¿Ruedas traseras que giran? Los ejes traseros direccionales están de actualidad en los últimos días, lo cual en cierta medida nos sorprende, si tenemos en cuenta que se trata de una tecnología relativamente antigua (modelos como el Honda Prelude ya lo utilizaban en los años ochenta). Y está de actualidad por su llegada al nuevo Mégane (ver análisis de 4Control en el Mégane GT) y su llegada también al renovado Porsche 911 Carrera S 2016. La tecnología del eje trasero direccional se extiende a la gama de acceso del Porsche 911. ¿Qué ventajas aporta? ¿Merece la pena configurarlo?
Empecemos por su precio. El eje trasero direccional tiene un coste de 2.471€ en un Porsche 911 Carrera S, lo cual a priori puede parecer caro. Proporcionalmente, en un deportivo de más de 123.000€, es un precio casi insignificante.
Técnicamente se basa en dos actuadores electro-mecánicos, uno en la rueda trasera izquierda, y el otro en la derecha, que permiten variar el ángulo de la rueda en hasta 2º. Según Porsche, si lo comparamos con el giro del eje delantero, para lograr ese giro necesitaríamos un giro de volante inferior a un cuarto, en torno a 32º desde su posición central.
El eje trasero direccional del Porsche 911 Carrera S puede girar en dos direcciones, a favor del giro del eje delantero, o en sentido opuesto. De manera que surgen dos utilidades, y las dos grandes ventajas, de instalar este sistema en un 911.
Cuando giramos el volante a velocidades inferiores a los 50 km/h, por ejemplo para realizar una maniobra de aparcamiento o maniobrar entre columnas en un parking, y en calles estrechas, las ruedas traseras giran en sentido contrario a las delanteras. Con esto conseguimos que el diámetro de giro se reduzca hasta los 10,7 metros (-0,5 metros). De manera que un Porsche 911 equipado con este sistema es capaz de girar por completo en un espacio medio metro más estrecho que un Porsche 911 sin eje trasero direccional. No es una ganancia que vaya a marcar la diferencia, pero en un deportivo con una desmultiplicación de la dirección que no está pensada definitivamente para callejear, cualquier ayuda es poca cuando de lo que se trata es de hacernos la vida más cómoda.
A velocidades superiores a 80 km/h, por ejemplo en un puerto de montaña, las ruedas traseras giran en el mismo sentido que las delanteras. Con esto conseguimos alargar virtualmente la batalla de nuestro coche, aumentar su estabilidad y hacer que los cambios de dirección sean más rápidos y fluidos. Aunque hemos tenido ocasión de probar este sistema en deportivos como el Porsche 911 GT3, sinceramente no podríamos aseguraros que la diferencia entre el manejo de un deportivo con eje trasero direccional, o sin él, sea tan importante, porque tampoco hemos tenido ocasión de probar un 911 GT3 sin él. Pero huelga decir, y más con su precio, que puede ser un extra interesante para el que busque un Porsche 911 aún más ágil, y un poquito más versátil para el día a día.
Fuente: Porsche
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