Porsche se ha convertido en unos de los fabricantes más contrarios a la especulación y tanto es así que desde hace tiempo trabaja y aplica «remedios» para frenar la burbuja que sufren sus coches más especiales. Así, Porsche sigue trabajando en nuevas ideas y la última de ellas puede ser tan polémica como efectiva, y que Porsche podría dejar de vender sus coches más exclusivos para ofrecerlos únicamente bajo suscripción.
Fue el Porsche 911 R el coche que acabó con la paciencia de Porsche en tanto a la siempre polémica especulación que sufren los coches deportivos. Dado que en su lanzamiento se etiquetó como el último Porsche manual con motor atmosférico, rápidamente se convirtió en el Porsche ideal para ganar dinero en poco tiempo. Tal fue la burbuja que sufrió este coche en que en un momento llegó a quintuplicar su valor, lo que no solo enfureció a Porsche, sino que motivó el desarrollo de un Porsche 911 GT3 con cambio manual, además de un Porsche 911 GT3 Touring Package que pusiese freno a la situación.
Porsche 911
Desde entonces Porsche asegura estar midiendo muy bien a quién vende sus coches más especiales para detectar los casos donde la especulación sea el motivo de compra. Con esta idea pretende no solo premiar a sus clientes más fieles y comprometidos con la idea de disfrutar sus coches, sino apartar a todos aquellos compradores que tan solo buscan el potencial de revalorización. Pero esta estrategia no siempre funciona y el Porsche 911 GT2 RS ha vuelto a poner de manifiesto que la especulación no es fácil de combatir y poco han tardado algunas unidades de esta versión en llegar al mercado de segunda mano con un precio bastante inflado.
Pagar por conducir: punto y final para los especuladores
Ante este panorama y pensando en el futuro de la marca, el CEO de Porsche Oliver Blume ha admitido a Autocar que el modelo de suscripción o pago por uso podría ser la solución al problema de la especulación. Sin hablar de modelos de forma específica, aunque teniendo un nuevo Porsche 911 en el mercado, la propuesta de la firma de Stuttgart sería no solo introducir un modelo de suscripción donde el coche nunca sería propiedad del conductor, sino incluso en el caso de realizar una venta, prohibir la reventa por un periodo determinado tal y como ya están aplicando otros fabricantes como es el caso del Ford GT.