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Prueba del nuevo Kia Sportage 2016: tiembla Qashqai

El Kia Sportage es el verdadero motor de la marca y el primer modelo de Kia que conquistó realmente el mercado mundial. Desde el lanzamiento de su anterior generación, la tercera de la serie, se convirtió en top ventas. La cuarta entrega del Sportage (2016) con la que hemos disfrutado de una prueba de toda la gama, ha sido capaz de mantener lo mejor del anterior, pulir sus defectos y mover el listón del segmento en calidad y estética hasta el siguiente nivel.

El nuevo Kia Sportage mueve el listón de calidad y estética del segmento SUV-C al siguiente nivel

En este breve contacto con el nuevo Kia Sportage 2016, hemos podido probar los motores de gasolina de 136 y 177 CV, los diésel de 115 y 136 CV y los cambios manual, automático convencional y automático de doble embrague DCT, así que si quieres saberlo todo sobre este modelo y sus versiones, sólo tienes que seguir leyendo.

El Sportage se postula sin complejos como el nuevo rival a batir frente al todopoderoso Qashqai

Con 7 años de garantía sin límite de kilómetros como carta de presentación y nuevas gamas de motores y equipamiento, el nuevo Sportage da un golpe sobre la mesa en el sector más en boga del momento.

Después de conducir las diferentes versiones, creo que se postula sin complejos como el nuevo rival a batir frente al todopoderoso Qashqai, hasta ahora líder indiscutible y con amplia ventaja sobre sus rivales en el segmento SUV-C, en el que el Sportage fue segundo en ventas durante 2015: Qashqai 23.800 unidades frente a Kia Sportage con 14.000, justo por delante del Volkswagen Tiguan con 13.900 matriculaciones en tercera posición.

Con estos datos y las cualidades que muestran el nuevo Sportage y el nuevo Tiguan, el segmento se pone de lo más interesante para los próximos años.

Diseño del Kia Sportage 2016

Es todavía más amplio que su predecesor, que ya destacaba en este apartado

Exteriormente, el diseño del Kia Sportage cumple con un perfil continuista respecto al anterior modelo, en un movimiento comprensible para no romper lo que ya funcionaba, y al mismo tiempo tanto frontal como trasera se distinguen mucho de su antecesor.

Es un modelo totalmente nuevo, construido sobre una nueva plataforma que crece ligeramente en longitud y en distancia entre ejes, generando un habitáculo todavía más amplio que su antecesor, que ya destacaba por su gran amplitud.

Una vez en el interior, todo es nuevo. Cuenta con una consola central completamente diferente en su distribución de espacios y mandos, en la que reina una gran pantalla táctil de 7″ u 8”, según versiones pero permanecen abundantes mandos y botones físicos para las funciones principales.

Mejora en ergonomía, y el puesto de conducción es ahora mucho más de turismo

La ergonomía del puesto de conducción es mucho mejor que la de la anterior generación, con un puesto de conducción que no obliga a ir tan alto y nos permite adoptar una postura más natural respecto al volante. Esto también favorece la entrada y salida del coche, que ahora resulta más cómoda precisamente por estar la banqueta más baja, aunque llama mi atención la posibilidad de subir el asiento hasta que mi cabeza se incrusta en el techo practicable.

Los asientos delanteros son cómodos, con multitud de reglajes incluyendo un buen apoyo lumbar, pero carecen de la sujección lateral suficiente para practicar una conducción decidida. No es este un coche para ir por el mundo «de tramo», pero como veremos más adelante sí se deja conducir con cierta alegría.

El resto de plazas resultan amplias y cómodas, y el Sportage vuelve a destacar por su gran amplitud interior, tanto en habitáculo como en maletero y muy especialmente en las plazas traseras. Hablando de maletero, contamos con un espacio de carga de 503 litros, sin rueda de repuesto, aunque bajo el fondo plano hay un material de relleno (donde tendría que ir la rueda de repuesto) que bien podría extraerse y sacarle bastante más fondo (eso sí, irregular) al espacio de carga.

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Calidades y acabados

El apartado de calidades es un tema crítico en cualquier segmento, pero en modelos coreanos cobra especial interés por su vertiginosa evolución en los últimos años. Ya casi no nos acordamos de los tiempos en que esta marca era el “patito feo” recién llegado al mercado, y aún cuesta creer lo que ha podido avanzar hasta el día de hoy.

Pues bien, en mi modesta opinión el Sportage se postula como líder absoluto del mercado generalista en calidad de acabados y materiales, un paso por delante de modelos como el Nissan Qashqai, el Ford Kuga o el Mazda CX-5, muy parejo con el nuevo Volkswagen Tiguan, y por detrás pero a corta distancia del segmento premium de precio más elevado, como el Audi Q3 o el Mercedes GLA. Ahí es nada.

