¿Qué sucederá con el diésel en el Grupo Volkswagen? ¿Qué sucederá con todos los desarrollos que estaban previstos? Con la crisis de los TDI temíamos que proyectos, como la introducción de la tecnología de la sobrealimentación eléctrica en los diésel, los turbos eléctricos, se retrasasen o quizás no llegasen jamás a la calle. Pero todo apunta a que el lanzamiento de esta tecnología en modelos de producción está más cerca que nunca. Empezaremos a verla en motores diésel de altas prestaciones, empezando por las versiones más potentes del Audi Q7 y el estreno del Bentley Bentayga Diésel. ¿Qué podemos esperarnos de estos nuevos diésel con turbo eléctrico?
La razón por la que Bentley quiere estrenar un motor diésel en su nuevo Bentayga no es otra que la de ofrecer un motor con unos consumos muy contenidos – con respecto al nuevo W12 TSI – y sobre todo permitir viajes en distancias muy superiores sin tener que parar a repostar, que al final es la característica que más puede atraer al cliente que adquiere un SUV con un precio cercano al de un superdeportivo. ¿Qué mejor escaparate para el lanzamiento de una tecnología puntera que este? Automotive News apuntaba al hecho de que tanto Bentley, como Audi, hayan reconocido ya que esta tecnología llegará a los concesionarios en apenas un año.
Aunque el devenir de los acontecimientos exija un cambio de discurso, y de actuación con los diésel, es decir, dirigir todos los esfuerzos a reducir en la medida de lo posible sus emisiones, los turbos eléctricos siguen siendo el futuro del TDI de Volkswagen.
Como ya os decíamos, esta tecnología se estrenará primero en motores diésel de gran cilindrada y potencia. Nosotros tuvimos ocasión de probarla hace un año, en los prototipos Audi A6 TDI Concept y Audi RS5 TDI Concept. Aunque ambos estuvieran basados en el bloque V6 TDI, el primero combinaba su compresor eléctrico con un turbo convencional, y el segundo con un sistema de doble turbo, entregando 326 CV y 385 CV respectivamente.
Esta tecnología se estrenará en motores potentes y modelos de gama alta por una sencilla razón. La tecnología del turbo eléctrico garantiza contar con un sistema de sobrealimentación sin lag, de manera que el rendimiento de un diésel, salvando algunas diferencias (como el rango de revoluciones en el que trabaja) es mucho más cercano al rendimiento de un motor de gasolina, e incluso superior por cuestiones como la eficiencia térmica. Es un sistema interesante sobre todo en motores potentes. En cualquier caso, esperamos que esta tecnología se afiance en los próximos años en motores diésel de gran consumo, como los 1.6 TDI y 2.0 TDI.
El empleo de esta tecnología exigirá, entre otras cosas, una instalación eléctrica de 48 voltios, lo cual supondrá costes, pero también abrirá la posibilidad a sistemas de recuperación de energía más avanzados y a la extensión de sistemas híbridos y micro-híbridos por un mayor número de mecánicas y modelos.
En cualquier caso, a continuación os dejamos una lista de artículos bastante extensa en la que profundizamos en la razón de ser de esta tecnología.
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