A día de hoy sabemos muy poco acerca de la próxima generación del Nissan GT-R. No tomaríamos demasiados riesgos si dijéramos que su diseño será espectacular, probablemente en la línea del que luce el prototipo Concept 2020 que ves en estas imágenes. Tampoco sería arriesgado imaginar alguna suerte de hibridación y mucha tecnología, para mejorar sus prestaciones y encajar en el panorama de una industria más sostenible. Ahora bien, ¿y si el nuevo Nissan GT-R fuera autónomo? ¿Y si fuera capaz de marcar vueltas rápidas de récord, en circuito, y sin conductor? Deja de imaginártelo. Todo apunta a que en Nissan ven con buenos ojos esta idea.
Estos días nos hablaban de ello en la revista británica Top Gear, a raíz de una entrevista con Richard Candler, responsable de estrategia de producto de Nissan, que no dudó en afirmar que el próximo Nissan GT-R sería el candidato perfecto para convertirse en uno de los primeros coches autónomos de la marca, que pretenderían ocupar toda la gama, desde un modesto Micra, hasta un potente GT-R.
De momento tan solo son ideas, que no necesariamente han de cumplirse, pero el mero hecho de que Richard hable de un Nissan GT-R autónomo capaz de marcar vueltas rápidas en circuito, ya nos puede llevar a imaginar en qué línea pueden evolucionar algunos deportivos en un futuro próximo.
Comprar un deportivo para que conduzca por ti es absurdo. Comprar un deportivo para que conduzca por ti, muy rápido, y en circuito, es aún más absurdo. El coche autónomo puede revolucionar a la industria del automóvil. Unido a otras ideas, como la economía colaborativa, y el car sharing, el coche autónomo puede revolucionar nuestras vidas. Pero el concepto de coche autónomo parece desdibujarse en el momento en que lo que se propone es su aplicación en un deportivo que está pensado para ser disfrutado por su conductor. Tampoco nos olvidemos de que esto es algo que ya están explorando otras marcas, como Audi, y su prototipo RS 7 Piloted Driving Concept.
Como decían en Jalopnik, a raíz de un vídeo de Frank Stephenson (McLaren), la idea de conducir un deportivo capaz de ser pilotado sin conductor aún podría tener sentido. Y ese sentido no sería otro que el de instruir a su propietario cómo ha de conducirlo para hacer el mejor uso posible de sus prestaciones y mejorar como piloto. Esa sí sería una gran idea.
Comprar un Nissan GT-R en el que pudiéramos entrar en Nürburgring, hacer clic en un botón, y que este nos replicase la vuelta rápida de récord que marcó el último piloto en asaltar el Infierno Verde, sería como pagar por tener una inmensa montaña rusa en el jardín. ¿No crees?
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