El Sportage se postula como líder absoluto en calidades entre los SUV generalistas, muy parejo con el nuevo Tiguan

El anterior Sportage ya había supuesto un revulsivo en el segmento SUV, y ya entonces le daba un buen repaso a sus principales rivales en calidad de terminación. Tan solo 6 años más tarde ya estamos ante una nueva generación para enfrentarse a un mercado que ha avanzado mucho, y modelos como el Qasqai han dado un gran salto en materiales y ajustes. Ese mismo salto también lo ha dado el propio Kia, poniéndose de nuevo a la cabeza o, como mínimo, entre lo mejorcito del segmento.

Ese plus de calidad se aprecia en todos los detalles, como un sonido de las puertas amortiguado y sólido o el tacto de los tiradores que transmiten una sensación de durabilidad. Una vez dentro, cada uno de los mandos y botones presenta un tacto agradable y sólido, tanto los satélites detrás del volante como los botones de las puertas, consola central y volante. Las filas de botones bajo la pantalla central tienen un tacto soberbio, así como los controles del climatizador.

Los tapizados resultan agradables a la vista y al tacto y el punto crucial del aro del volante está recubierto en una piel de primera calidad, siendo muy agradable al tacto, de un diámetro pequeño y con la parte inferior recta en el acabado GT Line. Los mandos del volante (pequeñas palancas y botones) están a la altura del resto del coche en diseño y agrado de utilización.

Prueba Kia Sportage 2016

El respaldo trasero reclinable puede fijarse en cualquier posición, añadiendo espacio al maletero gradualmente

En definitiva, todos los controles tienen un recorrido bien definido, sin ruidos ni desajustes.

Para redondear el producto, las superficies de salpicadero y puertas están pobladas de plásticos mullidos, las alfombrillas encajan perfectamente en sus puntos de fijación y no hay un solo elemento que podamos calificar de “barato”, ni siquiera en las plazas traseras, cuyos asientos cuentan con respaldo reclinable que se puede fijar en cualquier posición de su recorrido, permitiendo la ampliación gradual del maletero. Esta solución no es comparable a una banqueta trasera deslizante, pero al menos aporta un plus interesante de versatilidad.

Lo único que desentona es el ruido desde fuera de los diésel, que recuerda a una furgoneta de reparto

Una vez en marcha el coche está bien aislado del ruido exterior, tanto del motor como del viento y la rodadura, a pesar de calzar unos neumáticos más que respetables (245/45 19″ en las versiones GT Line). Al pasar por zonas de firme irregular, no hay un solo crujido en puertas, asientos o salpicadero, generando una agradable sensación de aislamiento y solidez.

En las versiones diésel, a pesar del buen aislamiento, el ruido del motor se las arregla para colarse en el habitáculo a partir de cierto régimen, pero el problema de las vibraciones está muy bien resuelto. Los gasolina son coches totalmente silenciosos, y hay que estirar mucho la mecánica para que el sonido del motor llegue a nuestros oídos.

Lo único que desentona en cuanto a sonoridad es el sonido perceptible desde fuera en los diésel. Resulta chocante que un coche tan atractivo y musculoso, con llantas de 19″ y doble escape cromado de repente emita el sonido de una furgoneta de reparto. Desde dentro todo está en orden, pero fuera sí se percibe un sonido mecánico bastante tosco.

Equipamiento y seguridad

Aparca solo en paralelo o batería y equipa todo tipo de ayudas a la conducción

Uno de los aspectos que resultaba más crítico en el modelo anterior era la obsolescencia de su equipamiento, especialmente en seguridad activa. Para poner remedio a este problema, el nuevo Sportage puede incorporar elementos como el aparcamiento automático en paralelo y en batería, el asistente activo por cambio involuntario de carril, el control automático de luces de carretera direccionales o una alerta de ángulo muerto y de tráfico transversal.

Otro elemento que se ha empezado a extender como la pólvora y que el Sportage ha incorporado a su repertorio es la frenada autónoma de emergencia con detección de peatones. Se echa en falta, sin embargo, un control de crucero activo que mantenga la distancia con el coche precedente, aunque la marca afirma que está en camino y se incorporará más adelante.

Gama de motores y transmisiones del Kia Sportage

La gama de motores disponible para el nuevo Sportage se articula en torno a un bloque de gasolina 1.6 GDi en versión atmosférica con 132 CV y en version turbo 1.6 T-GDi con 177 CV, un bloque 1.7 diésel de 115 CV y otro diésel de dos litros de cilindrada con 136 o 184 CV. En total son 5 motores, de los que hemos podido probar todos excepto el diésel más potente.

