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Aquellos maravillosos GTI de los años noventa, tercera parte

Continuamos con nuestra saga de los mejores GTI de los años 90. Si te conectas ahora a Diariomotor, te aconsejo que repases las dos primeras entregas, donde ya hemos hecho un buen repaso a 10 de los mejores GTI que nos dejó una de las décadas doradas de la historia del automóvil. En esta tercera entrega (que aún no será la última) hablaremos de tres compactos y dos utilitarios picantes, algunos atmosféricos y algunos turboalimentados, pero todos ellos pasionales, sencillos y muy divertidos. Echamos de menos los 90.

Citroën ZX 16V (1991): a caballo entre los 80 y los 90

Su versión de 167 CV es la más codiciada, y sólo estuvo a la venta durante un año.

Uno de los GTI más conocidos – y aún reputados – de la década fue el Citroën ZX 16V. Un coche que se vendió con varias motorizaciones, algunas de ellas hoy muy codiciadas. Fue lanzado en el año 1991, con el motor más potente de la gama, un conocido 1.9 atmosférico de gasolina, de 16 válvulas. Este motor había sido ya usado en los 205 GTi «pata negra», en los 309 GTi y en los 405, todos ellos Peugeot. Era un motor que desarrollaba 130 CV, y en los ZX permitía una aceleración de 0 a 100 km/h de unos 9,5 segundos.

El motor apenas duró dos año en producción en los ZX Volcane, ya que la Unión Europea exigió la catalización de todos los motores en 1993. Este 1.9 pasó a desarrollar 122 CV una vez catalizado, y fue acto seguido reemplazado por un nuevo 2.0 litros con 155 CV y similar culata de 16 válvulas. Un motor mucho más moderno, que antes de ser reemplazado por el Xsara en 1997 estuvo disponible en su codiciada versión de 167 CV durante un año. Esta es la versión más cotizada del Citroën ZX, especialmente en su versión de tres puertas.

Exteriormente, era un coche discreto y se diferenciaba de otros ZX por un kit de carrocería algo más deportivo, llantas de 15 pulgadas y en el caso de las versiones de tres puertas un spoiler de dimensiones notables sobre el portón del maletero. Con una puesta a punto excelente – cómo echo de menos al Grupo PSA de los años 90 – y un interior discreto, era un lobo con piel de cordero. Sus 167 CV se entregaban a 7.000 rpm, y era capaz de alcanzar casi los 220 km/h. En definitiva, uno de los ZX más memorables.

Ford Escort RS Cosworth (1992): el abuelo invencible

El bloque Cosworth YB soporta preparaciones de incluso 600 CV sin necesidad de refuerzos. Es una bestia.

El Ford Escort RS Cosworth no necesita presentación hoy por hoy. Fue el mejor compacto deportivo de la década, irrefutablemente. Además, ha sido el precursor de los actuales compactos deportivos, en concepto y en ejecución. Fue desarrollado con un partner de lujo, Cosworth, una empresa inglesa que a estas alturas de la película es más que conocida. Cosworth desarrolló el fantástico motor YB de 2,0 litros para la competición, y después lo montó en los espectaculares Sierra Cosworth de calle, con excelentes resultados.

El propulsor fue instalado sin apenas cambios en el Escort, desarrollando una potencia de 225 CV. 225 CV que pasaban a las cuatro ruedas a través de un sistema de tracción integral permanente, que favorecía el reparto de potencia al eje trasero, aprovechándose del esquema de motor delantero longitudinal. Las prestaciones del coche – cuya caja de cambios tenía 6 relaciones – eran asombrosas para la época: hacía un 0 a 100 km/h en sólo 5,7 segundos y era capaz de superar la barrera de los 230 km/h.

Su peso era inferior a los 1.300 kg, y era capaz de desarrollar hasta 230 CV tras el lavado de cara. Su producción no fue abundante y era caro. Hoy en día es complicado encontrar unidades por menos de 15.000 euros, y ya es un clásico que sólo va a apreciarse. Realmente era un coche que jugaba en una liga propia, superior a la de los GTI de los noventa, a los que superaba en prestaciones, sensaciones y precio. Pero no podíamos terminar una recopilación así sin incluir a uno de los compactos más míticos de los años 90.

