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Fórmula Racing: historia en clave deportiva de nuestro compacto, el SEAT León (primera parte)

No debemos olvidar que en el actual panorama de compactos deportivos existe una saga mucho más cercana a nuestro corazón que los GTI, OPC o AMG. He titulado a este artículo Fórmula Racing, cuya abreviatura FR ha dado lugar a varios SEAT memorables, al igual que el apellido Cupra. Del SEAT Ibiza nos ocuparemos en otra ocasión, en esta el protagonismo es para su hermano mayor. Rendimos un homenaje a las versiones más deportivas de los 16 años de historia del SEAT León, con un repaso a fondo de su historia.

Al igual que el SEAT Toledo, compartía plataforma con el Volkswagen Golf, Audi A3 o Skoda Octavia.

El SEAT León fue lanzado al mercado en el ya lejano año 1999. Era un coche compacto, que sólo estuvo disponible con una única carrocería de cinco puertas. Parte de la culpa la tenía el SEAT Toledo, con el que compartía la práctica totalidad de componentes, así como un bonito diseño de Giugiaro. Podría decirse que fue una versión hatchback del Toledo, al cual llegó a eclipsar en popularidad y en ventas. Fueron años de crecimiento para SEAT, y un producto de calidad como el León catapultó a la marca española en una de sus eras doradas.

SEAT León Cupra 4 2.8 VR6 (2000): el origen

SEAT tenía en la época un fuerte programa de competición, pero atrás quedó su paso por la categoría reina de los rallyes. SEAT buscaba triunfos sobre el asfalto que siguiesen apoyando las fuertes ventas del momento. Buscando establecerse como una marca pasional y dinámica – y teniendo en cuenta el éxito de las versiones deportivas de los Ibiza – SEAT lanzó su primer León Cupra en el año 2000, amparado por el excelente rendimiento comercial del León, que llegó a canibalizar de gran manera las ventas del Toledo.

Varias versiones del SEAT León de primera generación estuvieron disponibles con tracción integral, aunque nos hayamos olvidado de ellas.

Curiosamente, el primer SEAT León Cupra se llamaba Cupra 4 y tenía un motor 2.8 VR6, un atmosférico de 204 CV asociado a un esquema de tracción total tipo Haldex, virtualmente idéntico al del Audi A3 quattro. Aunque no fue el primer SEAT León en montar una caja de cambios manual de seis relaciones, era un coche un tanto atípico. No tuvo un excesivo éxito en ventas: era un coche pesado y su comportamiento no era tan radical como un GTI. Con todo, alcanzaba los 235 km/h, aceleraba hasta los 100 km/h en 7,3 segundos… y consumía una barbaridad.

Quizá por ello apenas duró dos años en el mercado, siendo sustituido en 2002 por un Cupra R, con motor de cuatro cilindros turboalimentado: tenía mejores prestaciones, menores consumos y una puesta a punto más dinámica, de tracción delantera. El Cupra4 se vendió mejor en los mercados europeos, donde el León fue la punta de lanza de las exportaciones de SEAT. En Suiza se lanzó una edición especial con 280 CV: oficialmente amparada por SEAT, su sobrealimentación por compresor fue cortesía de un preparador externo.

SEAT León Cupra R 1.8 20VT (2002): el mito de SEAT Sport

El fin de fiesta del primer León fue la cotizada versión Cupra R con el motor evolucionado hasta los 225 CV.

Un propulsor turboalimentado con cinco válvulas por cilindro y un nivel prestacional muy superior a los Golf más potentes de la época. Aunque ya existía un SEAT León con este motor y 180 CV, no estaba diferenciado del resto de León de la gama. SEAT Sport cogió un simple León 20VT y lo puso a punto de forma muy dinámica, con un comportamiento juguetón – pero equilibrado y gobernable – que hizo las delicias de prensa y público. Parte de la culpa la tenía su motor 1.8 20VT, que evolucionó hasta los 210 CV. Había nacido el León Cupra R.

