En el Salón de Frankfurt se presentaba oficialmente el Mazda Koeru, algo así como un gran SUV, con rasgos de coupé, con una línea más dinámica a la que ya vimos en el Mazda CX-5, y también a la que se presentaría poco después en la nueva generación del Mazda CX-9. Razón por la cual, Automotive News retomaba estos días la idea de un Koeru de producción, algo así como un gran crossover, práctico, y con cierto enfoque deportivo, para completar la gama Mazda. ¿Hay sitio en Mazda para un nuevo crossover? ¿Y si ese crossover fuera un hipotético SUV compacto con estilo de coupé, el nuevo Mazda CX-4?
1. Porque cuando el río suena en Mazda, lleva agua. Si algo ha demostrado en los últimos años Mazda es que, cuando presentan un prototipo, está claro que este sentará las bases de un nuevo modelo que veremos pronto en los concesionarios. Especialmente cuando se presenta de esta guisa, como el Mazda Koeru, con una apariencia atractiva, pero nada futurista. De hecho no nos parece nada descabellado que el modelo definitivo respete, prácticamente sin cambios, o con muy pocas novedades, la estética del Koeru.
En Mazda últimamente no son muy fans de presentarnos prototipos a modo de globo sonda, para analizar las reacciones de sus clientes potenciales, y de la crítica, para valorar la posibilidad de su lanzamiento. Por norma general sus prototipos nos anticipan cómo será un modelo de producción definitivo, en el que llevan trabajando meses, o incluso años. Y no creemos que el Koeru vaya a ser la excepción, como tampoco lo esperamos del Mazda RX Vision, el flamante coupé deportivo con el que acudieron hace unas semanas a Tokio para hablarnos, de nuevo, del motor rotativo.
2. Porque Mazda tiene plataforma para ello. Este mismo año tuvimos ocasión de hablar con Jeff Guyton, Presidente y CEO de Mazda Europa. Y como te imaginarás, nuestras preguntas fueron dirigidas muy concretamente a resolver una gran duda, ¿cuál será el siguiente paso de Mazda?
La marca de Hiroshima suele rehusar cualquier posibilidad de anticipar la estrategia de productos que seguirán en los próximos años. Queríamos saber si de nuevo habrá un deportivo de referencia en Mazda, si veremos versiones más deportivas, o si crecerá su gama con nuevas carrocerías, como la del propio Koeru. Jeff tan solo nos aclaraba que en Mazda están abiertos a todas las posibilidades, que están trabajando para planificar su crecimiento en base a nuevos nichos, que amorticen la tecnología y las plataformas utilizadas por Mazda 2, Mazda 3 y Mazda 6 (y por ende CX-3, CX-5 y CX-9) y que «producirán cualquier modelo que resulte viable».
El modelo derivado del Mazda Koeru aprovecharía buena parte de la tecnología ya utilizada en los Mazda 6 y CX-5, con lo cual es lógico pensar que las cuentas salgan, que Mazda vea viable el proyecto, y opte por su lanzamiento.
3. Porque los crossover con enfoque coupé y deportivo triunfan. Si algo hemos visto en los últimos años, es que los SUV con enfoque más deportivo tienen éxito. Los mejores ejemplos los tenemos en BMW X6 y BMW X4, y en cómo Mercedes-Benz ya está haciendo lo propio con los Mercedes GLE Coupé y GLC Coupé.
Según Masamichi Kogai, Presidente y CEO de Mazda, en declaraciones a Automotive News, su idea está en la de ofrecer un crossover más bajo que el CX-9, con dimensiones parecidas a las del CX-5, un maletero muy espacioso, una línea deportiva, y un enfoque más propio de un modelo como el Subaru Outback. Mazda quiere encontrar el nicho de este modelo en un espacio entre el familiar, el familiar campero, y el SUV de dimensiones compactas.
4. Porque Mazda necesita crear una gama aún más pasional y aspiracional. Hoy en día Mazda ofrece una de las gamas más tecnológicas del mercado, especialmente en lo que concierne a sus motores. Si tuviera que escoger la gama de motores para turismo de una marca, es probable que me quedase con Mazda, y con las particularidades de sus motores SKYACTIV, tanto diésel como gasolina.
Pero Mazda, más allá de su tecnología, y de la línea estética impuesta por la renovación de sus productos, ha de jugar en un terreno que va más allá de los volúmenes, que atañe al automóvil más aspiracional. Y es ahí donde la búsqueda del nicho, del familiar campero, con enfoque relativamente deportivo, puede ofrecer el escenario perfecto para una marca como Mazda para robar ventas a los rivales premium, especialmente los alemanes; gozar de unos márgenes de beneficio importantes; y, de paso, hacer imagen de marca.
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