Ferrari ya no es la misma marca ultra-exclusiva que era hace unos pocos años. Lejos quedó el límite tácito de 4.000 unidades al año de producción máxima. Marchionne se encargó de eliminar dicha restricción, y en 2015 han fabricado más de 7.000 unidades. Con Ferrari cotizando en bolsa – aunque el grueso de las acciones sigue siendo propiedad del Grupo FCA – la marca mira hacia un futuro con mayor volumen, y plagado de retos. Es por ello que sus últimas patentes revelan el desarrollo de una interesante arquitectura común, entre otras cosas.
Las claves del futuro de Ferrari podrían resumirse en cuatro puntos.
1) Una plataforma común
El desarrollo más importante de Ferrari en los últimos años, sin duda alguna. Con el sucesor del F12 Berlinetta – el que ya describimos como el último Ferrari a la vieja usanza – se estrenará una nueva plataforma común, de la que partirán el resto de modelos en un futuro. Según revela Autocar, se basa en una estructura común para el cockpit del vehículo, que podrá estar construida tanto en aluminio como en fibra de carbono. Esta estructura servirá como denominador común para vehículos de motor delantero o motor central trasero, además de híbridos.
Entendemos que el aluminio se reservará para vehículos de acceso, mientras que la fibra de carbono quedará reservada a superdeportivos de altos vuelos, incluso al sucesor del LaFerrari. A este cockpit se unirán los diferentes subchasis, permitiendo con una misma plataforma común construir coches como el California T o el 488 GTB. Estos subchasis se montan al cockpit modular mediante barras situadas transversalmente, y abaratarán tanto la producción del vehículo como las reparaciones en caso de accidente.
2) Híbridos de altas prestaciones para un futuro enchufable
El futuro de Ferrari pasa por los híbridos. Las ciudades del futuro tendrán restricciones severas al tráfico de vehículos de combustión interna, y es donde viven la mayor parte de adinerados dueños de Ferrari. Por ello, Ferrari prepara el lanzamiento de vehículos híbridos, que incluso podrán ser enchufables, circulando en modo eléctrico durante un número de kilómetros moderado. Ciudades como Londres han anunciado que para 2025 podrían cerrar el centro de la ciudad a vehículos que no sean eléctricos o híbridos enchufables.
La plataforma común de Ferrari soluciona esta problema mediante la creación de un espacio para baterías en la misma. Para que el centro de gravedad no empeore y los asientos sigan estando situados lo más cerca posible del suelo, las baterías cilíndricas – cientos de células independientes – se montarán en los laterales del cockpit, actuando como elementos autoportantes en un cockpit construido en fibra de carbono. En caso de accidente, se desconectarían entre sí, impidiendo problemas mayores y facilitando reparaciones.
3) Hasta 9.000 coches al año… de momento
Hasta el momento, Ferrari tenía un número limitado de unidades producidas al año, con el objetivo de mantener la exclusividad. Tras su oferta pública de venta, y el creciente desinterés global en la Fórmula 1, el límite productivo se elevará hasta más de 9.000 unidades al año. Por el momento. Ferrari necesita retener una imagen exclusiva y aspiracional, pero sabe que tendrá que vender más coches para sostenerse financieramente con una división de competición que cada año que pasa es menos rentable. Si Enzo levantase la cabeza…
4) Vuelve el Ferrari Dino y sus seis cilindros
Ferrari lanzará un vehículo al año hasta 2018, y es hasta donde podemos leer. Uno de sus primeros lanzamientos será un sucesor del mítico Dino. Un deportivo de acceso, posiblemente con unos 500 CV de potencia y motor V6 turboalimentado. Sí, el motor 2.9 V6 Biturbo del Alfa Romeo Giulia QV tiene muchas papeletas de acabar montado en todo un rival de motor central para los Porsche 911. Con un precio de en torno a los 150.000 euros, dará a Ferrari parte del volumen que necesita para alimentar a su futuro. Interesante como poco.
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