Del Audi Virtual Cockpit al Audi Virtual Dashboard. Audi ha presentado con motivo del CES 2016 la perspectiva de un salpicadero del futuro cargado de nuevas formas, de trazos más angulosos y claro, pantallas. Lo vimos en el Audi e-tron quattro concept… y la firma parece seguir haciendo hincapié en este camino.
Del minimalismo actual a… ¿muchas pantallas y ángulos?
Con este vistazo conceptual al salpicadero del futuro según Audi la firma alemana recorre aparentemente el camino contrario a lo que nos ofreció la última evolución de productos, a lo que nos ofrece el nuevo Audi R8, el nuevo Audi TT, el nuevo Audi A4… de las formas simples, de una pantalla central que llega incluso a desaparecer para integrarse en la instrumentación… a una consola central que, además de recibir un diseño más acentuado, menos suave, queda cubierto por superficies táctiles.
Individualidad. Personalización del interfaz. Ya hemos visto a varias marcas hablándonos de perfiles independientes para los usuarios del coche, Audi se suma y Ricky Hudi, Vicepresidente Ejecutivo para Desarrollo Electrónico, señala que “en el futuro, todo el sistema tendrá que conocer al usuario, sus hábitos y preferencias, y apoyarse en ellas”, pero, ¿qué nos ofrece ya este futurista salpicadero?
Más allá de la instrumentación totalmente digital, un rasgo ya conocido, nos topamos con dos grandes pantallas Amoled sobre las que recae todo el protagonismo de la consola central, unas pantallas que se articulan sobre una nueva plataforma modular de infoentretenimiento que Audi ha bautizado como MIB2+ con una mayor capacidad de procesamiento y conectividad LTE.
Este nuevo sistema multimedia se apoya ya en la nube, se ha mejorado el control por voz y se nos promete que los servicios conectados seguirán creciendo, así como la interacción con nuestro smartphone, smartwatch e incluso Apple TV.
No más esperas: tu coche te avisará cuando el semáforo se va a poner en verde:
Además desde este mismo año los nuevos modelos de Audi empezarán a contar con un servicio de Car-to-X que servirá para ir tejiendo ya una red de coches realmente conectados capaces de reconocer señales de tráfico e incidencias en Europa y que incluso van un paso más allá en Estados Unidos al conectar nuestro coche al ordenador central de tráfico desde el que se controlan los semáforos, avisándonos así de la velocidad necesaria para llegar al siguiente semáforo cuando este ya esté en verde.
