BMW renueva a su buque insignia, renueva al BMW Serie 7, al máximo referente en lo que a lujo, tecnología, acabados de primera y confort se refiere dentro de la firma germana. Un BMW Serie 7 que hemos podido poner a prueba. Hemos viajado a los pies del Atlántico, a Portugal, a Cascáis, para encontrarnos con esta gran berlina, para conocer de primera mano a este BMW que tendrá que verse las caras con ese peso pesado que es el Mercedes Clase S.
El aeropuerto de Lisboa nos recibe. Temperatura casi veraniega, el sol luciendo bien alto y un BMW Serie 6 Gran Coupé que nos recibe a las puertas de la terminal para trasladarnos a nuestro hotel. Este BMW Serie 6 Gran Coupé ha pasado por las manos de BMW Individual y luce una bonita combinación en su interior, un cuero color tabaco a juego con la alcántara repartida por el techo en el mismo tono, inserciones en blanco piano… desde el cómodo asiento trasero me pregunto si yo me quedaría con el nuevo y más sobrio BMW Serie 7 o con un BMW Serie 6 Gran Coupé bien equipado como este.
La presentación tiene lugar en Cascáis, varias carreteras secundarias de los alrededores y Lisboa. Una zona a la que más aprecio no le puedo tener tras los últimos viajes, precisamente meses atrás desfilábamos por estas mismas calzadas con el Audi R8 LMX, también con el Volkswagen Beetle Cabrio tras bajar desde Oporto hasta la capital lusa. Siempre es un placer volver a esta tierra y más aún cuando es para conocer una montura de semejante enjundia.
Nuestras primeras horas en Portugal transcurren con ociosidad, incluida una jornada de navegación con la escuela de vela de BMW. En nuestro hotel, en Estoril, ya nos ha recibido un BMW Serie 7 que se encarga de presidir la recepción, pero no es hasta la noche, hasta la rueda de prensa cuando tenemos el primer firme encuentro con esta nueva generación del BMW Serie 7.
Determinación, sobriedad y lujo en su porte:
Bajo la luz del atardecer, con Estoril al fondo, desde la fortaleza da Nossa Senhora da Luz, asistimos a la rueda de prensa de este nuevo BMW Serie 7 pero antes, minutos antes, tengo la oportunidad de pasar unos cuantos minutos recorriendo la silueta de este nuevo BMW Serie 7, dando vueltas a su alrededor, contemplando detalles.
Una filigrana, un aplique contrastado en la parte inferior de la carrocería destaca en su visión latera. Sus ópticas, engarzadas con la gran parrilla hacen lo propio en su frontal mientras que el protagonismo de la zaga se divide entre los apliques de las salidas de escape y esas ópticas traseras perfectamente integradas en un listón que recorre todo el ancho del maletero.
Pero sin duda, sobre todos estos detalles, lo que más llama la atención es su porte. Su envergadura. Sus grandes cotas. Ese morro. Esa larga visión lateral.
Me parece que el Mercedes Clase S tiene una línea que busca llamar más la atención, sus curvas así me lo hacen creer. El BMW Serie 7 sin embargo me parece más sobrio y robusto.
Tecnología, acabados de primera y confort para un interior digno de un vuelo a ras de suelo en primera clase
Primera hora y tras el desayuno de rigor toca el verdadero cara a cara. Para el primer tramo de la ruta mi compañero y yo escogemos el buque insignia de la actual gama, un BMW 750Li que, además de contar con un V8 bajo el capó, hace gala de unas dimensiones extra que repercuten directamente en la comodidad de las plazas traseras.
En nuestras manos cae LA LLAVE. Tenía muchas ganas de tener ya este gadget en mis manos y sí, digo gadget porque las llaves del BMW Serie 7 bien merecen que nos refiramos a ellas como un dispositivo tecnológico. Una breve pulsación y el display se enciente ante nosotros, deslizamos su superficie como si de la pantalla de bloqueo de un smartphone se tratara y nos topamos con la autonomía de la unidad que nos espera fuera de la recepción del hotel. Abierto o cerrado, su climatización… todo con un bonito interfaz. Sí, es voluminosa, pero no podía tener mejor aspecto y la sensación de producto tecnológico no podría ser mayor.
