Nissan sigue imaginando cómo será el futuro de la movilidad, y nos cuenta que estará dominado por coches eléctricos, conectados y, muy probablemente, autónomos. Nissan ya ha puesto su granito de arena lanzando un coche eléctrico que de alguna forma ha ayudado a la promoción de este tipo de automóviles. Nissan anuncia que a partir del año que viene el Qashqai gozará de funciones de conducción semi-autónoma. Mientras tanto, Nissan también imagina cómo serán las estaciones de servicio del futuro con el apoyo del estudio de arquitectos de Foster + Partners. Y adivina qué, en la «gasolinera» del futuro no habrá gasolina.
Aunque a muchos nos siga sonando lo del coche eléctrico como algo que no va con nosotros, la realidad es que cada vez son más los analistas que ven que el verdadero empujón para la movilidad de cero emisiones está cerca. El gran escollo que aún hay que salvar, y que muy pronto podría salvar la tecnología, es el de ofrecer coches eléctricos de gran autonomía, con baterías compactas y económicas, hasta el punto en que un coche autónomo no goce de una autonomía mucho más reducida que un turismo de gasolina equivalente y que su precio en el concesionario sea, incluso, más económico.
Pero aún seguimos teniendo un problema, ¿cómo se adaptará la infraestructura a la proliferación del coche eléctrico?
Nissan no solo piensa en un futuro en el que las «gasolineras» no tendrán gasolina, sino en un futuro en el que incluso se desdibuja el concepto de estación de servicio. Cualquier calle, cualquier aparcamiento, es susceptible de convertirse en una estación de servicio.
La idea que persigue este vídeo de Nissan, y que plantea expectativas para cumplir en plazos aún muy holgados, allá por 2050, es la de convertir cada plaza de aparcamiento de nuestras calles en un punto de recarga por inducción, en el que baste con aparcar nuestro coche para recargar sus baterías. Coches eléctricos que a su vez estarán permanentemente conectados a una red eléctrica inteligente, alimentada por energías renovables, y en la que los coches eléctricos y sus baterías no ejercerán un mero papel de consumidores de energía, sino también de estabilizadores de la red eléctrica.
La verdad es que estamos ante una descripción muy vaga, de un panorama muy alejado en el tiempo, que además presenta retos económicos, y de competitividad nada sencillos de resolver. En cualquier caso, y si tuviera que mojarme, es probable que imaginase un futuro casi utópico muy parecido al de Nissan.
Mientras tanto lo único que seguiremos viendo es como la sociedad, y la industria, va dando pequeños pasos hasta ese punto en que el coche eléctrico, el hidrógeno, y en general la mal llamada movilidad de cero emisiones (que para ser rigurosos sería de cero emisiones locales) supere a la movilidad en coches de combustión interna.
Fuente: Nissan
En Diariomotor: