En la DGT debieron pensar: «menuda genialidad, menos tráfico equivale a menos accidentes, menos contaminación, menos atascos…» Y me imagino que así comenzó a definirse la última campaña de la Dirección General de Tráfico, bajo el eslogan «Muévete con conciencia». Y mucho ojo, porque no solo estamos ante una campaña bienintencionada, sino también ante una propuesta muy lógica y razonable. Coger el coche hasta para comprar el pan no es razonable, por mucho que nos guste conducir. Y en muchas ciudades en las que el tráfico es complicado, ya hace tiempo que para muchos no nos es viable. Efectivamente hemos de pensar en medios alternativos al coche, siempre que sea posible.
Aunque por desgracia una acción publicitaria no vaya a resolver todos nuestros problemas, ni vaya a convencer a demasiada gente de que existen medios alternativos al coche para movernos, si nos encanta la libertad de circular en nuestro coche particular, deberíamos prestar mucha atención a estos consejos. Si sufrimos atascos a diario, si la contaminación va a obligar a muchas ciudades a restringir el tráfico y si tal vez algún día no vayamos a poder utilizar nuestro coche en la ciudad, entre otras razones, es porque también hemos hecho un uso poco razonable de nuestros coches.
Quizás el mejor favor que podamos hacer a la movilidad en coche privado sea precisamente ese, el de prescindir cuando nos sea posible de circular en nuestro coche.
El problema está en que las acciones de concienciación no son suficientes. No son suficientes porque no van a mejorar la calidad del transporte público, ni van a evitar averías en el Metro, incidencias en las líneas de autobuses, o mejorar la movilidad de los ciclistas. No van a hacer que los carriles de bicis de muchas ciudades puedan ser útiles para algo más que para un uso de ocio y entrenamiento. Ni van a hacer que los conductores sean más respetuosos y no te adelanten demasiado cerca, en ocasiones rozando la tragedia. Tampoco van a hacer que el modelo de movilidad de las bicicletas de alquiler – como el que se ha intentado infructuosamente en Madrid con BiciMad – sea rentable, ni que los gamberros dejen de destrozar y robar las bicicletas, ni que algunos turistas utilicen estas bicicletas por las aceras, invadan el carril contrario, etcétera.
El problema está en que esta campaña de concienciación tampoco va a conseguir que tu trabajo, en el centro de la metrópolis, esté mejor comunicado y más cerca de tu hogar en una ciudad dormitorio a 50 kilómetros.
En definitiva, una campaña publicitaria como esta no es suficiente para afrontar todos los retos que presenta la movilidad en un futuro cada vez más próximo. Pero, en cualquier caso, buena iniciativa la de la DGT. Iniciativa que esperemos también llegue acompañada por acciones de nuestros gobernantes que son muy necesarias, incluso en aquellos casos en los que resulten impopulares y dolorosas para los que nos gustaría llegar en coche hasta el fin del mundo.
Fuente: DGT
En Diariomotor:
