Por supuesto que hay gato encerrado. Es complicado encontrar cuatro Ferrari Testarossa a la venta en un pack, y más extraño es que pidan sólamente 145.000 dólares por los cuatro coches. Hablamos de poco más de 30.000 euros por coche. El anuncio lista que estos cuatro coches necesitan trabajos de restauración en mayor o en menor medida, y algunos de ellos han estado parados durante años. Son dos modelos del año 1988 y otros dos modelos del año 1991. Se venden en pack indivisible, como los zumos de frutas.
De los cuatro coches a la venta en Canadá, uno de ellos parecen haber sufrido un claro caso de «Ferraritis», es decir, incendio de su motor. Se trata de uno de los dos coches rojos. El incendio ha sido contenido, y la carrocería está más o menos intacta a excepción de algunos paneles. Parece claro que es un candidato a un swap de motor o una restauración mucho más a fondo, dudo mucho que lo que queda de sus motor sea salvable. El otro Ferrari rojo tiene piezas de diferentes colores en su carrocería, y también faltan trozos.
No obstante, su motor parece nuevo, y ello parece indicar que también fue presa del fuego, y está en proceso de restauración. Es claramente el coche que más trabajo necesita. Las dos unidades negras parecen en buen estado general. A excepción de algunos detalles de la carrocería, uno de ellos parece estar lista para volver a las calles tras una buena puesta a punto. El segundo coche de color negro parece haber sido víctima de un robo: le faltan algunas luces y la columna de dirección en su interior.
Esto es lo que yo haría con estos dos coches: usaría las piezas de los dos Ferrari rojos para volver a poner en circulación los Testarossa negros, y en los chasis de los Testarossa más deteriorados, instalaría un buen V8 americano. Un motor sencillo y muy fiable para hacer gigantescos roadtrips sin atisbo de problemas. ¿Sacrilegio? No, donaron sus partes para volver a poner en circulación otros dos cavallino. Se merecen volver a rodar, aunque sea con un motor ajeno al fantástico V12 a 180º que montaban en origen.
Fuente: BaT
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