Admitámoslo. El segmento de las berlinas tradicionales no es lo que era. Hace unos años era el segmento líder por excelencia, pero hoy en día muchos compradores se han ido a los SUVs o a los crossover. Aunque las ventas de este tipo de coches han disminuido, sigue siendo el favorito de flotas, profesionales y compradores tradicionales. Y sigue siendo uno de los mejores vehículos para hacer viajes largos. El Hyundai i40 ha sido recientemente renovado, y nos preguntamos si este coreano puede ser motivo de preocupación para los reyes del segmento.
Los Hyundai y los KIA son hoy por hoy coches que disfrutan de muy buenas ventas y reputación en nuestro mercado. Atrás quedaron los años de la baja calidad, y de la mala reputación sobre estos vehículos asiáticos. El Hyundai Sonata es uno de los vehículos más vendidos de Hyundai a nivel global, y es lo que tenemos entre manos hoy mismo, bautizado como i40 para el mercado europeo. Tras su lavado de cara de 2015, la berlina coreana estrenaba un motor 1.7 CRDi turbodiésel de 141 CV, y una caja de cambios de doble embrague y siete relaciones.
Es precisamente la combinación de carrocería y motor que tenemos entre manos, diseñada como torpedo para la línea de flotación de los Volkswagen Passat, Opel Insignia y Ford Mondeo, actualmente los líderes de este segmento tan tradicional. La unidad que hemos probado tenía unos 10.000 km en el odómetro, y estaba configurada en un acabado intermedio denominado Tecno. Aunque se ofrece en versión CW de carrocería familiar, hemos probado un tres volúmenes. ¿Es realmente capaz de amenazar a los líderes del segmento?
Una propuesta atractiva
El Hyundai i40 ha sido recientemente rediseñado, y es obligado decir que el lavado de cara le ha sentado bien. Con una imagen actualizada a los actuales cánones estilísticos de Hyundai, nos encontramos con una calandra de rasgos afilados, flanqueada por dos conjuntos ópticos con LEDs diurnos como acento. Mención merecen los antinieblas, que en este caso son también una tira de LEDs. Su perfil aún muestra los rasgos orgánicos estrenados allá por 2009: este i40 es un lavado de cara en profundidad de aquél.
Aunque aún hay rasgos de aquél lenguaje de diseño «fluidic design», quedan reducidos a este perfil lateral ascendente de formas suaves. La tecnología LED también llega a unas ópticas traseras bonitas, y de muy buena visibilidad nocturna. Es un coche discreto, pero en un segmento dominado en extremo por la sobriedad destaca con respecto a la competencia con una imagen algo más exótica. Pasando a su interior, descubrimos que el lavado de cara ha sido especialmente intenso en lo tocante a las tecnologías.
Es el caso del sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil, en la que incluso tenemos widgets y una interfaz amable para el usuario. Si bien es sencilla de usar, tengo algunas quejas en lo tocante a su ergonomía: es necesario estirar mucho el brazo para realizar algunas acciones. El botón de los modos de conducción queda algo apartado igualmente, pero no me preocupa al ser un botón que sólo ocasionalmente se usa. El resto de controles tiene una disposición muy lógica y son muy sencillos de utilizar.
Todo está a mano en un puesto de conducción cómodo y con muchas posibilidades de regulación. Es amplio para personas altas y convence la calidad con la que está terminado el salpicadero. Si bien la presencia de plásticos duros es abundante, están bien rematados y parecen sólidos. Si bien la abundancia de detalles en plástico satinado es grande en la consola central, la zona que más habitualmente tocamos – controles de climatización e infoentretenimiento – está construida en plásticos mucho más sufridos.
También me ha gustado la abundancia de huecos donde dejar objetos. Desde una portezuela delante de la palanca de cambios a varios huecos entre los dos asientos. Aunque ocultos a la vista, es sencillo vaciarnos los bolsillos en este Hyundai i40. La instrumentación está a caballo entre los Hyundai de la anterior generación y los de nueva generación, con relojes analógicos con centros LCD, y una pantalla TFT a color en la que se muestra información de infoentretenimiento así como el ordenador de a bordo. Sin quejas de usabilidad.
El Hyundai i40 es un coche cuyo principal fuerte son los viajes. Lo tengo muy claro. Su maletero tiene 505 litros de capacidad – en la media del segmento – y se puede abrir de forma remota desde el habitáculo. Un buen detalle es que los asientos traseros se sigan pudiendo abatir. Las plazas traseras de esta berlina son muy amplias. Incluso con personas altas en los asientos delanteros hay espacio de sobra para las piernas de los que van detrás. Además, el acceso y egreso es sencillo: las puertas se abren mucho y no dejan recovecos.
