A lo largo de la última semana, hemos intentado tratar el asunto del fraude de Volkswagen con el máximo rigor posible, huir de catastrofismos y sensacionalismos, los hechos ya hablan por sí mismos de la gravedad de la situación. Aún así, y aunque entendamos que la investigación y la actuación de la marca requiera un tiempo, Volkswagen debe actuar cuanto antes en Europa. La crisis, que comenzó en Estados Unidos, y que en principio solo afectaba a la homologación de emisiones EPA al otro lado del Atlántico, está muy presente en Europa. Suiza ya ha detenido las ventas en sus fronteras de los diésel que podrían estar afectados por este fraude, lo cual podría afectar a un total de 180.000 coches que no han sido vendidos o registrados (BBC). Alemania ya ha dado un plazo máximo de diez días, hasta el 7 de octubre, para que Volkswagen aclare la situación y tome medidas (Bloomberg). De lo contrario, las medidas que podrían tomarse podrían llegar a ser realmente drásticas.
¿Qué medidas drásticas se pueden tomar? Suiza ha sido el país europeo que más en serio se ha tomado la crisis de Volkswagen. Su solución temporal, hasta que se aclare la situación de los diésel Euro V (código EA 189) en nuestro continente, ha sido detener sus ventas. Pensemos que esto afectará a muchos clientes que iban a adquirir uno de los modelos afectados en las próximas semanas, también a aquellos que habían emitido su reserva y estaban a la espera de la recepción de su coche.
La medida aún más drástica, que incluso la administración alemana ya ha dejado caer, podría llegar incluso a la rescisión de la homologación de aquellos vehículos afectados. Es decir, eliminar los permisos que autorizan a estos modelos de Volkswagen para circular por las carreteras de la Unión Europea. Y eso, incluso dentro del panorama que ya se ha dibujado, sería una catástrofe aún mayor.
Sinceramente no creemos que vaya a llegarse a una situación tan dramática, ni tampoco que el ejemplo de Suiza se vaya a extender por el resto de países de la Unión Europea. Pero Volkswagen sigue siendo la única capaz de evitar la debacle, aún mayor, que supondría que algunos gobiernos tomaran dichas actuaciones.
Volkswagen tiene poco tiempo para aclarar la situación y tomar medidas. El uso de los «defeat device» fue detectado en Estados Unidos, y a priori solo debería afectar a la homologación en ese mercado. Recordemos que los ciclos de homologación y los protocolos existentes en Europa son completamente diferentes. Nos cuesta creer que esa misma técnica haya servido para manipular las emisiones en Europa, donde se puede sortear la normativa con diferentes trucos para obtener ese mismo fin. Aunque somos conscientes de que a partir de ahora se mirará con lupa cualquier indicio de manipulación en las homologaciones de todos los modelos del Grupo Volkswagen, y probablemente de otras marcas.
A lo largo de esta semana se espera que Volkswagen mueva ficha, y como mínimo aclare la situación de los motores europeos, hasta qué punto los «defeat device» han podido condicionar su homologación en Europa y, faltaría más, cómo actuarán en consecuencia para revisar los motores afectados.
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