Petrolhead, una palabra anglosajona cuya traducción literal sería «cabeza de gasolina». Se usa para definir a los que vivimos intensamente el mundo del automóvil. Apasionados del motor, de las sensaciones, de los coches de verdad. Somos afortunados por poder disfrutar de este bonito hobby, de esa enorme comunidad de aficionados que cada día nos juntamos en Diariomotor. Por eso os hemos preparado un pequeño homenaje, con el que os sentiréis identificados: 14(+1) actitudes que demuestran que eres un verdadero petrolhead.
1) No te quejas de las curvas en las carreteras
Tu carretera ideal no es una recta, ni es una autopista. Cuando alguien se queja de la cantidad de curvas que tiene esa carretera secundaria por la que tienen que pasar todos los días, mentalmente estás visitándola con tu coche favorito. Teniendo tiempo, ante una ruta directa por autopista de peaje o un interesante puerto de montaña, no duda un ápice en escoger la segunda opción. Uno de tus pasatiempos ideales es «irte de curvas», el momento en el que sientas esa verdadera conexión con tu coche.
El momento en el que escapas, en el que eres libre.
2) Tu destino vacacional ideal no es Punta Cana… es Nürburgring
Mojitos, playas interminables, sol constante e inactividad prolongada. Unas vacaciones en un resort «todo-incluido» pueden ser la idea de vacaciones ideales, pero no para tí. Posiblemente prefieras ahorrar, coger tu coche y conducir hasta Nürburgring, donde aprovecharás para darle su bautismo de fuego – y sólo después le pondrás la pegatina de turno, es importante. No te vamos a criticar si en vez de Nürburgring prefieres irte a Spa, o a hacer rutas de conducción por España, Portugal o los Alpes, atravesando el mayor número posible de puertos.
3) Tu coche no es lógico a ojos de los demás
Tu coche – o el coche para el que estás ahorrando – no es un vehículo lógico. No lo es a ojos de tus compañeros de curro, no lo es a ojos de tu pareja y seguramente no lo es a ojos de tu familia. Y así es como nos gustan los coches. Puede que sea un biplaza, que sea antiguo y que consuma una cantidad desorbitada de gasolina. Por supuesto que un híbrido es un coche mucho más sensato y racional. Pero es que la vida es demasiado corta como para conducir coches aburridos. Un buen coche debe ponerte una sonrisa en la cara, emocionarte.
4) En vez de mirar escaparates, miras clasificados online de coches
Nunca debemos criticar a nadie por pasarse horas mirando escaparates repletos de ropa. Porque nosotros, amigos míos, hacemos lo mismo. Sólo que lo hacemos tras una pantalla, y en vez de mirar los últimos complementos de H&M, nos pasamos la vida en Autoscout o en Milanuncios. Los clasificados online son un vicio particular, en el que podemos invertir horas. ¿Podría permitirme este coche si vendo mi actual coche? ¿Y si ahorro un poco para ese clásico barato? ¿Cuanto cuestan esas llantas BBS? Y así, horas y horas.
5) Sabes quienes son Chris Harris y Sabine Schmitz
Y te alegraste cuando te enteraste que estarían en el nuevo Top Gear. Aquellos que dudan de la faceta de comunicador de Chris Harris o no lo conocen no son respetados en tu esquema de valores. Por supuesto que sabes quién es «la reina de Nürburgring». Si necesitas que te expliquemos quién es Sabine Schmitz, posiblemente no estés leyendo esto, así que nos la ahorraremos. Ahora bien, no nos preguntes quiénes son los actores que salen en la última serie de La Sexta o quién ganó la última edición de Gran Hermano.
6) Reconoces marca y modelo de coche por el sonido de su motor
«¿Sabes qué coche es por su sonido y luego no te acuerdas de lo que has estudiado?». No me extrañaría que alguna vez te lo hayan dicho. Antes de sacarte el carnet de identidad – que sacaste con 18 recién cumplidos – ya soñabas con el momento de conducir, y mientras caminabas por la calle, eras capaz de identificar el sonido de motor de diferentes coches. No has perdido esta habilidad de la infancia. Llegas hasta el punto de identificar modelo, dentro de una marca. Una especie de juego, en el que casi siempre ganas.
7) Tu coche ideal ya no se fabrica
Seguro que te preguntan habitualmente cuál es tu coche favorito. Como mínimo tendrá cerca de una década. O quizá pertenezca a aquella década dorada para la industria del automóvil, los años 90. Como no podría ser de otra manera, estás buscando comprar el coche de tus sueños, pero con los pies en el suelo. A todos nos encanta el Ferrari F40, pero posiblemente nos demos por satisfechos con un pequeño GTI de los años 90, como el Renault Clio Williams o el Opel Astra GSi. A mí traedme un BMW 635 CSi, por favor.
