Desde hace tiempo venimos hablando de ello. En Londres se han hartado de los Millionaire Boy Racers, que se pasean habitualmente por la capital británica en sus deportivos, a menudo entorpeciendo el tráfico, alguna que otra vez protagonizando accidentes, y casi siempre generando mucho ruido revolucionando el motor de sus flamantes deportivos. La situación ha llegado hasta tal punto que ha sido necesario proponer una ley de protección de espacios públicos, que sancionará con 1.000 libras, unos 1.383€ al cambio actual, a aquellos que generen demasiado ruido con sus coches. Una multa que, si bien es cierto será insignificante para los capitales que manejan estos conductores, al menos servirá para beneficiar a las arcas públicas.
La ordenanza Public Spaces Protection Order (PSPO) pretende restaurar la convivencia en las calles de Londres, concretamente en la zona de Knightsbridge, y los distritos de Kensignton y Chelsea, una de las zonas en las que los deportivos estaban causando mayores problemas (The Telegraph).
Los vecinos se quejan, sobre todo, del ruido generado por estos deportivos tan exclusivos, pero también del riesgo de sufrir accidentes. Un Lamborghini o un Ferrari rugiendo es probablemente un espectáculo entretenido para el turista, o para los muchos car-spotters que, cámara en mano, fotografían a las máquinas que pasean por Londres. Pero evidentemente no es un plato de buen gusto para los vecinos.
La ordenanza sancionará con 1.000 libras a aquellos que muestren una actitud poco cívica al volante de sus máquinas. Se sancionará a conductores que revolucionen innecesariamente el motor de su coche, que aceleren con intensidad, quemen rueda, o se vean involucrados en piques innecesarios. Pero también se sancionará con esa misma sanción a aquellos que mantengan el motor de su coche encendido innecesariamente, obstruyan el tráfico (hemos visto vídeos en los que incluso lavaban un deportivo en plena vía pública, ocupando parte de un carril), que toquen la bocina, o incluso que osen pasearse por Londres con la música demasiado alta (Daily Mail).
Aunque a menudo se ha asociado la presencia de deportivos a la cantidad de fortunas de Oriente Próximo afincadas en «la city», lo cierto es que los comportamientos poco cívicos no entienden de nacionalidad, y los locales también habrían contribuido a tensar esta cuerda hasta obligar a las autoridades a endurecer las sanciones.
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