Cuando un fabricante toma una decisión estratégica a la hora de planificar su gama, esa decisión tiene consecuencias. Una marca no siempre va a poder colmar las expectativas de los puristas, y de aficionados que desean ver buenos deportivos, que difícilmente jamás van a poder comprar. Decisiones de ese tipo, están condicionadas a que otros modelos de volumen garanticen la estabilidad financiera de la marca. Aunque a todos nos gustaría que los fabricantes también invirtieran más en competición, esas inversiones no siempre son posibles. Dicho todo esto, es probable que te estés preguntando por qué hemos de estar tan agradecidos al Cayenne, y qué tiene que ver con el Porsche Carrera GT. También te estarás preguntando cuáles fueron los 6 acontecimientos, y los fracasos, que llevaron a Porsche a producir el Carrera GT.
1. Tal vez te sorprenda que hablemos de Porsche en competición empleando el término fracaso. Porsche es una de las marcas más laureadas del automovilismo, un fabricante que cuenta sus participaciones por victorias. En 1991, Porsche era el proveedor oficial de motores del equipo Footwork (más adelante Arrows). La experiencia con un motor V12 en 1991 fue tan negativa, probablemente por una falta de entendimiento entre el equipo y el motorista, que Footwork prescindió de los servicios de Porsche y terminó la temporada utilizando los motores Cosworth. Mientras tanto, Porsche ya estaba trabajando en un motor V10 para el año siguiente, que obviamente jamás vería la luz.
2. Años más tarde, Porsche decidió que aún cabía la posibilidad de dar una oportunidad a aquel motor V10. Y según parece comenzó a trabajar en secreto en un nuevo prototipo de Le Mans que estaba llamado a suceder a los antiguos 911 GT1 y WSC-95 en 1999. Dicen que dos días después de sus primeras pruebas, Porsche canceló su programa de resistencia, y su participación en las 24 Horas de Le Mans.
3. Hilado con el anterior nos encontramos con un tercer acontecimiento. Porsche optó por centrar todas sus inversiones en un producto muy rentable. Y encontró su gallina de los huevos de oro en un Porsche Cayenne que además involucraba a Volkswagen y Audi, y aprovechaba las sinergias para situar este producto en una posición aún más competitiva.
4. Un cuarto acontecimiento, que deberíamos coger con alfileres, es aquel que según las malas lenguas asegura que fue el propio Ferdinand Piëch el que conminó a cortar de raíz el proyecto de Le Mans para evitar que hiciera competencia al nuevo prototipo de resistencia de Audi.
5. El quinto acontecimiento fue, sin lugar a dudas, la presentación de un prototipo en el Salón de París de 2000 que dejó atónitos a los que acudieron a la cita francesa. Los ingenieros de Porsche aún se resistían a guardar en un cajón aquel motor V10 que inicialmente estaba destinado a la Fórmula 1. Aquel prototipo no era otro que el Porsche Carrera GT, un deportivo de motor central V10 realmente espectacular, que ponía a Porsche en la senda de producir uno de los deportivos más impresionantes de su historia. La acogida fue tan buena, que Porsche no tuvo más remedio que hacer números y pensar en dar luz verde a su desarrollo.
6. El sexto acontecimiento, decisivo en el nacimiento del Porsche Carrera GT, fue la constatación de que el Cayenne estaba siendo todo un éxito comercial. La producción del Porsche Cayenne había comenzado en su nueva fábrica de Leipzig, que a su vez era el lugar más adecuado para producir un deportivo como el Carrera GT, en una tirada muy limitada y a un precio que justificase la inversión. Con eso, y con la tranquilidad que ofrecía a Porsche el hecho de estar comercializando un producto que además de gozar de cifras realmente elevadas, era muy rentable, Porsche confirmaría finalmente la producción del Porsche Carrera GT, del que se produjeron unas 1.270 unidades desde el año 2004.
El resultado, uno de los deportivos más bestias de Porsche. Uno de los deportivos con un sonido más contundente que hayamos podido escuchar, con un bramido que probablemente te recuerde a los Fórmula 1 de otras épocas.
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