8) Sabes qué aceite usa tu coche y cuándo toca el siguiente cambio
Cuando te preguntas, les respondes marca y viscosidad como mínimo. En todo momento sabes cuando le toca a tu coche cambiar su aceite y cuantos kilómetros le quedan en este preciso momento. Igualmente, conoces cuál es su consumo de aceite – de tenerlo – y normalmente cambias la sangre de tu motor antes del plazo recomendado por el fabricante. Te preocupas por tu coche, en definitiva. Es uno de los mejores hábitos de un petrolhead, cuidar esa máquina que tantas satisfacciones da – y penas, cuando algo se rompe y toca pasar por el taller.
9) Has hecho algún curso de conducción
O estás ahorrando para un curso de conducción. En las autoescuelas nos enseñan a circular y a obtener el carnet, pero no nos enseñan a conducir. Los cursos de conducción cumplen una valiosa función, que es que sepamos controlar las reacciones de un coche al límite y afrontar situaciones de peligro, en un entorno seguro. Sabes lo que es el sobreviraje y el subviraje, y cómo contrarrestarlos. Puede que incluso hayas hecho algún curso de drifting, de rallyes o de alguna técnica de conducción específica. Y sabes que son una excelente inversión.
10) Tu sábado ideal consiste en limpiar tu coche a fondo
Tras dormir un número prudencial de horas, coges tus bártulos de limpieza y te vas a lavar el coche a mano. Si se tercia, puede que incluso lo enceres. Te habrás tirado tus dos horas repasando tu coche a fondo, y estás muy satisfecho con el resultado. Mucho mejor que pasarse la mañana del sábado tirado en el sofá sin hacer nada. No entiendes a la gente que odia limpiar su coche y se pasa meses con el coche perdido de suciedad, tanto por dentro como por fuera. Tu coche es motivo de orgullo, no una simple herramienta de transporte.
11) Abres Instagram, y sólo aparecen coches
En vez de paisajes exóticos, modelos con poca ropa o selfies de tus amigos, lo único que aparecen en tu Instagram son coches. Lo comprendemos, quieres alegrarte la vista en esos ratos muertos, en vez de ver fotos de gente a la que no conoces. Sigues a multitud de cuentas de inspiración automovilística – hemos hecho una selección en este artículo – y cuando subes fotos, una buena parte de ellas tienen como protagonistas a máquinas de cuatro (o dos) ruedas. Seguro que no te han dicho una sola vez aquello de «sólo subes fotos de coches».
12) Planificas tu ruta en función del estado del firme
He de reconocer que esto puede ser una obsesión personal. Conozco bien mi ciudad, y conozco las calles más bacheadas. Además de saber su secuencia de baches – con el objetivo de evitarlos – modifico mi ruta para evitar pasar por esas calles, aunque sean las más directas. No queremos que nuestro coche sufra el deteriorada estado del firme que en general profesa nuestra red viaria. Y muchas ciudades cuentan con zonas que dan auténtica pena. Sabes lo malos que son para la suspensión de tu coche.
13) Captas los fallos de continuidad en las películas
Los fallos de continuidad automovilística, quiero decir. El otro día, estaba viendo un capítulo de «Narcos», ambientado dicho capítulo en el año 1989. Cuando vi un Ford Bronco del año 1992, una pequeña parte de mí se quedó defraudada con los productores de la serie – que es excelente de otra manera. Otro caso mucho más obvio y flagrante se da en «Dallas Buyers Club», también ambientada en los años 80. El protagonista está sentado en una oficina, y detrás de él, hay un poster colgado con… ¡un Lamborghini Aventador!
14) Miras a tu coche cuando lo dejas aparcado
Si no echas la vista atrás cuando dejas aparcado tu coche en el garaje, definitivamente te has equivocado de coche. Volvemos al mismo concepto: tu coche no es un electrodoméstico de transporte, es una máquina por la que profesas devoción, con la que te sientes identificado. Da igual que sea un «trasto» a ojos de los demás, es tu coche, y lo has comprado porque te gusta. Ojo, no es incompatible que tu coche sea una herramienta de transporte. Da igual que sea un SUV diésel, si lo ves con buenos ojos, no te has equivocado de coche.
14+1) Lees Diariomotor
Porque todos los que hacemos Diariomotor somos petrolheads. No es posible dedicarse a esta profesión sin tener verdadera pasión por el automóvil. Y nos enorgullecemos de nuestros lectores, tanto o más apasionados.