Sentados en el coche un miembro del equipo de BMW nos explica rápidamente algunas de las nuevas funciones de su sistema multimedia, un sistema multimedia que se presenta con una interacción gestual, moviendo las manos en el aire ante la pantalla, que tiene mucho de revolucionaria en la teoría y mucho de llamativa en la práctica. Mientras, al tiempo que el miembro del equipo de BMW introduce los últimos parámetros de nuestra ruta, no puedo evitar toquetear cada moldura, cada inserción, cada rincón del salpicadero…
La calidad percibida es realmente buena. Viendo su aspecto en fotografías puedes pensar que es demasiado parecido al interior del resto de la gama y bueno, en cierta medida y sólo en términos de diseño sí tiene sus similitudes claro, pero a simple vista, cara a cara, te das cuenta que cada costura, cada unión entre moldura y cuero, entre madera y aluminio, ha sido mimada con esmero.
Transmite una cálida atmósfera, calidad. Los butacones delanteros no podían ser más cómodos y confieso que me siento como un auténtico niño jugueteando con el display de la llave, con el control por gestos del navegador y cotilleando cada rincón del menú del sistema multimedia.
Miro al asiento de atrás de esta versión de batalla extendida. Quiero sentarme ya en el enorme butacón trasero, extender sus reposapies y seguir con mi particular recreo entre gadgets, pero nos tenemos que poner en movimiento, por delante nos espera un buen número de kilómetros para conocer qué tal se desenvuelve dinámicamente este nuevo BMW Serie 7.
En BMW hablan de que la dinámica del Serie 7 es uno de sus principales
Con el V8 de nuestro 750Li en marcha solventamos los primeros metros entre el tráfico matutino de Cascáis. Rotondas, tráfico y adoquines nos esperan en nuestro camino hacía Prai do Guincho, dejándonos con una buena gymkana en la que testar cómo de aislado está el habitáculo de este nuestro yate.
Los cristales dobles absorben con total entereza el ruido del tráfico y las suspensiones, neumáticas y adaptativas, se enfrentan a los adoquines con una excepcional suavidad. No podemos evitar hablar del sistema Magic Body Control de Mercedes al afrontar algún badén, pero sinceramente esta suspensión, digiere realmente bien, tal y como se espera de un coche así, cada resalto o roto del asfalto.
La sensación de confort es absoluta. El navegador nos guía hasta las afueras de Cascáis y atravesamos paralelos a la costa el primer tramo de carretera secundaria. Seleccionamos el modo Sport.
A nuestros mandos una berlina de dos toneladas y 5.24 metros que resuelve con genial agilidad el paso por curva. El V8 de 450 caballos emite una dulce melodía que queda rápidamente acompañada por un alegre paso demostrándonos en cada aceleración su poderío con una suave contundencia que se hace notar en ese morro que se alza con majestuosidad.
La dirección nos transmite una asistida firmeza mientras que sus suspensiones nos ofrecen ahora un gran aplomo al afrontar cada curva, aunque debemos ser conscientes de las cotas que manejamos, algo que se palpa principalmente en las inercias y en la frenada.
Es innegable el buen comportamiento dinámico del BMW Serie 7. Entre curvas es capaz de hacernos pensar que estamos conduciendo un coche de menos peso, de menor tamaño, bien aislado y suave a pesar de la contundencia de su aceleración, ofreciéndonos una conducción placentera incluso al explorar una dinámica más animada.
En autopista rápidamente rodaremos a cruceros realmente altos, teniendo siempre aún bajo el acelerador más y más. Aquí la sensación de aislamiento es aún mayor y podremos afrontar con total calma el paso de más y más kilómetros.
Sí, cumple con el argumento de la dinámica que sostienen desde la firma.
Primera parada en el camino, hora de conocer al BMW Serie 7 desde su asiento posterior:
Una pequeña población nos recibe. Casas bajas, calles estrechas y más firme adoquinado. Con justo paso doblamos un par de esquinas hasta que llegamos a nuestro primer destino. Aquí cambiaremos de montura, nos pondremos al volante del BMW 730d, pero antes queda analizar en profundidad esas sugerentes plazas traseras.
