Ford acaba de proporcionarnos más detalles acerca de un prometedor proyecto, que culminó con un experimento muy llamativo, en el que unos astronautas en la Estación Espacial Internacional manejaron con un joystick un robot que estaba en la Tierra, en unas condiciones realmente complicadas (baja señal, altas latencias, interferencias, etcétera). El siguiente paso será manipular a distancia un grupo de robots capaces de ensamblar equipamiento científico y satélites. Esta tecnología puede resultar realmente importante en un futuro próximo, o incluso lejano, véase la colonización de la Luna, o Marte. Pero planteando un escenario más cercano en el tiempo, y sencillo de comprender, ¿cómo puede ayudar esta tecnología al «coche conectado»? ¿cómo facilitará que nuestros coches estén conectados permanentemente, incluso en lugares en los que no hay señal de telefonía móvil, ni Wi-Fi, como un túnel?
El proyecto llevado a cabo por Ford Motor Company y la Universidad Politécnica de San Petersburgo, pretende trabajar con una infraestructura de comunicación que garantice una gran fiabilidad. Una infraestructura que no requiera, necesariamente, un punto de conexión en cada carretera, cada 100 metros.
Para ello confían en un protocolo de conexiones multicanal, que aproveche esos mismos principios utilizados en el robot controlado desde la Estación Espacial Internacional, para que tu coche sea capaz de comunicarse siempre, en todo tipo de circunstancias, con la «nube». Y que la «nube» también pueda conectarse con tu coche.
Ese protocolo de conexiones multicanal aprovecharía las socorridas conexiones 3G y 4G de la telefonía móvil, y los puntos de conexión Wi-Fi autorizados. Tened en cuenta que el desarrollo del «coche conectado» irá necesariamente acompañado de una infraestructura de comunicaciones en las carreteras, lo que denominamos como vehicle-to-infraestructure. Un panel luminoso en una carretera, un semáforo, o una farola, podrían convertirse perfectamente – y si lo pensamos bien, sin un coste desorbitado – en nodos de esta red para el coche conectado.
Pero incluso confiando en que esta tecnología vaya implantándose en nuestras carreteras, seguirían existiendo puntos ciegos, en los que no siempre sea sencillo, o económico, crear un nuevo nodo de conexión, por ejemplo un túnel. Para ello, la tecnología multicanal confía en lo que denominamos el vehicle-to-vehicle, la conexión directa entre coches conectados. De manera que en una zona sin señal, por ejemplo al entrar en un túnel, podamos mantenernos conectados utilizando como nodos a esos vehículos con los que nos cruzamos, que quizás acaben de entrar al túnel o vayan a salir de él antes que nosotros.
¿Por qué es tan importante esta tecnología? El ejemplo del túnel es muy socorrido, por la complejidad que ofrece para una red de comunicaciones y por los peligros que pueden acecharnos en un túnel. Ford pone un ejemplo, como una placa de hielo, o un derramamiento de aceite que hace que el asfalto deslice. Otra incidencia que se nos ocurre es la de un incendio en un camión. La prioridad del coche conectado sería la de comunicar a la nube la incidencia y que esta advirtiera de ella al resto de conductores. Para entender la importancia de esta tecnología, y lo útil que puede resultar para evitar graves accidentes en el futuro, basta recordar la historia del accidente del túnel del Mont Blanc, que en 1999 se cobró la vida de 38 personas (ver Wikipedia).
Fuente: Ford
En Diariomotor: