Vas tranquilamente por la autopista, a 120 km/h y de repente escuchas un fuerte golpe en alguna de las ruedas. Instantáneamente el coche empieza a agitarse y notas que pierdes el control. Una de tus ruedas ha sufrido un reventón. La causa puede ser de lo más variado, desde un trozo de metal en el asfalto, a un bache. O simplemente un neumático dañado que ha dicho basta. Es una situación peligrosa que puede desembocar en un accidente grave. Te damos cinco consejos con los que evitarás un accidente si uno de tus neumáticos revienta.
1) No pierdas la calma: debes detener el coche lo antes posible
En cuanto percibas que una de tus ruedas ha reventado, no debes perder la calma. Notarás que la dirección del coche empuja hacia un lado de forma marcada y que la suspensión del coche flanea. Es imperativo que detengas el coche lo antes posible, un neumático reventado no es seguro para conducir siquiera unos pocos kilómetros. Además de destrozar tu llanta, el neumático puede perder trozos que destrocen tu suspensión o lleguen incluso a bloquear la rueda. Además, estos trozos de neumático son muy peligrosos para otros conductores.
2) No frenes con fuerza, decelera suavemente
Para detener el coche, no frenes con fuerza. Con un neumático reventado, tanto el ABS como el control de estabilidad pierden parte de su efectividad, y un frenado podría provocar una pérdida completa de control. No quieres hacer un trompo a 100 km/h, porque resultará en accidente casi seguro. Debes frenar con suavidad y dejar que el freno motor actúe lo más posible. Una frenada muy gradual evitará que pierdas el control y puedas modular correctamente la dirección del coche hasta que te detengas a un lado de la carretera.
3) Maneja con suavidad la dirección del coche
No des volantazos con un neumático reventado. Es peligroso tanto si sucede en las ruedas delanteras como en las traseras, y en ambos casos un volantazo podría terminar en un trompo. Da igual que tu coche tenga control de estabilidad, la pérdida de control puede suceder igualmente. Mantén la calma y sujeta el volante con fuerza, ya que el coche tenderá a irse hacia un lado. Vence suavemente la resistencia del coche y acércate a uno de los lados de la carretera, el que sea más seguro para detenerte.
4) Señaliza tu posición e intenta cambiar la rueda si es posible
Tras detenerte a un lado de la carretera, comprueba que estás en un lugar seguro. Pon los warnings del coche, ponte el chaleco reflectante reglamentario y señaliza la posición de tu coche con sus triángulos. Si el lugar es seguro, intenta cambiar la rueda de tu coche, si es posible. Los kits antipinchazos no sirven para nada en este caso, sólo una rueda de repuesto completa – o tipo galleta – será de ayuda. Si tu coche no dispone de ella o el lugar no es seguro para hacer el cambio, es mejor que llames a la asistencia en carretera.
5) Minimiza las posibilidades de reventón: cuida tus neumáticos
Lo mejor para minimizar las posibilidades de un reventón es tener unos neumáticos en óptimo estado. Aunque un clavo o un trozo de metal siempre pueden jugarte una mala pasada, un neumático sin «bollos», sin cortes, con un dibujo y una presión correctas son tus mejores aliados. Especialmente relevante en este caso es que evites bordillazos que puedan deformar el neumático o abrir cortes en la banda de rodadura o flanco, debilitando la estructura del neumático. Un neumático con presión inadecuada también es más propenso a reventones.
Recuerda que pasar más rápido de la cuenta por resaltos y badenes es muy perjudicial para los neumáticos y podría propiciar situaciones así. Y recuerda que un reventón en un neumático no se puede reparar, nos tememos que te tocará comprar un neumático nuevo.
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