Cuba es un país aún sometido a graves restricciones económicas. Aunque sobre el papel se hayan entablado de nuevo negociaciones con Estados Unidos y el bloqueo económico se levante en algún momento, lo cierto es que es un país que sigue tan aislado como siempre. En Cuba hay decenas de miles de clásicos aún rodando por sus calles, coches anteriores a la Revolución que sus dueños aún mantienen como pueden, por pura necesidad. De cuando en cuando, se descubren coches abandonados con apasionantes historias, como este Aston Martin DB2/4.
El coche de las imágenes fue fotografiado por Jonathan Ward – de la revista Road&Track – en un reportaje sobre la cultura automovilística de Cuba que os recomiendo leer si tenéis un rato. Sea como fuere, este coche está actualmente almacenado en un cobertizo en un pueblo cercano a La Habana. A tenor de su estado, oxidado y polvoriento, podría llevar décadas sin moverse. Pero aún es un coche salvable, si alguien está dispuesto a hacer una completa restauración de chasis y mecánica. ¿Mecánica?
Este Aston Martin DB2/4 es uno de los dos fabricados con un motor de competición, según los archivos históricos de Aston Martin. En su ficha oficial sólo aparece una inscripción: «Cuba?». Por supuesto, llegó a la isla antes de la Revolución, en el lejano año 1958. Nada se sabe de su motor de seis cilindros en línea, porque bajo su capó está un cuatro cilindros carburado procedente de un Lada 1200. Esto no debe sorprendernos, los Lada fueron los coches más populares de Cuba durante décadas de influencia soviética.
Muchos de los clásicos americanos que pueblan sus calles están propulsados por viejos motores Lada y este Aston Martin no fue una excepción. Cuando su motor dijo basta, muchas de sus partes fueron aprovechadas para otros coches, y el coche quedó relegado al olvido en un cobertizo, esperando tiempos mejores. Conseguir un coche en funcionamiento en Cuba es todo un éxito, y los cubanos llegan a extremos de genialidad para fabricar sus propias piezas o fluidos de recambio. Una cultura automovilística sin igual.
Muchas de las piezas de este Aston habrán terminado como repuestos en otros coches, manteniéndolos con vida mucho más allá de su duración planificada. Con la apertura al turismo americano los dólares comienzan a entrar en Cuba, pero la apertura económica aún está lejos. «El comunismo no funciona, pero el capitalismo no tiene conciencia«, dicen algunos cubanos. El dueño de este Aston Martin tan especial sueña con algún día restaurarlo y competir en un GP cubano de clásicos. Quizá ese día llegue alguna vez.
Sería una maravilla ver todos esos clásicos rescatados, pero quizá pertenecen a esa burbuja temporal que es Cuba, y no a un garaje climatizado en EE.UU.
Fuente y más imágenes: R&T
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