Hace apenas un año Mercedes-Benz comenzó a lanzar versiones AMG Sport de algunos de sus vehículos. La idea era la misma que tras los M Performance Automobiles de BMW: coches a caballo entre los vehículos normales de la marca y las radicales versiones deportivas. Un AMG descafeinado, por decirlo de alguna manera. Eran coches construidos en las mismas líneas de producción que el resto de coches, dejando a un lado la filosofía exclusiva de «un hombre, un motor» de AMG. Parece ser que AMG Sport va a desaparecer próximamente.
Los Mercedes AMG Sport – hasta ahora coches como los Clase C o GLE/GLE Coupé – serán pronto reemplazados por versiones Mercedes-AMG 43. No nos liemos con las siglas, que bastante complicadas son ya de por sí. En vez de Mercedes C 450 AMG tendremos un Mercedes-AMG C 43. Puede parecer una tontería, pero la conversión de los AMG Sport en versiones AMG no lo es, al menos a nivel de imagen y estrategia de negocio. El primer coche en ser partícipe de esta nueva estrategia es el recién presentado Mercedes-AMG SLC 43.
La versión AMG del nuevo SLC – antes conocido como SLK – abandonaba su V8 atmosférico de 5,5 litros por un 3.0 V6 con doble turbo con unos correctos 367 CV de potencia, ya no fabricado a mano por AMG en Affalterbach, sino fabricado en masa junto al resto de motores de Mercedes-Benz. La principal diferencia entre los AMG puros y estos nuevos AMG menos exclusivos está en su motor, pero también en su puesta a punto, menos radical. Su imagen sí los diferenciará algo más, con escapes deportivos y detalles exteriores únicos.
La filosofía de «un hombre un motor» de AMG en su sede de Affalterbach era casi única en la industria europea de masas. Un sólo artesano ensamblaba a mano el motor de cada AMG, poniendo después su sello y su firma sobre el bloque motor. Una garantía personal de calidad, por así decirlo. Tras el Mercedes-AMG SLC 43 llegarán los Mercedes-AMG C 43 y Mercedes-AMG E 43, así como el Mercedes-AMG GLE 43. Estos AMG descafeinados serán más asequibles que los AMG de pura cepa, y esa es su verdadera razón de ser.
El precio de un AMG puro se dispara con respecto a un Mercedes convencional. Estos herederos de los AMG Sport cubren el hueco que queda, con un precio más asequible, buenas prestaciones y una imagen más exclusiva que la de un Mercedes convencional con un simple kit AMG. Si esta estrategia funciona, quizá BMW en un futuro llamé auténticos M a los M Performance Automobiles como el nuevo X4 M40i o los M50d basados en la gama SUV, X5 y X6. Lo que está claro es que muchos clientes siquiera advertirán la diferencia.
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