Sentado tras el asiento del copiloto es donde se descubre el auténtico despliegue de lujo del BMW Serie 7. El cuero beige, la suave y mullida moqueta, la mesa tras el asiento, los cojines ocupando el puesto de los reposacabezas… elementos clásicos que se unen a un despliegue tecnológico que empieza por una tablet Samsung perfectamente integrada en el medio de los dos asientos y que culmina con una pareja de pantallas tras los asientos, un mando a distancia para el sistema multimedia y un teléfono.
Una pulsación de botón y nuestra butaca comienza a reclinarse al tiempo que el asiento del copiloto se pliega para dejar sitio a nuestras piernas. Tumbado empiezo a navegar desde la tablet. El espacio disponible es excepcional. Con mi 1.80 metros entro a la perfección y la comodidad es excepcional, así como la cantidad de gadgets con los que “jugar” mientras permanezco tumbado.
Al igual que en las plazas delanteras el cuidado puesto en cada detalle es exquisito. Por presencia, por tacto. Cada costura, cada pliegue de la tapicería, cada elemento que se reparte en las plazas posteriores ofrece un nivel de calidad irreprochable, como la bandeja, como el acabado de los altavoces o los aireadores de los pilares.
Y… ¿qué ocurre con el BMW 730d?¿y con la carrocería “normal”?
Cambiamos de montura. Nuestras maletas, las bolsas de las cámaras, pasan del gran maletero del 750Li a un 730d. Volvemos a la carretera.
Rápidamente la carrocería más pequeña y el menor peso hacen que este 730d se sienta más ágil. Arrastramos menos inercias en los virajes rápidos, las frenadas se sienten más efectivas, pero el propulsor diésel aunque voluntarioso y sorprendentemente con un buen sonido no se aproxima dinámicamente al V8 del 750i, claro que hablamos de una notable diferencia de caballos entre los 265 caballos de este modelo y los 450 caballos del gasolina.
El 730d resuelve también con efectividad cruceros rápidos en autopista y un ritmo rápido entre curvas, favorecido en carreteras secundarias por las mencionadas nuevas cotas, se siente más ligero, pero no tiene la contundencia del V8 gasolina, ese morro que apunta al cielo en cada aceleración, esa forma de catapultar nuestro velocímetro en autopista al hundir el acelerador… y eso que su par está realmente próximo al del gasolina, 620 Nm frente a los 650 Nm del V8.
¿Cómo se viaja en sus plazas traseras?
Por supuesto más allá de dar unas primeras pinceladas sobre su dinámica, esperando impaciente poder someterlo a más kilómetros y a un análisis más detallado, hablar del BMW Serie 7 implica hablar de la experiencia de viajar en las plazas traseras ya que a fin de cuentas muchas unidades estarán destinadas a ser un coche conducido por un chofer.
Al gran espacio disponible se le suma la comodidad de unos butacones aderezados por unos cojines que se encargan de sustituir a los reposacabezas originales. En nuestro frente una pantalla situada en el asiento delantero y a nuestro lado una tablet extraíble. Desde ambos dispositivos podemos gestionar detalles como la posición de nuestros asientos, el equipo de sonido, la climatización o el mapa del navegador.
El túnel central se ha prolongado por la mitad del asiento trasero para dar lugar a un nuevo espacio portaobjetos que, en función de los extras, alberga además una buena bandeja.
El silencio es absoluto, la comodidad excepcional y además contamos con detalles como internet, para hacer aún más ameno nuestro trayecto. Desde el asiento situado tras el conductor diviso un espejo retráctil e iluminado en el techo, pero sin duda la mejor cara de estas plazas traseras nos la brinda el asiento reclinable.
Ni un balanceo, ni un bache molestándonos… la experiencia es excepcional.
¿Por qué no hemos hablado de su sistema de aparcamiento remoto?
