Definitivamente parece que nos hemos vuelto locos. ¿Alguien imagina carreras de coches, sin pilotos? ¿Dónde está el reto? ¿Qué atractivo puede tener un campeonato de este tipo? No hablamos de ciencia ficción. Alejandro Agag, como Director General de la Fórmula E, acaba de adelantar algunos detalles de la ROBORACE (ver noticia en Diariomotor Competición), un campeonato que se disputará entre 2016 y 2017 y en el que competirán coches autónomos, ¡sin piloto! ¿Qué sentido tiene organizar carreras sin pilotos? La competición se ha fraguado, desde sus inicios, hasta ahora, en base a dos pilares fundamentales: la técnica y las habilidades del piloto. Si falla uno de ellos, no parece que tenga ningún sentido la competición. ¿Qué sentido tiene entonces la convocatoria de este campeonato? ¿Cuáles son las 5 razones por las que creemos que la ROBORACE, las carreras de coches autónomos, son una gran idea?
1. Porque estamos ante una ventana al futuro. Un Citroën circula entre Vigo y Madrid sin conductor. Marcas, como Audi, desarrollan deportivos capaces de hacer vueltas rápidas en circuito. El coche autónomo, nos guste o no, es el futuro. Este discurso a menudo es difícil de defender desde un medio dedicado al mundo del automóvil, y en el que siempre hemos intentado transmitir nuestra pasión por el coche. Es difícil entender un automóvil sin conductor pero, nos guste o no, la industria ha comenzado a caminar en la senda del coche autónomo, una tecnología que – en el más amplio significado del término autónomo – llegará algún día a la calle.
Una tecnología que, hasta entonces, contribuirá a hacer nuestra conducción – que de momento seguirá estando dirigida por conductores humanos – sea más segura y confortable.
2. Porque estamos ante el mejor laboratorio de pruebas posible para la inteligencia artificial. Según las primeras indicaciones que ha proporcionado la Fórmula E, los coches que competirán en la ROBORACE serán eléctricos, y técnicamente idénticos entre ellos. ¿Dónde demonios está entonces la competición? Existirán diez equipos, cada uno de ellos con dos coches. Y la diferencia básica entre cada coche estará precisamente en los algoritmos de manejo que utilizarán, y en las estrategias de inteligencia artificial con las que lucharán por la victoria.
Existen pocos escenarios mejores que este para comprobar el grado tecnológico que ha alcanzado la inteligencia artificial, y para dar pasos adelante en su desarrollo. Pensemos que estamos ante coches que tendrán que aprovechar al máximo sus posibilidades técnicas, potenciar las ventajas que encuentren en cada circuito (la ROBORACE recorrerá el calendario de pruebas de la Fórmula E), intentar ser más rápidos que otros 19 coches, adelantar, gestionar su potencia y su energía, e incluso adaptarse a condiciones cambiantes, como la meteorología, el estado de la pista, o el desgaste de los neumáticos.
¿Alguien no está de acuerdo en que el panorama que dibujará este campeonato es realmente interesante?
3. Porque la competición tiene que estar en la punta de la lanza de la tecnología de calle. La competición siempre se ha basado en el mayor aprovechamiento de la tecnología para lograr un objetivo, vencer carreras. Este campeonato puede convertirse en un prolífico canal de transferencia tecnológica entre competición y calle, ayudar a desarrollar sistemas autónomos más sofisticados que, en un momento dado, acaben aplicándose en los primeros coches autónomos que veremos en los concesionarios. Pensemos que los coches que competirán en la ROBORACE han de enfrentarse a situaciones extremas, que obviamente no han de darse en la vida real, en la calle, pero que perfectamente pueden resolver problemas cotidianos.
4. Por su contribución a la investigación y el trabajo de desarrolladores independientes. Otro de los titulares que nos deja la presentación de la ROBORACE es el hecho de que uno de los equipos vaya a nutrirse del crowdsourcing, del desarrollo de talentos independientes que contribuyan con sus algoritmos y sus ideas a hacer de dos de los competidores un vehículo más competitivo, y quién sabe si campeón. Este es un aspecto especialmente importante para amantes de la tecnología y el software, y para aquellos que siempre hemos creído en el código abierto, y el software libre.
Desconocemos cómo se coordinará el trabajo de este equipo, y qué cantidad de parámetros serán accesibles por los desarrolladores independientes que contribuyan. Quizás pequemos de utópicos, pero esta iniciativa bien podría acercar a terceros, no directamente relacionados con la industria del automóvil, al conocimiento del funcionamiento de un coche autónomo. Y eso, en última instancia, también debería contribuir a favorecer el desarrollo de la tecnología.
5. Porque puede ser un excelente escaparate comercial. Tras conocer el anuncio de ROBORACE me preguntaba, ¿qué interés puede tener para los seguidores y espectadores de la competición? Me temo que ninguno, o al menos un interés muy limitado. De una u otra forma, seamos acérrimos seguidores de un piloto, un equipo, o de ninguno de ellos, los espectadores nos sentimos motivados por las habilidades de los pilotos, por su capacidad para enfrentarse a situaciones límite. Tengo la sensación de que este campeonato no puede hallar mayor atractivo que el que encuentren investigadores, y amantes de la tecnología, por ver a 20 coches sin conductor compitiendo en circuito. ¿Será aburrido para el grueso de los aficionados? Me teomo que sí.
¿Qué interés puede tener para los fabricantes? Sin espectadores no hay competición. Asumámoslo. Un campeonato se nutre de espectadores, que a su vez contemplan la publicidad de unos patrocinadores, que a su vez patrocinan el proyecto de un equipo. Si ROBORACE se ha presentado es porque los organizadores de la Fórmula E han conocido que habrá fabricantes y empresas que formarán equipo. Ante lo cual, imaginamos que serán los propios fabricantes de coches, que ya están lanzados en una carrera por desarrollar el coche autónomo más impresionante (basta comprobar la rapidez con que PSA ha traído su prototipo autónomo a España, o iniciativas como la llevada a cabo por Audi creando un coche autónomo capaz de dar vueltas rápidas en circuito).
Dicho lo cual, no nos extrañaría que muchas marcas se unieran a la iniciativa, aprovechando la ROBORACE como escaparate publicitario y, como ya decíamos anteriormente, como laboratorio de pruebas.
Estaremos muy atentos a las noticias que nos lleguen de este campeonato que, como mínimo, ya se ha ganado toda nuestra atención.
En Diariomotor: ROBORACE: carreras sin pilotos para acompañar a la Fórmula E