Es posible que alguna vez te hayas preguntado si es real el mito de la durabilidad de los Mercedes-Benz de antaño. Muchos conductores de Marruecos aún conservan antiguos Mercedes-Benz, con millones de kilómetros a sus espaldas, y motores originales, como un fugaz recuerdo y una prueba de que sin lugar a dudas hubo tiempos que, en muchos aspectos, sí fueron mejores. Mohamed El Bacha es un taxista de Essaouira, ciudad costera de Marruecos, y en los últimos 25 años ha estado conduciendo como mínimo 500 kilómetros diarios en su flamante Mercedes-Benz 240 D construido hace más de 40 primaveras. Según su propio propietario, en todos estos años jamás le ha dejado tirado, y aún conserva su motor original, tras haber recorrido millones de kilómetros.
Mercedes-Benz ha recuperado esta historia tan peculiar para recordarnos cómo muchos de sus vehículos de antaño aún prestan servicio en diferentes localizaciones del mundo, poniendo a prueba al concepto de obsolescencia. E independientemente de que resulte más o menos creíble la historia completa de su protagonista, es indudable que la pasión que profesa por su coche es difícil de encontrar en este nuestro Viejo Continente, donde nos hemos acostumbrado a que un automóvil sea un bien de consumo que hemos de cambiar cada X años, y en el que cumplir más de una década de antigüedad no logra otro objetivo que el de acercarlo a su achatarramiento, al desguace.
Mohamed perdió hace tiempo la cuenta de los kilómetros que ha recorrido su automóvil, aunque no duda de que estos se cuentan por millones. El contador de kilómetros dejó de funcionar hace años, pero al parecer aún conserva el motor original con el que lo compró hace 25.
Aunque Marruecos ya ha sustituido buena parte de su flota de taxis por modelos compactos modernos, en Essaouira aún se conservan 400 taxis Mercedes-Benz clásicos de los años setenta y ochenta, generalmente de las generaciones W 115 y W 123. Son vehículos muy fiables, y nada traicioneros, que avisan con suficiente antelación de todos aquellos problemas que surjan con el tiempo. En la ciudad hay un buen suministro de piezas originales, y talleres con experiencia en el trabajo sobre estos coches. Los taxistas de la zona habrían desarrollado técnicas increíbles para evitar la grúa, como la de cargar el maletero con piedras para estabilizar el coche y poder recorrer aún unas decenas de kilómetros hasta el taller en caso de avería en la transmisión.
Marruecos sigue trabajando en la renovación de su flota de taxis. Pero mientras tanto Mohamed sentirá dolor en su propio cuerpo cada vez que un pasajero cierre con fuerza y despreocupación una puerta, o la tapa del maletero. Seguirá confiando en un coche que, desde que lo adquiriera en un estado de conservación bastante dudoso hace ahora 25 años, probablemente habrá pasado más tiempo con él que su esposa o cualquier miembro de su familia.
Una historia que en cierta medida nos devuelve la ilusión, y nos recuerda la pasión que se profesaba por el coche en España hasta hace apenas unos años. Historias que muy probablemente jamás volverán a vivirse en los coches modernos, en los que la tecnología habrá traído consigo muchas ventajas, pero también hacer que aspectos como fiabilidad y durabilidad sean cuanto menos discutibles.
Fuente: Mercedes-Benz
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