He de confesar que una de las cosas que más ganas tenía de conocer del nuevo BMW Serie 7 era su sistema de aparcamiento autónomo. Desde su llave, desde el display de esta, podemos desplazar el coche hacia delante o hacia atrás, un sistema semi autónomo pensado para que podamos aparcar el coche en sitios estrechos, maniobrando el coche desde fuera.
No lo hemos podido probar puesto que BMW está trabajando en las cuestiones legales que conciernen a esta capacidad autónoma aunque nos apuntan a que a comienzos de enero ya estará implantado.
Recordando como queda conformada la gama del BMW Serie 7 2015:
actualmente la gama del BMW Serie 7 queda conformada por las siguientes variantes:
BMW 730d 265 cv 94.650 euros
BMW 730d xDrive 256 cv 99.050 euros
BMW 750i xDrive 450 cv 133.900 euros
Versiones con batalla extendida:
BMW 730Ld 265 cv 98.650 euros
BMW 730Ld xDrive 265 cv 103.050 euros
BMW 750Li xDrive 450 cv 137.900 euros
Toda las alternativas cuenta con cambio automático deportivo.
Como equipamiento de serie el BMW Serie 7 nos ofrece la llave con display, los sensores de aparcamiento delantero y trasero, cámara de aparcamiento para marcha atrás, faros LED, llantas de 19 o 20 pulgadas según mecánica, control de crucero con función de freno, suspensión neumática adaptativa, sistema de cerrado de puertas softclosen (si cerramos mal la puerta se cierra sola bien automáticamente), portón trasero automático, retrovisores antideslumbramiento y con plegado eléctrico, sensores de luz y lluvia, navegador, sistema de control por gestos para el equipo multimedia, servicios Connected Drive, bleutooth, USB, volante deportivo en cuero multifunción, luz ambiente, tapiceria en cuero y los asientos calefactados con ajuste eléctrico, memoria y soporte lumbar.
Además en las versiones de batalla larga se ofrece de serie el techo de cristal con accionamiento eléctrico.
Hora de despedirse de Portugal, hora de decir adiós al nuevo BMW Serie 7:
Me toca volver a despedir esa desembocadura del Tajo que tan ganado me tiene, toca dejar atrás el restaurante en el que hemos pasado nuestros últimos minutos en el centro de Lisboa y poner rumbo al aeropuerto. Lo hacemos en las plazas traseras de un BMW Serie 7 e inevitablemente recuerdo aquella cuestión que me hacía el día de antes al llegar a la capital lusa. Entonces un BMW Serie 6 Gran Coupé me recogía en las puertas del aeropuerto y cargado de añadidos de BMW Individual y con una bonita combinación me hacía plantearme si escogería al coupé convertido en berlina o a esa gran berlina que aún estaba entonces por conocer.
Tras la experiencia al volante del BMW Serie 7, tras conocer bien a fondo esa confortable plaza trasera, la duda sigue presente. Por perfil, por como me gusta su imagen, no me importaría nada que me llevaran cada día en el asiento de atrás de un BMW M6 Gran Coupé (y claro, disfrutar conduciéndolo en el fin de semana), pero no cabe ni la menor duda de que el BMW Serie 7 está unos cuantos pasos por encima en lo que a lujo, tecnología y confort se refiere.
Tecnología, lujo y confort. Estos son sus grandes pilares, axiomas con los que cumple a la perfección a golpe de pantallas, de soluciones novedosas como el control gestual, su llave, los faros láser, los asistentes a las conducción, ese aparcamiento pilotado… a golpe de buenas calidades, de excelentes detalles de primer nivel y claro, de la mayor de las comodidades, de ese gran silencio, de esa suavidad de marcha, de ese ronroneo del V8 gasolina…
Por supuesto no me olvido de su dinámica. El coche se desenvuelve realmente bien si tenemos en cuenta sus dimensiones. Su peso. Al volante sientes que no estás llevando un coche de semejante volumen, las suspensiones trabajan a la perfección para ofrecernos un confortable paso y al mismo tiempo un buen envite a las curvas y el V8… el V8 es un V8. Tiene una dulce contundencia que encandila, tiene el sonido perfecto para una berlina así.