Las navidades pueden ser el momento perfecto para que los padres regalen su primer coche a un hijo, o una hija, que acaba de aprobar el carné de conducir. Conscientes de ello, el Consumer Reports han preparado una breve guía para orientar a los padres, o al menos disuadirles de ciertas elecciones a la hora de comprar un coche a sus hijos adolescentes. Una guía de 4 coches que no deberías comprar a tu hijo adolescente en la que además hemos visto reflejadas las grandes diferencias que siguen existiendo entre la cultura, los hábitos, y la industria del automóvil de los Estados Unidos, y la europea.
Recordemos que en Estados Unidos, según la legislación de ciertos estados, existen licencias que permiten conducir a jóvenes incluso de 14 y 15 años, aunque lo más habitual sean los permisos a partir de 16 años, e incluso 17 años en los estados más estrictos con esta normativa.
En Europa, y por extensión España, lo normal es que la edad mínima sean los 18 años. Lo cual ayuda a minimizar algunos de los problemas apreciados por las estadísticas de la NHTSA en la conducción de los menores de 18 años (ver informe), pero no todos, en tanto a fin de cuentas estaríamos hablando de conductores jóvenes e inexpertos.
1. Coches con motores muy grandes y potentes.
Según Consumer Reports, la opción ideal es un sedán generoso, y seguro, pero suficientemente pequeño para ser muy manejable. En cualquier caso, desaconsejan vehículos con motores muy grandes y potentes. Incluso recomiendan coches con motores de cuatro cilindros. En Europa quizás sea más sencillo, puesto que la oferta de turismos con motores muy potentes, o incluso de seis, y ocho cilindros, es tan limitada y cara que ver a un chaval con el carné recién sacado y un V6 es una verdadera anécdota, y no algo común. Consumer Reports recomienda coches que no aceleren de 0 a 100 km/h en menos de 8 segundos, incluso tener cuidado con los motores de cuatro cilindros y turbo modernos, que a menudo son más rápidos que los motores V6 de acceso de ciertos modelos.
Pero recordemos que en Estados Unidos un Mustang con motor V6 no cuesta mucho más que un Mondeo (allí Fusion) con cuatro cilindros. En un país en el que los utilitarios y compactos de dimensiones contenidas no gozan de tanta popularidad como en nuestro viejo continente.
2. Deportivos.
Si la potencia y la velocidad es un problema, evidentemente un deportivo nunca debería ser el coche ideal para un joven que acaba de sacarse el carné de conducir. El coste de su mantenimiento, para empezar, se dispara, aún más por el hecho de que el asegurado sea un conductor novel. Consumer Reports desaconseja cualquier coche que anime, de alguna forma, a una conducción rápida o deportiva. También recomienda evitar la tentación de ver a un deportivo, o un muscle car de segunda mano, como una compra inteligente y recuerda que estos modelos, más antiguos, no están dotados de las ayudas a la conducción, y las tecnologías de seguridad, que sí equipa un coche moderno.
De nuevo no es el problema más habitual en Europa. Sí lo es si entendemos por deportivo a modelos, relativamente económicos y potentes, a esa suerte de GTI que encontramos en la oferta actual. Es cierto que un GTI moderno (llamemos GTI a utilitarios y compactos picantes, desde un Fiesta ST, hasta un Golf GTI) es relativamente seguro, y sencillo de conducir. Pero quizás sea interesante plantearnos hasta qué punto un coche como máximo requiere algo más de 6 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, es una buena idea para un conductor novel.
3. SUV y pick-ups.
En este caso sí que nos acercamos a una tendencia más próxima a lo que vemos, y veremos en los próximos años, en Europa. Los SUV se han convertido en una alternativa generalista, y común, entre la mayoría de los compradores. Aún por encima, los SUV gozan de una visión – normalmente errónea – que lleva a pensar al cliente en su mayor seguridad con respecto a cualquier otro turismo. No solo no son más seguros que un compacto o un utilitario generalista, sino que además su inercias, derivadas de su altura, su elevado centro de gravedad, y su peso, pueden poner en aprietos a muchos conductores noveles, que no encontrarían tantos problemas conduciendo un turismo normal y corriente.
Quizás no sea lo más habitual ver a un conductor novel conduciendo un SUV. ¿Pero dónde creéis que acabarán muchos de los SUV que hoy en día están comprando las familias españolas? Ya lo habrás imaginado, en las manos de sus hijos.
4. Coches con demasiados pasajeros.
En tanto las distracciones son uno de los problemas que más accidentes generan, y especialmente en las franjas de edad cubiertas por los conductores más jóvenes, Consumer Reports aconseja coches que minimicen las distracciones. Y un mini-van o un coche con 7 o más plazas, y tres filas de asientos, no es una buena idea para un conductor novel, por las distracciones que puede generar cuando conduzca con toda la pandilla.
De nuevo estamos ante un problema poco común en Europa, donde los mini-van son muy poco comunes, y el parque de vehículos con tres filas de asientos es realmente reducidos. Sí hemos visto como muchos monovolúmenes compactos, del estilo Scénic, C-MAX, y Picasso, acababan siendo heredados por conductores noveles. Pero evidentemente, en un monovolúmen compacto de cinco plazas, no existiría el problema que Consumer Reports menciona en su guía.
Como ya ves, la idiosincrasia de la industria del automóvil estadounidense, las normativas que permiten a menores de 18 años conducir en Estados Unidos, y la propia cultura del país, hacen que algunos de los problemas mencionados en esta guía de Consumer Reports no sean aplicables, por suerte, en Europa.
Imaginamos que, por norma general, la sensatez de un joven que ha aprendido a conducir con 18 o 19 años no será la misma que la de un joven que en Estados Unidos lo hace con 15 o 16 años. Dicho lo cual, aunque en Europa nos parezca que ciertos vehículos no son son aconsejables para un conductor novel, en base a que este puede practicar una conducción temeraria, tal decisión no debería generalizarse, sino aplicarse con cautela a cada caso.
Muchos, entre los que me incluyo, no tuvimos la suerte de aprender a conducir con un V6, un deportivo, un gran SUV, o un inmenso mini-van, sino con modestos diésel poco potentes (e incluso atmosféricos) que por mucho que quisiéramos no iban a ser los más rápidos a la salida de los semáforos.
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