Son pequeños pasos, sí, pero poco a poco los fabricantes siguen haciendo piña para evitar que Apple y Google, que iOS y Android, se instale en el salpicadero de sus coches. Su relación con las tecnológicas bien podría calificarse de amor y odio. Amor, porque la compatibilidad de sus automóviles con teléfonos iPhone y Android es un buen argumento de ventas. Odio, porque la industria del automóvil sigue resistiéndose a que sus sistemas queden eclipsados por los líderes de la industria del teléfono móvil. Y ante este panorama solo quedaba unirse y abogar por estándares cada vez más específicos y globales, de manera que los desarrolladores de aplicaciones también encuentren una oportunidad en la relación entre telefonía y automóviles. El resultado es SmartDeviceLink, una tecnología que acogerán Toyota y Ford, y a la que probablemente se unan Honda, Mazda, Subaru y PSA Peugeot Citroën.
¿Y qué es SmartDeviceLink? Se trata de una plataforma de código abierto que está destinada a facilitar la interacción entre teléfonos móviles y sistemas de entretenimiento del automóvil. Una serie de protocolos estándar que en principio están destinados a los sistemas de reconocimiento de voz y a los botones, e interfaces de usuario, del coche. De manera que un desarrollador, pongamos Spotify, pueda crear una aplicación compatible con un grueso número de automóviles, con la que podamos cambiar de lista de reproducción mediante comandos de voz, o mediante los botones del volante del coche, sin recurrir a la capa de Apple CarPlay o Android Auto.
Evidentemente, esto es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la industria del automóvil. Primero, porque implica establecer una serie de acuerdos entre fabricantes, y que todos ellos adopten la tecnología en sus coches. Segundo, porque poco a poco van aumentando la interacción de las aplicaciones de terceros con sus coches, aunque en este caso sea para limitar la importancia de dos jugadores destacados, Apple y Google. Y esa no es una cuestión baladí, si tenemos en cuenta lo importante que resulta la seguridad y la privacidad para la industria del automóvil. Tercero, porque los desarrolladores encontrarán nuevas oportunidades en tecnologías de este tipo, haciendo que sus aplicaciones sean más útiles y sencillas de utilizar en el coche.
SmartDeviceLink es el software de código abierto sobre el que se construyó Ford SYNC AppLink, una de las primeras plataformas que abogaba por una apertura casi completa a los desarrolladores de aplicaciones móviles. Ford también ha contado con el apoyo de QNX Software Systems (subsidiaria de BlackBerry) y UIEvolution, proveedores que están adoptando la tecnología para integrarla en sus equipos de entretenimiento.
Ya os decimos que son pequeños pasos, al menos en comparación con los que hemos visto en la industria de la informática o la telefonía móvil, donde la apertura de los sistemas ha llegado hasta el punto en que cualquier usuario, con unos conocimientos básicos, pueda disfrutar de entornos basados única y exclusivamente en código libre. Pero para la industria del automóvil es un gran paso adelante.
Todo esto sucede mientras Audi, BMW y Mercedes-Benz, tres rivales naturales, se unían para adquirir la filial de cartografía de Nokia, pero sobre todo para dar un empujón enorme al coche conectado, firmando un movimiento estratégico sin precedentes, que permitirá que los coches de Audi, BMW y Mercedes-Benz «hablen el mismo idioma entre ellos», por decirlo de forma muy directa.
Fuente: Ford | Toyota
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