Hoy en día parece que nos hemos acostumbrado a que tareas que antaño eran responsabilidad del conductor queden delegadas en la tecnología. Los faros de nuestros coches se encienden automáticamente cuando entramos en un túnel o anochece, los limpiaparabrisas se activan cuando comienzan a caer unas gotas, e incluso cada vez más coches cuentan con sistemas que evitan que nos salgamos de nuestro carril si soltamos el volante. Pero en los albores de la automoción la situación era bien distinta. ¿Te imaginas tener que mover manualmente los limpiaparabrisas o impulsar el líquido para limpiar la luna de tu coche apretando una pera con tu mano? Allá por los años sesenta Volkswagen encontraría una solución aún más inteligente, la de aprovechar la presión del aire de la rueda de repuesto para bombear el líquido limpiaparabrisas.
Hasta entonces, los Volkswagen Beetle habían empleado la solución de un diafragma que impulsaba manualmente el líquido de un depósito hasta nuestro parabrisas. Fue a principios de los sesenta cuando, tratando de buscar una solución más cómoda, Volkswagen optó por aprovechar la presión del aire de la rueda de repuesto para evitar la complejidad técnica de un compresor de aire eléctrico.
¿Pero qué sucedía si el conductor de un Beetle con este sistema de limpiaparabrisas sufría un pinchazo?
El sistema, por complejo que parezca, era aún más sencillo que el mecanismo de un botijo. La válvula del neumático estaba conectada directamente al depósito de agua y líquido limpiaparabrisas, para presurizarlo en el momento en que se abra la válvula que permite bombear el líquido hasta el parabrisas (ver imagen del manual del Beetle compartida por un usuario en este hilo de reddit).
Esa válvula encargada de bombear el líquido hasta el parabrisas también debía cortar el flujo de líquido en el momento en que la presión de la rueda de repuesto descendiera por debajo de lo aconsejable por el fabricante, por debajo de los 28 psi. Para evitar problemas en caso de pinchazo, la rueda de repuesto de estos Beetle debía ser inflada por encima de la presión recomendada para su uso, entre 42 psi y 56 psi. En cualquier caso, parece que en algunos mercados se comercializaron versiones del Beetle sin esta válvula, lo cual podía generar situaciones un tanto incómodas, como pinchar y contar con una rueda de repuesto sin presión suficiente para rodar.
En Diariomotor: