Los Rolls-Royce no son coches precisamente ligeros. El Phantom pesa más de 2,7 toneladas y el Ghost supera ampliamente las dos toneladas. Un nuevo SUV está en desarrollo – se apoda Cullinan por el momento – y uno de sus pilares fundamentales será una estricta dieta a base de aluminio. Rolls-Royce se encuentra inmersa desde hace un año en el desarrollo de una nueva plataforma tipo spaceframe, que formará la base de los futuros modelos de la gama, siendo común para todos los modelos lanzados a partir de 2018.
Sí, incluso Rolls-Royce se apunta al carro de las plataformas modulares, a pesar de ser prácticamente un atelier automovilístico de producción muy limitada. Esta nueva plataforma hará uso extensivo del aluminio en su construcción, y podría reducir el peso de los leviatanes más grandes de Rolls-Royce en varios cientos de kilos. La noticia es que dicha plataforma ya está rodando en las calles, acumulando kilómetros y kilómetros para que su lanzamiento al mercado cumpla los estándares de Rolls-Royce.
Apodada por Rolls-Royce como «la arquitectura del puro lujo», este proceso de puesta a punto busca que los futuros clientes sigan disfrutando de la calidad de rodadura extrema por la que la marca se ha hecho famosa. Al mismo tiempo – y teniendo en cuenta la pluralidad geográfica de sus clientes y el hecho de que va a ser la base de un SUV – debe ser resistente a toda condición climática. Tiene sentido, algunos clientes pondrán a prueba su Rolls-Royce en el calor del desierto, otros sobre superficies heladas.
Las mulas que Rolls-Royce comenzará a mover por todo el mundo estarán camufladas, y realmente anticipan una nueva generación de vehículos, que compartirán esta estructura de aluminio. Como ya os decíamos, el primer modelo en estrenar esta plataforma será el Cullinan, un SUV que será lanzado no antes de 2017. El primer SUV de la marca británica, que promete redefinir el lujo extremo en el segmento, posicionándose incluso por encima de su principal rival, el Bentley Bentayga.
Fuente: Rolls-Royce
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