Fiat Punto GT Turbo (1993): turbo de la vieja escuela

Su motor es una evolución del motor del Fiat Uno Turbo, y su carácter es puramente old-school.

El cuore italiano no podía faltar en nuestra lista, y lo hace con el sucesor del Fiat Uno Turbo, uno de los GTI más venerados y conocidos de los 80, por su carácter explosivo y conducción delicada. Casi tan delicada como la de los Renault 5 Turbo, pero esa historia pertenece a la década anterior. En 1993, tras el lanzamiento del Fiat Punto, se puso a la venta su versión más prestacional, llamada simplmente GT Turbo. Una denominación con ecos Renault, que hacía uso de una versión evolucionada del propulsor del Uno Turbo.

Un motor de 1,4 litros que recibió una gestión electrónica mejorada, un nuevo turbocompresor y en general un lavado de cara mecánica. El motor desarrollaba 136 CV, asociados a un par máximo de 200 Nm. Con un peso de una tonelada, era capaz de acelerar hasta los 100 km/h en menos de 8 segundos. Era un motor explosivo, un motor de la vieja escuela creado a principios de los 80 que parecía muerto hasta llegar a las 3.000 rpm, donde explotaba de potencia y daba sustos a los conductores poco experimentados.

El chasis del Punto GT Turbo era insuficiente para tanto motor, según dicen las malas lenguas, lo cual impidió a Fiat lanzar una versión Abarth ya desarrollada con una evolución del motor de 165 CV. Es un coche aún fiable si fue bien tratado en su momento, y hoy en día se pueden encontrar a muy buen precio.

Alfa Romeo 33 16V (1990): pasión bóxer

Se vendió hasta 1995, cuando el 33 fue sustituido por el Alfa Romeo 145.

El Alfa Romeo 33 no era un coche precisamente moderno en los años 90. Llevaba casi 10 años a la venta – había sido presentado en el ya lejano 1983 – y estrenaba en 1990 su segundo lavado de cara. Pero sus credenciales deportivas eran firmes. Tras su último lavado de cara fue lanzada al mercado su versión Quadrifoglio Verde, que en algunos mercados fue simplemente conocida como Alfa Romeo 33 1.7 16V. Su mayor peculiaridad era un motor bóxer de 1,7 litros e inyección electrónica, único en el segmento.

Único por su configuración bóxer y excelente respuesta, este motor de la vieja escuela ha llegado a desarrollar hasta 137 CV de potencia, lo que unido al peso de apenas una tonelada del Alfa Romeo 33 resultaba en una aceleración hasta los 100 km/h de unos 8 segundos. Era un coche sencillo de preparar, de estética discreta que podía pasar perfectamente por un coche familiar. Muchos han sido usados en circuito en tandas, pero en general han sido bien cuidados por sus dueños, normalmente muy aficionados al motor.

Suzuki Swift 1.3 GTi Twincam (1992): simplifica y aligera

Su peso era de sólamente 790 kilos en orden de marcha. Era el más ligero del momento, junto al Peugeot 106 Rallye.

Uno de los GTI menos conocidos de la década es el Suzuk Swift 1.3 GTi Twincam. Quizá fue que sus ventas no fueron espectaculares o que pasó desapercibido ante los grandes del segmento. Pero en Diariomotor no nos olvidamos del pequeño de Suzuki. Era un coche con una filosofía similar a la del Peugeot 106 Rallye de la segunda entrega de esta saga. Simplicidad, poca cilindrada y menos peso. En orden de marcha era un coche que apenas pesaba 790 kilos, un peso pluma para el que no le hacían falta más que 1,3 litros de cilindrada.

Su motor 1.3 Twincam de 16 válvulas – construido íntegramente en aluminio – desarrollaba 101 CV a un régimen de 6.450 rpm, pero se estiraba hasta las 7.500 rpm. Este motor, acoplado a una caja manual de cinco relaciones, exigía jugar mucho con la palanca para sacarle todo el jugo al cuatro cilindros. Su comportamiento era soberbio, gracias a unos frenos y una suspensión a la altura. Si se le puede poner una pega, era su estética, muy discreta y apenas diferenciada del resto de la gama. Una joya infravalorada.

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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