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En los excesivos años 80 era posible comprar un DeLorean DMC-12 recubierto de oro

Como lo oyes. Una de las estrellas del catálogo de American Express del año 1980 era el DeLorean DMC-12. Pero no un DeLorean cualquiera, sino uno cuya carrocería estaba recubierta de oro. Y podía ser adquirido por todo poseedor de una tarjeta American Express que tuviera 85.000 dólares de la época en su cuenta. Puede parecer un importe de dinero no demasiado alto, pero ajustando la inflación, en 2015 equivaldría a 260.000 dólares. Sólo dos unidades oficiales fueron fabricadas, y esta edición especial fue un rotundo fracaso.

A principios de los años 80, 85.000 dólares equivalían a 260.000 dólares actuales, ni más ni menos.

El proceso productivo de estos DeLorean era complicado, y para evitar que los paneles de oro se dañasen era necesario que los operarios usasen vestimenta especial, así como guantes. El proceso de recubrimiento era manual, y añadía tanto peso al coche que era necesario reforzar su suspensión. Era una estampa surrealista: el DeLorean se recubría de oro en la misma línea de producción de los demás DeLorean, situada en Belfast (Irlanda del Norte), que era uno de los lugares más violentos del planeta en aquella época.

El primero de los dos ejemplares fabricados por la factoría de Belfast terminó en manos de Roger Mize, presidente del Snyder National Bank en Texas. Estuvo en el lobby del banco durante 20 años hasta que fue donado al Petersen Automotive Museum en Los Angeles. La segunda unidad fabricada fue la única encargada con una caja de cambios manual y un interior en cuero de color claro. Esta unidad esta en el National Automobile Museum en Reno (Nevada) y apenas tiene 1.400 millas en su odómetro. Sin embargo, hay otros dos DeLorean dorados.

Uno de ellos fue construido por Consolidated International, la empresa que compró los restos de DeLorean tras la quiebra. Gracias a las piezas sobrantes que American Express requería en caso de que alguna de las dos unidades oficiales sufriese algún desperfecto. Los paneles fueron montados en 1983 sobre un coche que no había terminado de fabricarse. Este ejemplar es propiedad de un residente de Maryland y durante un tiempo estuvo a la venta, por nada menos que 250.000 dólares. Se cree que no llegó a venderse.

No obstante, hay una cuarta unidad dorada. Una que fue recubierta de oro por un taller externo a DeLorean, a petición de su propietario, en 1981. Su paradero es desconocido actualmente.

Fuente: Just a Car Guy
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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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