ZF y TRW – dos importantes proveedores de piezas para la industria del automóvil – se encuentran inmersas en el desarrollo de airbags exteriores para el coche. Estos airbags se desplegarían en caso de que se detecte un impacto inminente contra la carrocería, y minimizaría su violencia en hasta un 30%. Esta tecnología está aún en pañales, pero ambas empresas mostraron un prototipo en el CES de Las Vegas y aunque desconocía el dato, en SEAT llevan tiempo trabajando en ella. ¿Qué nos depara el futuro de la seguridad pasiva?
Hasta ahora, el único precedente de airbags exteriores es el del Volvo. Sólo se ha montado en el Volvo V40, y está diseñado para proteger a los peatones en atropellos a menos de 50 km/h. El capó se levanta unos centímetros y el airbag acolcha la zona de los limpiaparabrisas así como los dos pilares frontales, minimizando las heridas a los peatones. Es una tecnología cara y el Volvo V40 ha sido el único vehículo en equiparla hasta la fecha. Volvo ha preferido centrarse en tecnologías que prevengan el accidente, más que sus consecuencias.
¿Cómo funciona un airbag externo?
Aunque Volvo no ha seguido investigando esa línea de airbags externos, SEAT sí lo ha hecho. AutoExpress nos lo contaba hace tiempo. Estos airbags detectan el impacto inminente del coche contra otro objeto, y se deben desplegar antes del impacto. Es la principal diferencia con los airbags situados en el interior del coche, que se despliegan milisegundos después de que los sensores de impacto detecten que ha habido un accidente de consideración. La puesta a punto de dicho sistema de desplegado previo al impacto es uno de los retos de esta tecnología.
Otro reto es el packaging de dichos airbag. ¿Dónde irían montados? ZF y TRW optan por compartimentos ad hoc en los pasos de rueda o faldones laterales del coche. Son airbags grandes – de unos 200 litros de capacidad – y ocupan más sitio que los airbags del interior del vehículo. Además, deben soportar la corrosión de la sal y las inclemencias meteorológicas, al estar mucho más expuestos a los elementos que otros airbags. Su desarrollo continúa, así como otras técnicas que minimicen la violencia de los impactos laterales.
Los proveedores también exploran otras opciones para minimizar el daño en impactos laterales. Por ejemplo, dispositivos pirotécnicos que alejan el asiento de las puertas, o tubos de acero en el interior de las puertas que se «inflan» aumentando su diámetro en caso de accidente. Lo que está claro es que hasta el advenimiento del coche autónomo, seguiremos necesitando protegernos en caso de accidentes y los proveedores siguen trabajando en líneas de negocio que les aportarán muchos millones de euros a medio plazo.
Fuente: Automotive News
En Diariomotor:
