La cumbre del clima de Copenhague ha finalizado, y se ha forjado un ambicioso acuerdo en el que todos los países del mundo se comprometen a realizar las acciones necesarias para que el calentamiento global se limite a 2 grados – sobre las medias históricas – en este siglo. Un acuerdo histórico del que os recomiendo leer una sinopsis en este artículo de Wired. Uno de los acuerdos paralelos ha sido el de la iniciativa ZEV: cuatro países y parte de otros dos se han comprometido a prohibir la venta de vehículos de combustión interna para 2050.
La Electric Vehicle Initiative (EVI), es una iniciativa de la Agencia Internacional de la Energía, de la que 16 países son miembros, incluido nuestro país, España. La iniciativa ZEV (Zero Emission Vehichle) es parte de la EVI, y es la que ha tomado la decisión de prohibir las ventas de vehículos propulsados por combustibles fósiles para 2050. Estiman que el 80% del mercado estará compuesto por eléctricos, híbridos o vehículos de pila de combustible para 2050, y quieren acelerar este proceso de transición energética.
El acuerdo ha sido ratificado por los Países Bajos, Alemania, Noruega y Reino Unido en Europa. Los Países Bajos y Noruega son países muy pequeños, pero Reino Unido y Alemania concentran entre ambos casi la mitad de todos los vehículos que se venden en la Unión Europea. Alemania es el mayor fabricante de vehículos en Europa. Poca broma, en resumidas cuentas. Fuera de Europa, la provincia de Québec en Canadá – de tintes marcadamente separatistas – ha firmado este acuerdo, así como 8 importantes estados de EE.UU.
Los estados de Nueva York, California, Maryland, Oregon, Rhode Island, Connecticut, Massachusetts y Vermont – en cómputo global, con una población de casi 81 millones de personas. El acuerdo es un compromiso, una declaración de intenciones sin una base legal 100% definitiva. Es decir, que podría sufrir cambios o ser revertido de alguna manera. Pero lo cierto es que es un acuerdo – al que más países se pueden adherir – que marca intenciones claras por una movilidad de cero emisiones en una buena parte del «primer mundo».
¿Qué pasará con los coches de combustión interna ya existentes?
El acuerdo establece que no se podrán vender coches nuevos propulsados por combustibles fósiles. Curiosamente, esto afectará también a los híbridos, aunque el acuerdo no deja claro si afectará a los eléctricos de autonomía extendida, que usar un motor de gasolina para aumentar su autonomía. ¿Seguirá siendo posible circular con coches «prehistóricos»? Por supuesto, pero estoy seguro de que la carga impositiva de estos vehículos aumentará, así como las restricciones a su uso, desincentivando su utilización.
Sólo algunos coches de disfrute sobrevivirían más allá del 2050, limitados a circuitos o días concretos. Quizá incluso limitados geográficamente: habrá zonas rurales en las que seguramente se sigan permitiendo. Pero el grueso de la movilidad – especialmente la urbana – tendrá que tener cero emisiones. Petrolheads, nos toca mudarnos al campo, me parece. Con todo, aunque se trata de una declaración de intenciones, la oferta de los fabricantes de automóviles cada vez tiende más a este nuevo modelo de movilidad.
Fuente: C&D
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