Fue uno de los compactos deportivos más rápidos del momento. Era tan potente como el Audi S3 – el Grupo Volkswagen no dejó a SEAT ponerle más potencia – y al prescindir de la tracción total era más ligero, con un peso de 1.320 kg. Su kit de carrocería era específico, tenía unas ya icónicas llantas de 17 pulgadas de serie y un color amarillo canario que desde entonces ha ido ligado sin remedio a los SEAT más potentes. Su tren de rodaje también tenía un equipo de frenado reforzado, así como una suspensión deportiva sin concesiones.

Su lanzamiento vino acompañado de una versión Supercopa, esencialmente un SEAT León Cupra R de carreras, para la copa monomarca de SEAT.

Era muy rápido: hacía el 0 a 100 km/h en 7,1 segundos y su velocidad punta rozaba los 240 km/h. La sensación de potencia y deportividad era palpable en su interior, con una instrumentación de fondo blanco y tipografía roja, asientos semi bacquét Recaro opcionales y un volante deportivo de tres radios. Sus 210 CV aumentaron hasta los 225 CV en sus compases finales, llevando la velocidad punta a los 242 km/h y el 0 a 100 km/h una décima por debajo de los siete segundos. Hoy por hoy, es el León más cotizado.

SEAT León FR y FR TDI (2002): los secundarios de lujo

Para acompañar el lanzamiento del Cupra R en 2002, SEAT lanzó dos versiones FR del Seat León. Dos letras ya míticas en nuestra cultura automovilística, cuyo significado era Fórmula Racing, un homenaje al mundo de la competición. Las versiones FR del SEAT León de primera generación no eran tan radicales como la versión Cupra, pero en su puesta a punto también intervino SEAT Sport. Su precio más asequible e imagen muy similar a la versión Cupra las convirtieron en un éxito de ventas instantáneo.

Las tres letras del emblema TDI del SEAT León FR estaban teñidas en color rojo, anticipando 150 CV muy vivos.

La gran novedad fue el lanzamiento de una versión deportiva FR con motor 1.9 turbodiésel. El mítico 1.9 TDI de bomba-inyector, que compartía con el Volkswagen Golf GTI TDI. Tras el éxito del SEAT Ibiza GT TDI unos años antes, en SEAT tenían claro que un diésel potente y de bajo consumo sería todo un acierto. Puede que incluso subestimaran su éxito, porque sus ventas eclipsaron a todos los Cupra y los FR de gasolina. 150 CV turbodiésel, con una tremenda patada, y un enorme par motor de 320 Nm a sólo 1.900 rpm.

No estábamos acostumbrados a que un coche diésel pudiese tener semejantes prestaciones: hacía el 0 a 100 km/h en 8,9 segundos, alcanzaba los 215 km/h y aunque no tuviésemos mucho cuidado con el acelerador, las medias de consumo eran de unos 5 l/100 km. El León FR TDI hizo que multitud de jóvenes se pasaran al gasóleo, con argumentos de peso. A pesar de problemas endémicos de caudalímetro y otros derivados de un trato demasiado duro – sabéis de qué hablo – es un coche que sigue gozando de una reputación de oro.

A su lado, la versión FR con motor 1.8 20VT de 180 CV, a pesar de ser notablemente más rápida – 7,7 segundos en el 0 a 100 km/h – y ligera palideció en ventas frente a la potencia TDI. Con todo, fue una opción muy sensata para quien quería un compacto capaz de ser usado todos los días, amplio y cómodo, pero con un extra de potencia más que importante. Todas las versiones FR y Cupra fueron muy mimadas por el aftermarket y la comunidad de dueños, que proporcionaron abundantes soluciones de potenciación y personalización.

Pronto, continuamos con la segunda generación del SEAT León.

En Diariomotor:

Vídeo destacado del SEAT León

Imagen para el vídeo destacado del SEAT León Botón de play

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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