El BMW 2002 turbo es uno de los coches más importantes en la historia de BMW. Fue uno de los primeros desarrollados por BMW Motorsport – junto al fantástico 3.0 CSL E9 – y el primer coche europeo con motor turbo de producción. En muchos aspectos, es el predecesor directo del BMW M2 Coupe, recién lanzado al mercado. Es un coche muy especial cuya historia bien merecería más de un artículo: podría decirse que es uno de los responsables directos de la actual reputación de BMW en el mundo de las altas prestaciones.
BMW 2002: sueño de una noche de verano
A principios de los años 60, BMW lanzó una serie de vehículos llamados «Neue Klasse», o «New Class», como son conocidos internacionalmente. Pequeños vehículos, ligeros y ágiles, alejados del lujo de los BMW de la anterior década. Coches enfocados al disfrute al volante, que salvaron a BMW de la situación de casi bancarrota en la que se hallaba por aquél entonces. Hacia finales de los años 60 se lanzaron los 1600, pequeños coupés de dos puertas que pronto se hicieron populares como coche barato de competición.
Por aquél entonces, el director de producto de BMW era Helmut Werner Bönsch y casualmente, se encontró en los talleres de BMW con Alex von Falkenhausen – diseñador del motor M10 de BMW. Sorprendentemente, ambos habían ordenador la instalación de motores de dos litros en sus BMW 1600-2, originalmente equipados con motores de 1,6 litros. Ambos coincidieron en que era necesario producir un 2002, un coche ágil y potente, pero ligero y suficientemente asequible. Dos litros, 100 CV y apenas 940 kg eran una buena receta.
El BMW 2002 pronto se convirtió en un coche tremendamente popular, aportando millones de marcos a BMW, sentando las bases de la reputación de BMW como marca de conductores apasionados. En 1970 varios BMW 2002 preparados se hicieron con la victoria en su categoría de las 24 horas de Nürburgring. Era el vencedor de rallyes, competiciones de ascenso y todo tipo de categorías amateur. En 1971, BMW decidió aportar una dosis extra de potencia al BMW 2002, y tuvieron entonces la genial idea de hablar con BMW Motorsport.
Llega el turbo a BMW
En 1973 BMW presenta en el Salón de Frankfurt el 2002 turbo. Una versión de altas prestaciones del BMW 2002, el primer coche europeo de producción en montar de serie un propulsor turboalimentado. Fue presentado apenas unos meses antes de que estallase la crisis del petróleo de 1973, que sin duda afectó a su producción, y a la de todos los coches con cierto apetito por el combustible. Al motor M10 de dos litros – dotado de inyección mecánica Kugelfischer – se le acopló un turbocompresor KKK de dimensiones generosas.
Aunque su relación de compresión se redujo a 6,9:1 para evitar el picado de bielas, el propulsor desarrollaba unos tremendos 170 CV a 5.800 rpm, con un par máximo de unos generosos 240 Nm de par máximo a 4.900 rpm. Con un peso de sólo 1.060 kilos, era un coche muy rápido: aceleraba hasta los 100 km/h en 7,3 segundos y su velocidad punta era de 209 km/h. Sí, cualquier utilitario deportivo es más rápido hoy en día, pero pensad que este coche fue lanzado hace nada menos que 42 años, cuando el coche más popular en España era el SEAT 600.
Puede que 170 CV os parezcan pocos, pero la forma que el BMW 2002 turbo tenía de entregar su potencia era de todo menos tranquila. Los motores turbo antiguos tenían un tremendo lag y eran famosos por su brusquedad. En el 2002 turbo el coche parecía tener 50 CV hasta llegar a las 4.000 rpm, cuando un torrente de potencia se desataba sobre el eje trasero, empujando sin descanso hasta las 6.000 rpm. Su caja de cambios de cuatro relaciones tenía un perfecto escalonamiento para aprovechar los 170 CV de su propulsor.
Pero era un coche de conducción delicada al límite, habida cuenta de la naturaleza de su propulsor. Aunque sus neumáticos tenían 185 mm de sección y su puesta a punto había sido cortesía de BMW Motorsport, no era un coche apto para todos los públicos. Ganó decenas de carreras en los años 70 y aún vence competiciones vintage con facilidad. Estéticamente, se diferenciaba de forma clara de los demás BMW 2002 de la época. Fijaos en los colores que decoran su carrocería: son los mismos colores de BMW Motorsport.
Un paragolpes deportivo adornaba en el frontal, y unos vinilos opcionales hacían que se pudiese leer en su frontal «2002 turbo» desde un espejo. Un detalle que seguro que muchos veían en el carril izquierdo de las Autobahn. Los vinilos laterales daban la impresión de movimiento, de preparación para la acción, incluso en parado. Un spoiler adornaba la zaga, con deportividad poco discreta. Sólo 1.672 unidades se fabricaron: la crisis del petróleo terminó con el 2002 turbo – de elevado consumo de combustible – pero la leyenda sigue viva.