En Arizona-Scottsdale, Barrett-Jackson pondrá a subasta uno de los iconos del cine moderno. Aunque la saga Transformers de Michael Bay no sea el parangón del cine de calidad, es innegable su popularidad global y su tremendo éxito comercial. Los Autobots era gigantescos robots generados por ordenador en las escenas de acción, pero en su forma automovilística, son interesantes coches… y camiones. Y son reales. Si tienes el dinero suficiente, podrás aparcar en tu garaje tanto Bumblebee como a Optimus Prime.
Para mí, la estrella del lote es Optimus Prime. El rey de los Transformers era en su versión con ruedas un gigantesco Peterbilt 379 del año 1992. El camión americano por excelencia, con una estética perfectamente reconocible: ese enorme capó cuadrado, esas llantas cromadas de 22,5 pulgadas, esas gigantescas chimeneas de escape. Además, los productores de la película lo dotaron de un aspecto exterior muy llamativo, combinando los colores rojo y azul con un vinilado que imitaba las llamas.
Unas enormes defensas cromadas y luces por todas partes cerraban el círculo estético. Este Peterbilt 379 tenía la cabina más larga de la época, apta para que dos personas durmiesen en ella. Mecánicamente, retiene su propulsor diésel de serie y no ha recibido modificaciones sustanciales. El vehículo está clasificado como «stunt vehicle» – vehículo acrobático – y según la legislación americana no puede matricularse para su uso en carretera. Un formalismo legal, realmente no realizó escenas de riesgo o acrobacias.
Si no eres fan de Optimus Prime, también podrás adquirir al mismísimo Bumblebee. El Transformer más icónico de la saga es un Chevrolet Camaro – excelente labor de «product placement» por parte de GM en toda la saga – y en este caso, es un clásico del año 1967. Es el Bumblebee de «Transformers: Age of Extinction», y su vendedor es el mismísimo Michael Bay. El director de la saga se lo quedó tras el rodaje y con razón: es un impresionante restomod con un moderno motor LS, un small-block V8 de origen Corvette.
Con una potencia de al menos 400 CV, este Bumblebee si puede circular por carretera, y monta un espectacular kit de carrocería. Un kit casi sacado de Mad Max, con pasos de rueda muy ensanchados y un morro pintado en color amarillo, a juego con el spoiler trasero. Su interior ha sido completamente customizado, con logotipos de los Autobots por todas partes, asientos deportivos de cuero e inserciones en fibra de carbono. Un coche de lo más interesante, aunque no sea el Bumblebee más icónico de la saga cinematográfica.
Fuente: Carscoops (1 y 2)
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