En lo que respecta a transmisiones, hemos podido probar el cambio manual, el cambio automático convencional y también el automático de doble embrague DCT, así que vamos a desgranar poco a poco la gama mecánica para explicaros cómo va cada uno.

Motores de gasolina

El GDi de 132 CV va muy justo para mover el coche, salvo en la zona más alta del cuentavueltas

Comenzando por la versión atmosférica del 1.6 GDI de 132 CV gasolina se ha mostrado como un motor muy justo para mover el coche, salvo que estemos dispuestos a estirarlo para sacarle todo el zumo.

Por debajo de 3.000 vueltas nos permite llanear pero carece de fuelle en recuperaciones, por lo que habremos de bajar alguna marcha si queremos ganar velocidad con un mínimo de vigor. A partir de 3.000 rpm. sí que comienza a empujar con ciertas ganas y entre 4.000 y 5.000 vueltas muestra incluso un cierto carácter, acompañado de un sonido agradable en ascenso hacia los agudos.

Podemos recomendar este motor para ciudad, ya que incorpora start-stop y resulta muy cómodo y silencioso, pero para viajar cargados se quedará algo justo excepto para manos expertas que sepan llevarlo al régimen adecuado en cada momento, que muchas veces será bastante alto.

El Turbo GDI de 177 CV es otra historia: será el menos vendido y el más recomendable

El motor 1.6 T-GDI de 177 CV gasolina ya es otra historia. Al incorporar un turbo, el motor se transforma empujando con muchas ganas desde muy bajo régimen hasta casi el corte de inyección, y haciendo gala de un nivel prestacional más que decente. Si lo llevamos alegre de vueltas la sensación es de mucho empuje, pero también de que el propulsor no lo está pasando mal sino que se divierte con nosotros.

Este motor es, probablemente, el que menos se va a vender de la gama y sin embargo me ha parecido el más atractivo y recomendable, salvo para quienes hagan decenas de miles de kilómetros al año y no se puedan permitir un consumo más bien alto. Combinado con el cambio automático de doble embrague con levas tras el volante, convierte al Kia en un coche silencioso y atractivo como familiar, pero también con un punto de diversión al volante hasta ahora impensable.

Este motor exige la incorporación de tracción integral, con lo que el salto de precio con su hermano pequeño se hace bastante grande. Si no vamos a la nieve ni lo vamos a sacar del asfalto, podría considerarse un gasto prescindible que, sin embargo, habremos de asumir para acceder a este motor.

Motores diésel

El CRDi de 115 CV será el top ventas, pero no pasa de aprobado en refinamiento, sonoridad y margen de utilización

El modelo básico en diésel es la mecánica 1.7 CRDi de 115 CV ya conocida en el modelo anterior. Condenado a ser el top-ventas de la gama, este propulsor es voluntarioso a medio régimen y se muestra suficiente para mover el coche gracias a unas cifras de par muy superiores al pequeño de los gasolina. En principio, es el único diésel que incorpora start-stop, una medida económica pero también de confort.

Las recuperaciones del CRDi de 115 CV requieren algo de paciencia

Dicho esto, salvo por precio y consumos no es un motor a destacar, ni por refinamiento ni por margen de utilización ni por respuesta. Para aquellos que estén dudando entre este diésel y el gasolina básico, si no van a andar mucho es muy posible que les compense quedarse con el gasolina.

Podemos recomendar este motor para quien busque un coche diésel moderno y atractivo como el Sportage, pero que no quieran invertir ni un céntimo más de lo necesario en caballería. Es el único de la gama exento de impuesto de circulación, lo cual le dará una ventaja adicional en precio. Llanea perfectamente y tira muy bien desde el ralentí, aunque el sonido es un poco agrícola de más para mi gusto y las recuperaciones en autopista requieren algo de paciencia.

El CRDi de 136 CV es el más equilibrado, empuja bastante más que el de 115 CV y consume casi lo mismo

Llegamos al 2.0 CRDi de 136 CV, el que probablemente sea el motor más equilibrado y adecuado al coche de toda la gama. Está muy lejos de la brillantez del gasolina más potente, pero despliega un para a medio régimen que nos sacará adelante en cualquier situación, nada menos que 373 Nm de máximo, y nos permitirá circular con ese extra de recuperación bajo el pie derecho que te da confianza y seguridad. Los consumos son muy similares al menor de los diésel, aunque en este caso no está disponible el start-stop para ciudad (inconveniente importante) y paga impuesto de matriculación.