Un corredor de fondo con 141 CV diésel
Arrancamos el motor, y un sonido clásico a diésel llega a nuestros oídos. El motor 1.7 CRDi con turbocompresor de geometría variable no es demasiado agradable al ralentí y vibra ligeramente. Es una evolución del conocido 1.7 CRDi, que nunca fue el colmo de los refinamientos. No obstante, es un motor que en marcha es agradable, y en su evolución de 141 CV, se muestra muy voluntarioso – y sorprendentemente elástico, llegando a las 5.000 rpm – desde las 1.300 rpm gracias a sus 340 Nm de par motor entre las 1.750 rpm y las 2.500 rpm.
Con su caja DCT de doble embrague, hace el 0 a 100 km/h en 10,8 segundos, medio segundo más lento que en sus versiones con caja de cambios manual. El consumo medio homologado es también medio litro superior a su versión manual, con 4,8 l/100 km declarados. No sería demasiado problemático, aunque por esta homologación superior, debe pagar un 4,75% de Impuesto de Matriculación, del que su hermano manual está exento. La diferencia de precio entre ambas versiones es de 2.100 euros – a igualdad de motor y acabado.
En ciudad el coche sufre a causa de una visibilidad trasera mejorable, son 4,75 metros y las maniobras de aparcamiento requieren de cierta práctica – la cámara de visión trasera ayuda, pero no mejora su visibilidad en incorporaciones. Ninguna queja acerca de una suspensión de tarado confortable y neumáticos de perfil alto montados sobre llantas de 16 pulgadas. No vamos a sufrir lo más mínimo en los baches de nuestras calles agrietadas, y tampoco sufriremos más de lo debido cuando toque cambiar neumáticos.
Lo que no me deja buen sabor de boca es el comportamiento de embragado y desembragado de la caja DCT, por ejemplo al realizar maniobras de aparcamiento. Es brusco y poco intuitivo. Es en la carretera abierta donde el Hyundai i40 saca lo mejor de sí mismo. A 120 km/h gira a poco más de 2.000 rpm y en el recorrido de pruebas habitual, arrojó un consumo medio de sólo 5,0 l/100 km, y contando con desniveles importantes. Se siente pleno de potencia, y si bien sus prestaciones no asombran, nunca se revelan como insuficientes.
Tiene un modo de conducción Eco, un modo normal y un modo Sport, que actúan sobre la respuesta de motor y caja de cambios, sin variar la dureza de la dirección. El modo normal es en el que la caja de cambios gira a un régimen más cómodo, mientras que en el modo Eco se me antoja demasiado conservadora, sin apenas subir de régimen el motor. Con el modo Sport activado, una carretera de curvas me dejó buen sabor de boca, si bien el coche adolece de una dinámica carente de emociones. Es completamente seguro, predecible y eficiente.
Le falta un poco de chispa en definitiva, pero entiendo que no es lo que busca el comprador de una berlina de suspensiones confortables calzada con neumáticos de baja resistencia a la rodadura. Lo que busca es lo que el Hyundai i40 hace a la perfección: realizar viajes largos con una gran comodidad y un bajo consumo. El precio de esta berlina con el acabado Tecno y un equipamiento muy abundante es de 25.694 euros, contando que lo financiemos y nos acojamos al actual Plan PIVE. Es un precio realmente competitivo.
Si tenemos otro Hyundai en casa, podemos recibir un descuento adicional de 726 euros. El precio es la principal baza de este Hyundai i40, así como un equipamiento cerrado y muy abundante, en el que prácticamente sólo echo de menos los asientos de cuero y unas llantas algo más pintonas. En un acabado superior es posible equipar un sistema de infotainment con Android Auto, aunque el precio ya se va a algo más de 31.000 euros. Si no es un inconveniente, sí que lo escogería con caja de cambios manual, por la diferencia de precio y consumos.
¿Deben preocuparse Passat y compañía? Son rivales más avanzados en lo tocante a asistencias a la conducción y posibilidades de personalización. También son rivales más tecnológicos y con una variedad de motores muy superior, si bien notablemente más caros. Donde el Hyundai i40 brilla es un precio muy competitivo para el que quiera una berlina cómoda sin complicaciones y con todo el equipamiento necesario. Cuando se ponga a la venta la siguiente generación es cuando los europeos se tendrán que preocupar de verdad.
En Diariomotor: