El escándalo de los motores TDI de Volkswagen está todavía lejos de mostrar su verdadero alcance y repercusión. El silencio se ha convertido en la mejor respuesta del fabricante y las autoridades, pero ya podemos analizar como el despropósito y la ineptitud de nuestras administraciones nos adelantan como el mercado español podría ser uno de los más benevolentes con el grave caso de trucado de motores por parte del Grupo Volkswagen. Tras innumerables intentos por conocer la postura oficial de nuestro Gobierno, lo más que tenemos son llamadas a la tranquilidad con dudosas interpretaciones del problema, lo que nos lleva a dilucidar que el el cliente español, además de estafado, está indefenso. Veamos el porqué.
Han sido las últimas declaraciones del Ministro de Industria, José Manuel Soria, las que han encendido todas las alarmas en relación a la respuesta de España hacia la artimaña del Grupo Volkswagen para homologar su nivel de emisiones. Lo mejor de todo este asunto es la realidad que reflejan sus declaraciones, pues a tenor de sus respuestas, resulta evidente que el desconocimiento por parte del Ministerio de Industria es incluso mayor que el de los clientes de la marca.
Cabe recordar que todo este escándalo surge en EE.UU. ante la legislación que impone la agencia medioambiental estadounidense (EPA en sus siglas en inglés). Las pruebas realizadas a diferentes modelos de Volkswagen y Audi han demostrado la instalación de un dispositivo capaz de detectar cuándo se está realizando un test de homologación, para así alterar el funcionamiento del propulsor y reducir drásticamente sus emisiones. Pero la clave de todo este proceso está en la medición de óxidos de Nitrógeno (NOx), un gas nocivo para el medio ambiente y nuestra salud, principal causa del smog en las ciudades y generación de lluvias ácidas. La EPA endureció notablemente su legislación anticontaminación para limitar las emisiones de NOx, y a Volkswagen no se le ocurrió mejor forma de cumplir esta legislación que instalar un programa capaz de alterar las emisiones reales de sus motores. Las mediciones reales recogidas han demostrado hasta 40 veces más NOx de lo permitido. Volkswagen está contra las cuerdas en EE.UU.
Así, y aunque el el escándalo ha saltado en EE.UU., se han levantado ampollas a este lado del Atlántico, poniendo en jaque al Grupo Volkswagen y a su tecnología para motores diésel. Ante este panorama, el Gobierno Alemán ha tomado cartas en el asunto y el resto de gobiernos europeos están dando a conocer sus iniciativas para ofrecer una solución al problema. Algunas acciones hablan de evaluación de las emisiones de los motores afectados – comprobar si cumplen la normativa de emisiones vigente en el momento de su venta, Euro V -, importantes sanciones económicas e incluso la prohibición de las ventas de coches afectados.
En España, por el momento, no tenemos respuesta oficial del fabricante, y menos aún por parte de nuestras autoridades que tan solo han realizado una llamada a la tranquilidad. El primer punto tratado por el Ministro Soria ha sido garantizar las inversiones del Grupo Volkswagen en España (se estiman unos 3.000 Millones de euros) unas declaraciones que también ha confirmado SEAT. Sinceramente, dudamos que estas palabras no tengan que ser rectificadas dado el alcance y coste de este escándalo. Sólo hay que echar cuentas para entender que con 11 millones de coches afectados, lista de modelos afectados, será difícil que el Grupo Volkswagen mantenga su hoja de ruta en cuanto a inversiones en I+D, además de en estrategias de producto y mejora de instalaciones. Una reestructuración y advenimiento de recortes se avecina sobre el grupo automovilístico, y si no, tiempo al tiempo.
Pero existe un punto crucial donde el Ministro Soria ha dejado patente la ineptitud de este Gobierno a la hora de abordar un suceso tan alarmante y de tan elevada repercusión, más aún en un mercado como el español tan sumamente volcado con el diésel, con tantos problemas de envejecimiento del parque automovilístico y de elevada contaminación en muchas de sus ciudades. El Ministro Soria, a la hora de ser preguntado una vez más por al caso Volkswagen, tan solo ha confirmado la intención del Ministerio de Industria de reclamar a Volkswagen la devolución de los 1.000€ del Plan PIVE que hayan sido aportados para todos los coches afectados por el trucado de motores ¿En serio? ¿Esto es lo único que les preocupa? ¿No se pueden exigir más responsabilidades?