Podemos recomendar este motor para todo aquel que quiera un diésel y no necesite quedarse en el más barato. Mantiene ese sonido de tractor que ya tenía en la anterior generación (aunque haya sido revisado y haya ganado un mayor par a medio régimen) pero como el coche está muy bien aislado, apenas lo percibiremos desde dentro.

El CRDi de 184 CV se queda como la única opción diésel automático, pero supera los 33.000 €

No hemos podido probar el 2.0 CRDi de 184 CV, por lo que no podemos trasladaros sensaciones, pero imagino que será una versión marginal en el volumen de ventas. Este motor exige la incorporación de tracción 4×4, en versión manual o automático convencional, pero el par a medio régimen no está muy lejos del modelo con 136 CV, a pesar de lo cual los consumos se disparan bastante. Se queda para los amantes del diésel que quieran un pequeño plus prestacional y estén dispuestos a gastarse más de 33.000 €.

Prueba Kia Sportage 2016

Cajas de cambio

El cambio manual va muy bien, el automático DCT es la estrella de la gama y el automático convencional cumple correctamente

El Sportage viene con tres modelos de cajas de cambios, a combinar con los diferentes motores.

El cambio manual es de recorridos cortos, tacto agradable y movimientos precisos. Las marchas entran suavemente con la resistencia adecuada y esos movimientos más precisos junto con el pequeño volante generan la sensación de estar conduciendo un coche manejable y más pequeño de lo que es realmente. Quedan atrás los largos recorridos de la anterior versión, que daban más sensación de «camión».

El DCT me ha gustado mucho por suavidad, manejo en modo manual, velocidad de respuesta y agrado de conducción

La estrella de la gama es el nuevo cambio automático DCT de doble embrague, sólo compatible por el momento con el gasolina más potente (177 CV y tracción integral). Más adelante estará disponible para el diésel más pequeño y Kia promete una versión «reforzada» para los diésel más grandes, con los que esta caja no va a ser compatible sin variaciones mecánicas.

En cualquier caso, este cambio me ha gustado mucho por suavidad, manejo en modo manual, velocidad de respuesta y agrado de conducción, de forma que casi merecería la pena irse a por este motor sólo por acoplarle este cambio. En modo totalmente automático, lleva el motor en un régimen muy razonable y reduce rápidamente ante las demandas de aceleración. Las levas en el volante, agradables al tacto y de corto recorrido, nos permiten preparar los adelantamientos manteniendo el motor en un régimen alto justo cuando vamos a necesitarlo.

El automático convencional permite la circulación «a vela» en momentos puntuales y tiene un buen manejo manual

Por último, nos queda hablar del cambio automático tradicional, por convertidor de par, que es el único compatible con motor diésel en el momento de lanzamiento. Puedo decir que cumple perfectamente con su cometido, siendo suave y lógico en su selección de relaciones y permite incluso un manejo manual (sin levas) bastante rápido y agradable. Podremos controlar fácilmente un descenso con la retención del motor y volver a modo automático con sólo mover la palanca lateralmente.

Este cambio también es capaz de mantener el motor al ralentí, circulando «a vela» por momentos y reduciendo el consumo, pero en última instancia tiene esa sensación de patinamiento en momentos puntuales que nos recuerda que no es lo último de lo último en tecnología. Puesto que en España sólo será compatible con el CRDi de 184 CV, se queda como el único diésel automático por el momento, una opción mucho menos atractiva desde mi punto de vista que el gasolina con doble embrague.

Kia Sportage: comportamiento en ciudad, carretera y autopista

El agrado de conducción es muy superior al de la anterior generación

El comportamiento del Sportage se ha visto notablemente mejorado, en parte porque el bastidor está mucho más afinado y en parte porque el agrado de conducción es muy superior al que ofrecía la tercera generación.

Para empezar, hablamos de un coche bastante cómodo, con un buen compromiso entre un escaso balanceo en curva y una buena capacidad de filtrar irregularidades. Si acaso, la suspensión tiende a ser más bien firme, pero eso es casi inevitable en un coche de esta altura si no queremos perder el control en curva.

La dirección nos facilita un cierto nivel de información, aunque no es para tirar cohetes

El tacto de la dirección es notablemente distinto del que presentaba el anterior Sportage. Por una parte, sigue siendo una dirección muy ligera, ligerísima diría yo, con la que resulta muy sencillo maniobrar en parado o manotear en marcha. No es especialmente directa, pero sí acorde con las pretensiones familiares del coche.

