El desastre de Chernobyl conmocionó al mundo en el ya lejano año 1986. Aunque algunos no habíamos nacido, preguntad a aquellos que lo vivieron y tendrán vivencias muy marcadas del desastre. La radiación que se propagó por la zona causó todo tipo de problemas de salud y alcanzó a toda Europa, propagada por la atmósfera. Las labores de limpieza se cobraron cientos de vidas – los famosos liquidadores – y dejaron cientos de vehículos irradiados. Ahora, esos vehículos han desaparecido de forma un tanto misteriosa. ¿Qué ha pasado?
Tras el escape radiactivo, se construyó un muro de contención, un sarcófago de hormigón para los restos del desgraciadamente famoso reactor número 4 de la central nuclear. Esta construcción no comenzó hasta que los restos de combustible nuclear no dejaron de arder y la situación no estuvo bajo control. Hay vídeos escalofriantes de estas operaciones, filmados desde un helicóptero. Varios equipos llegaron a adentrarse a apenas metros de la fuga, sacrificando sus vidas en el proceso. La radiación mataba en cuestión de minutos.
El problema de la radiación es que es invisible, pero es extremadamente duradera y tarda miles de años en desaparecer de forma natural. Los vehículos expuestos a estas labores quedaron completamente irradiados, y fueron estacionados en la zona de exclusión de Chernobyl, un área de unos 30 kilómetros cuadrados en torno a la central nuclear, que incluye la ciudad fantasma de Pripyat. Se estima que unos 1.350 vehículos fueron allí abandonados: ambulancias, vehículos de construcción, helicópteros, blindados, coches.
Un abandono regulado, en un campo vigilado. Esos vehículos no podían ser convertidos en chatarra o usados de nuevo, eran un grave peligro para la salud humana. Durante décadas, permanecieron en ese campo, oxidándose. Años después del desastre, la vigilancia de la zona cesó. Se rumoreaba que muchos vehículos habrían sido saqueados. Los habitantes de la zona se llevaban piezas, motores, etc. Varias imágenes tomadas a través de Google Maps revelan un preocupante hecho: todos los vehículos han desaparecido.
En 2009, las fuerzas de seguridad ucranianas detuvieron a un camión, que estaba extrayendo 25 toneladas de chatarra radiactiva de la zona de exclusión. Un indicio de los citados saqueos. Los miles de vehículos allí abandonados son un caramelo – envenenado – para los chatarreros de la zona. Ya en tiempos recientes, el conflicto en el que Rusia y Ucrania están inmersas ha sido el pistoletazo de salida de los saqueos. Con las fuerzas de seguridad ocupadas en otros menesteres, el cementerio de vehículos ha quedado desierto.
Un reportero de una televisión ucraniana ha recientemente filmado un tanque de las fuerzas ucranianas altamente radiactivo. Una muestra de que muchos de los vehículos abandonados han sido reutilizados en tiempos de conflicto, o convertidos en chatarra que ha sido reciclada mediante su fundición a altas temperaturas en altos hornos. Desgraciadamente, es imposible rastrear el destino final de ese metal radiactivo, que perfectamente puede haber sido exportado, transformado en lavadoras o carrocerías de coche.
Fuente: English Russia
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