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TVR Speed 12, el superdeportivo de 1.000 CV al que su propio creador temía

Antes de su quiebra – y posterior renacimiento – TVR era famosa por producir deportivos radicales, de muy bajo peso y no aptos para todos los públicos: las ayudas a la conducción eran tan inexistentes que siquiera podían equipar un sistema ABS. El momento de máxima locura se produjo a mediados de los años 90. En 1996 TVR presentó en el Salón de Birmingham el Project 7/12. Un superdeportivo cuyo nombre final sería TVR Speed 12, cuyo objetivo era ser más rápido que el McLaren F1. Aún en este contexto, quiso «matar moscas a cañonazos».

El mito de que su motor era tan potente que era capaz de romper el banco de potencia podría ser cierto.

El lanzamiento del McLaren F1 y su coronación como coche más rápido del mundo volvió a colocar en el mapa a Reino Unido como fabricante de superdeportivos a mediados de los 90. El efecto arrastre provocó que muchos fabricantes se dispusieran a fabricar rivales o máquinas capaz de superar al todopoderoso F1 y sus 371 km/h de velocidad punta. TVR llevaba décadas fabricando deportivos rápidos y coches de competición, y decidió embarcarse en un proyecto de superdeportivo auténticamente desquiciado. Se llamaba simplemente TVR Speed 12.

Partiendo de dos motores de Speed Six de seis cilindros en línea instalados en un Cerbera, los ingenieros de TVR crearon un gigantesco monstruo de 12 cilindros en V y 7,7 litros de cilindrada. Con un nuevo bloque motor de acero, se dispusieron a probar la potencia máxima de la bestia. Dice la historia que el motor rompió el eje de potencia del dinamómetro donde se estaba tratando de averiguar su número de caballos. Un dinamómetro preparado para soportar potencias de hasta 1.000 CV. ¿Cómo se os queda el cuerpo?

Gracias a un chasis tubular de aluminio y una carrocería de fibra de carbono, sólo pesaba 975 kilos.

Con el dinamómetro roto, los ingenieros probaron la potencia de las bancadas por separado, obteniendo una cifra de 480 CV por bancada. Con ello obtuvieron una cifra de potencia total estimada de 960 CV. La idea original era conquistar el campeonato de GT de la FIA, en su clase GT1, para posteriormente dar el salto a las calles. En su configuración de carrera, el motor estaba restringido a sólo 675 CV, pero cambios en la regulación de la FIA dieron al traste con su existencia antes de que el Speed 12 pudiera estirar las piernas.

La parte positiva es que el desarrollo fue aprovechado para la Clase GT2 y el proyecto del coche de calle siguió adelante. En 2000 estaba listo, y estéticamente era una combinación entre un Cerbera y un radical coche de competición. Retenía el enorme spoiler, fondo plano e incluso el difusor trasero. Su motor desarrollaría al menos 800 CV de potencia. Pero todo cambió cuando el fundador de TVR – Peter Wheeler – se llevó un prototipo de pre-producción a casa una noche, con el objetivo de disfrutarlo en las carreteras británicas.

El precio objetivo de los TVR Speed 12 de calle era de unas 245.000 libras esterlinas.

Wheeler volvió al día siguiente asustado, diciendo que el coche era un peligro en las carreteras públicas, era demasiado potente y radical. Él mismo ordenó paralizar el desarrollo y usar las piezas creadas para el mantenimiento de las unidades GT2 de competición. El único prototipo de preproducción fue vendido a un particular a través de AutoTrader. Este particular lo cedió a la revista EVO para una prueba. Fue el único en obtener una puntuación de 11,5 estrellas sobre 5, todas las que entraban en maquetación.

La única unidad legal para su circulación en carretera sigue en propiedad del mismo entusiasta y ha sufrido una serie de modificaciones mecánicas, como por ejemplo, componentes internos de titanio para el motor y una reprogramación electrónica. Su potencia actual se estima en unos 830 CV, y es capaz teóricamente de alcanzar los 100 km/h en unos 3,5 segundos, equipado con una caja de cambios secuencial Hewland de 6 relaciones. Su velocidad máxima se cifra en unos alucinantes 386 km/h.

Se deja ver habitualmente en concentraciones o eventos del motor en Reino Unido. El coche también se podía pilotar en el videojuego Gran Turismo 4.

Fuente: EVO | Supercars.net
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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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