El auge de los wearables ha llevado a que todo hijo de vecino utilice las 24 horas del día relojes que son capaces de analizar nuestro nivel de actividad, o incluso nuestras pulsaciones, algo que antes solo se utilizaba ocasionalmente, casi siempre para la práctica de ejercicio aeróbico. A la vista de las novedades presentadas en el CES, todo apunta a que muy pronto utilizaremos ropa capaz de hacer un seguimiento de nuestra salud, básculas conectadas en la nube para monitorizar cada mañana nuestros cambios de peso, e incluso termómetros basados en infrarrojos. ¿Qué sucedería si todas estas tecnologías las aplicásemos a un coche? En Ingolstadt ya han definido su estrategia para unir salud y conducción, y se llama Audi FitDriver.
Bajo el eslogan «Mi Audi se preocupa por mí», la marca alemana ya está trabajando en los sistemas que convertirán a los Audi de nueva generación en un asistente personal, para mejorar nuestra condición física, y nuestra salud.
Para ello será necesario recopilar información de las constantes vitales del conductor. Audi asegura que, por un lado, aprovecharán los wearables que usen sus conductores, pulseras, y relojes deportivos, para obtener información como el ritmo cardiaco, o la temperatura corporal. Esa información será complementada con otra que obtendrán del estilo de conducción, su respiración, y los condiciones del tráfico, o la climatología, para identificar patrones que denoten un aumento del estrés, o fatiga.
Audi FitDriver será capaz de reunir toda la información y enviarla a la nube, a un centro de datos que nos permitirá analizarla desde dispositivos externos, como ordenadores y tablets. Pero definitivamente eso no es lo más interesante.
Lo interesante está en que, en base a la información reunida, nuestro Audi será capaz de adaptarse a nuestro estado, para ofrecernos una experiencia de conducción óptima, relajarnos, o evitar situaciones de peligro si nos hallamos fatigados. Nuestro Audi podrá decidir, o proponernos, un masaje aprovechando esta función de los asientos, un ajuste determinado de la climatización, pequeños cambios en la iluminación de cortesía, conectar el equipo de sonido, o incluso realizar una llamada. Si nuestro coche interpretase que estamos cansados, nos recomendaría hacer un alto en el camino. Esta última tecnología ya existe, ciertamente, pero se basa en parámetros mucho más sencillos, como los movimientos del volante que realiza el conductor.
En última instancia, y si la situación se ha complicado demasiado, Audi FitDriver sería capaz de detener nuestro coche y llamar a los servicios de emergencia, por ejemplo para atender un colapso del conductor, o un ataque al corazón.
Fuente: Audi
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