Vayamos por partes, el Ministerio de Industria ha comunicado estar estudiando con la abogacía del estado el proceso para reclamar todas las ayudas del Plan PIVE que hayan sido concedidas a los coches afectados. La respuesta de Volkswagen no se ha hecho esperar, y es que el fabricante niega de forma tajante haber llegado a ningún acuerdo para la devolución de este importe. ¿Y por qué te preguntaras? He aquí la respuesta de la ineptitud, el Ministerio de Industria se ha amparado en el escándalo de las emisiones de NOx para imaginar que las emisiones globales también están adulteradas en Europa, pero la realidad es que el Plan PIVE, al igual que el «interesado» impuesto de matriculación, sólo tienen en cuenta las emisiones de CO2, sin importar NOx, partículas u otros compuestos tanto o más contaminantes que son expulsados por el escape de un coche con motor diésel. Volkswagen puede haber engañado en EE.UU., pero todavía en Europa nadie ha demostrado que sus emisiones NOx hayan incumplido la norma Euro V, menos aún que sus emisiones de CO2 hayan sido adulteradas.
Los motores afectados responden a la especificación 2.0 TDI Euro V (EA189), cuyo problema reside en la emisión de una mayor cantidad de NOx según el ciclo de homologación EPA. En Europa, la homologación de los motores TDI a Euro VI – similar a la EPA Tier 2 bin 5 que ha destapado el escándalo – se ha realizado mediante la adición de un sistema anticontaminación de reducción catalítica (SCR), que emplea un compuesto denominado AdBlue que es inyectado en el interior de este nuevo catalizador para generar un proceso que neutralice gran parte de los NOx generados por la combustión. La reacción producida en este nuevo sistema anticontaminación permite reducir las emisiones NOx de los motores diésel hasta rebajar los 0,080 g/km que exige la norma Euro VI, la normativa Euro V permitía hasta 0,180 g/km. Volkswagen ha confirmado que el trucado de motores sólo afecta a los motores Euro V, ya que los Euro VI cumplen las normativas gracias al sistema SCR.
Volkswagen sabe perfectamente dónde está el problema y cómo solucionarlo, el no haberlo hecho antes y haberse aventurado a instalar un software que camufle las emisiones reales sólo tiene un nombre, fraude. En EE.UU. lo tienen muy complicado, por imagen y por su futuro allí, pero sobre todo ante una ley que se apoyará en hechos constrastados. En Europa todo tiene un tinte más oscuro, pues con la ley en la mano es muy posible que el alcance y las sanciones se puedan ver diluidas. Si a pesar de haberse demostrado el fraude, finalmente los motores trucados cumplen la norma Euro V, los coches vendidos serán totalmente legales.
Con todo ello es un buen momento para reflexionar sobre qué se ha hecho mal. Basar el impuesto de matriculación y ayudas (Plan PIVE) en un único compuesto contaminante, CO2, ha convertido a España en el mejor amante de los motores diésel. Ahora, ante un caso de la magnitud de este escándalo, el Gobierno sólo ha sabido arremeter contra el fabricante reclamando anteriores beneficios basados en esas mismas emisiones de CO2, y resulta que todo este asunto tiene que ver con los NOx…
El criterio para evaluar el impacto medioambiental de los vehículos no puede estar sujeto sólo a sus emisiones de CO2, pues tal y como sucede con el desfasado ciclo de homologación NEDC, los fabricantes han aprendido lo suficiente como para vender coches puestos a punto para pasar con nota las pruebas de homologación. Después, en su uso real, el vehículo podrá contaminar cuanto quiera (se han registrado desfases de hasta el 40% entre práctica y homologación), y esto es un gran problema que no sólo atañe a los clientes que hayan adquirido un motor TDI trucado, sino que afecta directamente a todos los que respiramos ese aire compartido con los motores alterados de Volkswagen. La reclamación de las ayudas del Plan PIVE es un buen titular para salir del paso, pero seamos serios, esto es un problema que habla de fraude y salud pública, por lo que se ha de actuar en consecuencia.
Fuente: ICCT | EPA
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