El BMW 2002 ha sido uno de los clásicos más importantes de BMW, uno de los que más ha contribuido a crear la imagen de coche dinámico y deportivo de la que BMW goza hoy en día. Su versión Turbo es uno de los clásicos europeos más codiciados de los años 70, y el abuelo del nuevo BMW M2 Coupé. Hace unos años, un estadounidense llamado Paul Cain creó con su hermano el BMW 2002 definitivo. Mezclando estilo clásico con tecnología moderna. Un proyecto que está a la venta por 105.000 dólares, y que merece la pena hasta la última tuerca.
Estéticamente, replica la decoración del BMW 2002 turbo, mezclando su aspecto exterior con detalles Alpina, como son sus llantas. Pero pasaría perfectamente por un 2002 clásico, hasta el punto de retener sus cromados y sus emblemas. Un momento… en el lateral dice «twin turbo» en vez de «turbo», y en el portón del maletero dice «3002tti-L» en vez de «2002tii» o «2002turbo». La enorme atención al detalle de sus creadores nos da pistas acerca de lo que hay bajo el capó. Definitivamente, aquí hay gato encerrado.
El gato es un motor M54, un seis cilindros en línea de 3 litros, con doble turboalimentación en serie. El motor que el BMW 335i estrenó hace ya años, potenciado hasta los 335 CV. Un sedoso y contundente motor que ha sido movido lo más atrás posible, sin interferir en el habitáculo. Paul Cain logró un reparto de pesos casi perfecto en su proyecto, 51/49. Fue posible mediante el montaje de la caja de cambios Getrag de cinco relaciones en posición transaxle, junto al diferencial trasero.
Un trabajo de élite, cuyas guindas son un diferencial autoblocante Quaife y el eje trasero de un BMW M5. La lista de modificaciones no termina ahí: su equipo de frenado procede de un Porsche 993 Turbo y su suspensión ajustable está firmada por Bilstein. Nuevas estabilizadoras y barras de torretas, contrastan con un interior completamente clásico, en el que nada llama la atención. La admisión, y el portón del maletero han sido fabricadas en fibra de carbono especialmente para este vehículo.
Una creación maravillosa, creada con una atención al detalle excelsa, que vale cada uno de los 105.000 dólares que pide su creador.
Fuente: Kinja
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