A menudo resulta interesante hacer un ejercicio de análisis de la publicidad. Desde hace años en Diariomotor lo hacemos. Analizamos la publicidad que se emite en televisión, estamos pendientes de los espacios publicitarios en prime time, las marcas que estrenan acciones, el foco de esas acciones, la agresividad de las campañas, etcétera. Lo hacemos porque en el fondo sabemos que esa publicidad es también un reflejo del interés que pone el cliente en los nuevos modelos que llegan a los concesionarios. Algo muy importante si además te ves inmerso en un proyecto tan enfocado a la venta y a aconsejar a los compradores como ¿Qué coche me compro?.
Uno de los aspectos que más me ha sorprendido en los últimos años es cómo la publicidad ha centrado el foco en la tecnología. La publicidad siempre ha de tener un toque atractivo, una línea musical pegadiza, un mensaje con el que calar hondo en aquel que está decidiendo su compra, pero en los últimos años la mayoría de los anuncios han evolucionado hacia una temática central común, la de la tecnología, especialmente ayudas a la conducción, equipamiento de confort y sistemas de entretenimiento. En el fondo los fabricantes de automóviles han impuesto un modelo de acciones publicitarias muy parecido a las campañas de tecnológicas como Apple, que desvinculan cada vez más su inversión publicitaria de la mera transmisión de sentimientos e imagen de marca, para mostrarnos de la forma más clara y concisa posible los casos de uso que pueden resolverse con su vehículo.
Lo curioso es que generalmente no hablamos de extras novedosos, de hitos para la industria, sino de sistemas cada vez más extendidos, habituales (aunque solo sea como opción) en un número muy elevado de turismos.
Esa parece que era la intención de Opel en el nuevo anuncio del Corsa y sus sistemas de aparcamiento «sin manos», de automatización de maniobras de aparcamiento, como tecnología imprescindible para moverse por la ciudad. ¿Es imprescindible esta tecnología? Sinceramente, no creo que lo sea, y menos en un turismo pequeño. ¿Es interesante que el cliente sepa de la existencia de la tecnología? Opel así lo cree, y además lo ve como un buen argumento de compra, con un anuncio de malabarismo (el Corsa aparcando entre torres de vasos de cristal) y una línea sonora inspirada en uno de los momentos más brillantes del cine reciente, y ese solo de batería, bombo, charles, y caja, de Birdman.
El mismo caso nos lo encontramos precisamente en el Ford Kuga, para recordarnos que ya está disponible con SYNC 2 con pantalla táctil, y funciones tan interesantes como la búsqueda de negocios, véase un hotel, desde su equipo de navegación.
Precisamente Ford también apostó por presentarnos, de una forma incluso divertida, su tecnología de apertura y arranque «manos libres» en Ford Ecosport. Otra tecnología muy común en turismos modernos.
Definitivamente parece que la tecnología, sin ser necesariamente un avance que marque un hito en la industria, vende y atrae consumidores a los concesionarios.
Al hilo del famoso eslogan del «¿te gusta conducir?» de BMW, la marca alemana ha evolucionado y, por supuesto, revisado sus campañas publicitarias. Y aunque también se haya visto muy condicionada por ese nuevo objetivo de transmitir la tecnología de sus productos, de una manera pintoresca, y atractiva para sus potenciales clientes, aún siguen guardando parte de ese espíritu con anuncios que en 45 segundos no necesitan más que 5 segundos para mostrarnos el coche y transmitirnos su espíritu, el nuevo «cuando conduzcas, conduce».
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