Seguro que recuerdas nuestro viaje a lomos del Audi R8 LMX a Portugal. Hace unos meses poníamos rumbo con una de las versiones más especiales de la anterior generación del Audi R8 a Lisboa para preparar un reportaje que pudisteis leer bajo el título de “Audi R8 LMX:¡Roadtrip a Lisboa!”. Ahora hemos querido recuperar unas cuantas instantáneas para recrearnos en el recuerdo de aquel viaje y enseñarte más de lo que entonces pudiste ver y leer.
Un breve repaso: ¿qué nos ofrecía el Audi R8 LMX?
570 caballos. El Audi R8 LMX hace gala de una potencia mayor, de una puesta a punto realmente bien resuelta. Frenos carbocerámicos, una espectacular estampa reforzada a golpe de alerón, de canards, ese tono azul específico… sí, su interior hacia evidente el paso del tiempo, los años que ya acumulaba esta generación, pero vaya canto de cisne hizo Audi con esta edición especial.
Por delante 2000 kilómetros en poco más de un día. Por delante las calles de Lisboa y sus tranvías, las playas de Cascáis, carreteras secundarias rodeadas de árboles a los pies del Atlántico, horas y horas de sesión de fotos… una experiencia espectacular.
Por supuesto no nos podemos olvidar de otra de sus peculiaridades: este Audi R8 LMX es, junto al BMW i8, el encargado de introducir las ópticas láser en el mercado.
Backstage. Esas fotos que entonces no te enseñamos…
Dieta de gasolinera. Comida rápida para un coche rápido. 2000 km de viaje en poco más de un día te obliga a veces a comer sobre la marcha y no tan bien como te gustaría.
Sorprendentemente el Audi R8 LMX era capaz de arrojarnos consumos por debajo de los 10 l/100 km. Eso sí, la factura de gasolina no fue precisamente pequeña…
El camino se hace mucho más ameno cuando la banda sonora la pone un V10 y por el retrovisor ves ese enorme alerón fijo.
Aunque claro, ¿qué clase de roadtrip sería esto sin música?
Empacar todo el material fotográfico en el R8 es todo un reto.
Llegamos a Lisboa. Una parada rápida, estiramos las piernas a las puertas del Monasterio de los Jerónimos de Belém y proseguimos rumbo a Cascáis.
Una estantería de excepción. Una parada rápida, una EVO comprada en una gasolinera lusitana…
Cascáis…
… y sus playas. Su costa. Una maravilla.
Obligada la parada en Praia do Guincho.
Tras unas fotos en la playa el camino improvisado nos lleva hasta un circuito, el de Estoril. Desgraciadamente no hemos venido a rodar y nuestro intento de realizar una sesión de fotos allí es fallido.
Vuelta a Lisboa. Empieza a caer la noche y queremos retratar al R8 en sus calles.
Qué maravilla de atardeceres…
Una de las anécdotas más increíbles del viaje. Son las 3 de la mañana y mientras preparamos la siguiente foto con el Monasterio de los Jerónimos de fondo aparece una patrulla de la policía en un destartalado Mitsubishi. Les contamos que estamos haciendo allí y nos invitan a que vayamos hasta la Torre de Belém siguiéndoles mientras llevan los rotativos puestos.
Tarde. Se nos ha hecho demasiado tarde una vez más y las fotos nocturnas nos han dejado sin alojamiento en plena madrugada. Volvemos a la Praia do Guincho a maldormir las pocas horas que restan hasta el amanecer. Despertarse con estas vistas…
Se acerca el final. Una foto más con el puente del 25 de abril…
Y vuelta a casa. Una experiencia simplemente espectacular. Cansados, agotados, pero cargados con un buen saco de momentos increíbles.