test anticontaminación. Modifica los parámetros de combustión para pasar sin problemas las pruebas, pero en circulación por carretera, sus emisiones de óxidos de nitrógeno son hasta 40 veces superiores a las permitidas. La investigación prosigue, y Volkswagen tiene por el momento prohibido vender este motor en EE.UU.
482.000 coches están afectados, modelos matriculados entre 2009 y 2015 de Volkswagen Golf, SportWagen (el Golf familiar), Jetta, Passat y Beetle, además de unos pocos Audi A3. Todos ellos están equipados con el conocido motor 2.0 TDI de 140 CV. Volkswagen se enfrenta a multa máxima de 37.500 dólares por coche, y a un máximo de 18.000 millones de dólares de multa. Pero muy posiblemente no lleguen a pagar dicha multa. ¿Qué tiene la EPA en mente por el momento? ¿Cuál es la postura oficial de Volkswagen al respecto?
Tras el descubrimiento de sus acciones ilegales, se ha obligado a Volkswagen a detener de forma cautelar las ventas de los coches equipados con este motor Clean Diesel. Nada menos que un 25% de los coches que Volkswagen vende en Estados Unidos llevan motor 2.0 TDI, por lo que esta decisión ya duele económicamente. También han retirado toda la publicidad relacionada con este propulsor. La EPA está valorando en estos momentos qué acciones a seguir con Volkswagen, pero toda la industria habla de una llamada a revisión de estos modelos.
De confirmarse, esta llamada a revisión no será popular. Posiblemente se reducirán las prestaciones o aumentarán los consumos de estos motores ya que podría ser necesaria la instalación de sistemas anticontaminación adicionales en los vehículos o un software modificado. Ningún consumidor apoyaría esta decisión, que podría ser de obligado cumplimiento por mandato federal. Pero podría ser la única manera de que Volkswagen evitara una sanción millonaria por violar las leyes medioambientales de Estados Unidos.
Por su parte, Martin Winterkorn – CEO de Volkswagen – ha publicado una nota de prensa en la que lamenta el incidente y alega un completo desconocimiento de la instalación de este software en sus vehículos. De hecho, han ordenado una investigación externa exhaustiva del ya llamado Dieselgate, y lamenta tanto el incumplimiento de la ley estadounidense como de las normas internas del Grupo Volkswagen. Esto podría indicar que este software podría no haber sido autorizado en todas las instancias del Grupo.
Seguiremos informando.
Fuente: Automotive News
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