Periódicamente surge un rumor que personalmente nos gusta, y mucho, el del regreso del Honda S2000. La última noticia que apunta en esa dirección nos llega desde Reino Unido. Autocar.co.uk apuntaba a una reunión de un club británico de propietarios del Honda S2000 en el que habrían estado algunos responsables de desarrollo de Honda, recopilando la información, ruegos y preguntas, de los que probablemente sean los mejores prescriptores del S2000. Aquellos que no solo presumen de un Honda S2000 en su garaje, sino que también están dispuestos a profesar su pasión por el deportivo nipón reuniéndose con otros propietarios, pasando fines de semana en familia, disfrutando de la conducción, e intercambiando opiniones. ¿Cuáles son las 4 razones que esgrimimos para pedir que regrese el Honda S2000?
1. El mundo necesita más deportivos de tracción trasera.
Es cierto que, con las cifras en la mano, es difícil justificar que una marca lance un biplaza de tracción trasera. Es más, si fuéramos los consejeros de Honda, y recapacitásemos con suma frialdad, les invitaríamos a dirigir sus esfuerzos en otras líneas. Les animaríamos a reforzar aún más su línea SUV (en la que recientemente se introducía el Honda HR-V), les pediríamos que dieran el do de pecho con la próxima generación de Honda Civic, y les pediríamos que reforzasen su posición en los segmentos A y B, con un verdadero «Fiesta» (más allá del Jazz, que juega con la dualidad de utilitario y mini-monovolumen) y un urbanita. Movimientos encaminados precisamente a mejorar las cifras de una marca que, sinceramente, necesita un empujón, especialmente en Europa.
Pero si dejamos la razón de lado, y pensamos con el corazón, lo mejor que le podríamos pedir a Honda en estos momentos sería un deportivo de tracción trasera, y a ser posible descapotable. Incluso con todo lo dicho en el párrafo anterior, esto no sería nada descabellado. Honda está basando su estrategia, al menos en Europa, en el poder comercial de los SUV, y en la imagen deportiva que transmite con su patrocinio de la Fórmula 1 (bueno, quizás este año esa imagen no haya sido la que esperaban), y el regreso de dos emblemas de la marca: NSX y Type-R. ¿Existe algo mejor que un deportivo, relativamente asequible, y de tracción trasera, para potenciar la imagen deportiva de una marca?
2. El concepto de motor central nos apasiona.
La razón por la cual el Honda S2000 está tan cotizado y es relativamente difícil de conseguir, y los Mazda MX-5 son auténticas gangas que se mueven mucho en el mercado de ocasión, no solo responde a su precio original, o a las cifras de producción de estos dos compatriotas. El Honda S2000 es un deportivo de culto, y lo es, entre otras cosas, por haber sido durante años uno de los deportivos más ágiles de su categoría. Hasta el punto en que muchos piensan que, con su retirada de los concesionarios, el mercado ha quedado en cierta medida huérfano.
La revista Motor Trend decía en 1999 que el Honda S2000 era como si los ingenieros de la Fórmula 1 se hubieran dedicado a crear un deportivo. Honda consiguió su dinámica alcanzando una distribución de pesos perfecta, en torno al 50:50. Recurriendo a la tracción detrás, y el motor delante, pero situado justo detrás del eje delantero, en posición central. En el eje trasero no podía faltar un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado de tipo Torsen.
3. Pero aún más el uso de un motor atmosférico con acompañamiento de sushi y mucho sake.
Otro de los aspectos que ha hecho del Honda S2000 un deportivo de culto ha sido la presencia de un motor de 2 litros (de ahí su denominación S2000), capaz de cortar en torno a las 9.000 rpm. El Honda S2000 era un deportivo a la antigua usanza, con uno de los motores atmosféricos de cuatro cilindros más bestias que hayan existido, y al nivel de otros ilustres japoneses, como el rotativo de Mazda, o el 2JZ-GTE de Toyota. Con un motor de estas características, te puedes imaginar lo que significa jugar con un S2000 en la zona más divertida de su régimen de revoluciones, en la zona alta.
Nos tememos mucho que hoy en día esta característica tendría difícil encaje (si no que se lo digan a Toyota GT 86 y Subaru BRZ, con su bóxer de cuatro cilindros atmosférico). Quizás acabasen decantándose por el motor turboalimentado del nuevo Civic Type-R, o incluso soluciones híbridas. Lo cual sería una lástima, pero la solución más acorde con lo que pide el mercado.
4. Porque Honda necesita un deportivo que no sea un unicornio.
Mucho me temo que cruzarnos con un Honda NSX cuando vayamos a hacer la compra, o de casa al trabajo, será el equivalente a encontrarnos un unicornio esperando en un semáforo. El nuevo NSX será un deportivo de altos vuelos, tecnológico, apasionante, pero también raro de ver. La imagen de un Civic Type-R esperamos que sea más cotidiana. Pero precisamente por eso Honda necesita un deportivo como el S2000, más asequible, lo suficiente para que muchos podamos plantearnos su compra, y para generar problemas conyugales, en el momento en que nos demos cuenta de que el precio de un biplaza tan especial se sitúe en torno al de un SUV compacto bien equipado. Con esa carta de presentación, ¿quién no se plantearía al S2000 como segundo coche en casa, para la crisis de los 50, los 40, los 30, ¡o los 25!?
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