Una vez en curva, el comportamiento (obviamente subvirador) cuenta con un nivel de adherencia tenaz, y se resiste a perder la trayectoria como un gato panza arriba, hasta que finalmente desliza de forma gradual y controlada el tren delantero en primer lugar. Los neumáticos 245/45 19″ tienen parte de la culpa y son de serie en la versión GT Line.

La circulación en línea recta es ahora relajada y natural. La dirección es más precisa

La información que recibimos de la dirección es más bien escasa, pero nos basta para hacernos una idea aproximada del nivel de adherencia restante. Una prueba en mojado sería lo suyo para comprobar si ese mínimo nivel de información es suficiente, pero en todo caso me ha gustado mucho más que su anterior versión.

Otra característica muy mejorada, aunque parezca chocante, es su capacidad para circular en línea recta. Con el anterior Sportage la dirección era imprecisa y nos obligaba a realizar correcciones constantemente para mantener el carril en autopista, mientras que ahora esta operación resulta relajada y natural y el coche va por donde tiene que ir con el volante prácticamente inmóvil.

Prueba Kia Sportage 2016

El aparcamiento autónomo en paralelo y batería es una gran ayuda

En ciudad es bastante cómodo. La dirección es ligera, como ya hemos comentado, al igual que el embrague, lo que permite una conducción sin esfuerzo en arranque-parada o maniobras. Acompaña un buen radio de giro, a pesar del incremento de batalla que ha sufrido el coche y en todo caso se percibe como un coche bastante pensado para ciudad, y el detalle del aparcamiento autónomo en paralelo y batería es una gran ayuda.

Precios del nuevo Kia Sportage

Compartimos a continuación la tabla de precios facilitada para España, en el momento de su lanzamiento.

Kia Sportage 2016 Precio (con descuento + plan PIVE) I.M.
1.6 GDi BASIC 4×2 (132 cv) 18.002 € 4.75%
1.6 GDi CONCEPT 4×2 (132 cv) 18.852 € 4.75%
1.6 GDi DRIVE 4×2 (132 cv) 21.452 € 4.75%
1.6 GDi EMOTION 4×2 (132 cv) 24.152 € 4.75%
1.6 T-GDi GT Line 4×4 (177 cv) 29.360 € 9.75%
1.6 T-GDi DCT GT Line 4×4 (177 cv) 31.360 € 9.75%
1.7 CRDi CONCEPT 4×2 21.036 € 0%
1.7 CRDi DRIVE 4×2 23.635 € 0%
1.7 CRDi EMOTION 4×2 27.235 € 0%
2.0 CRDi GT Line 4×2 (136 cv) 28.552 € 4,75%
2.0 CRDi GT Line 4×4 (136 cv) 30.552 € 4,75%
2.0 CRDi GT Line 4×4 (185 cv) 33.552 € 4,75%
2.0 CRDi Aut GT Line 4×4 (185 cv) 34.860 € 9,75%

Conclusiones

El nuevo Kia Sportage no decepciona, aunque la gama de motores diésel no está aún a la altura de la competencia

El nuevo Kia Sportage no decepciona. Es un familiar completo y redondo, que ha sabido aprovechar la inercia de su anterior generación para presentarse ahora como un producto renovado y mejor, mucho más pulido en sus flancos más débiles y reforzado en aquellos aspectos que ya eran fuertes. Convence.

Con una gama de motores diésel que no está todavía a la altura de lo mejor de la competencia como único “pero”, la propuesta estética, técnica y práctica del Kia Sportage me parece la de un producto ganador, destinado a venderse por millones, y que sube el listón de la categoría en calidad y acabados hasta dejarlo a un nivel de coche semi-premium.

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¿Es mejor que un Nissan Qashqai, el líder de ventas del segmento? A mí me ha convencido bastante más

Finalmente, la gran pregunta que todo el mundo debería hacerse antes de comprar un coche en este segmento: ¿es mejor que un Nissan Qashqai, el líder de ventas frente al que todos los demás han de compararse? Pues yo creo que sí, o al menos a mí me ha convencido bastante más.

Que hable ahora el mercado.


Vídeo destacado del Kia Sportage

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David García Artés

David comenzó a trabajar en Diariomotor en junio de 2011, escribiendo artículos casi como hobbie, en lugar de ver la televisión después del trabajo. Poco a poco fue ganando responsabilidades, primero como coordinador editorial en Tecmovia, más tarde como probador (nunca ha dejado de serlo) y finalmente como Director General desde julio de 2020. Es economista (1998) e ingeniero (2011) de formación. Seguir leyendo...

Firma de David García Artés
Vista diagonal delantera del Kia Sportage, diseño moderno y atractivo.
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