No, no estás viendo el nuevo coche del rapero de turno, estos Rolls-Royce Ghost y Rolls-Royce Wraith se han vestido de negro para ofrecer algo nuevo en el Salón del Automóvil de Ginebra. Bajo el sello Black Badge Edition, en Rolls-Royce han ideado una línea de diseño de matices muy oscuros en contraste con amplios cromados que buscan atraer a un público diferente, un público más joven, aunque idéntico poder adquisitivo para poder conducir un Rolls-Royce como coche de diario.
Que Rolls-Royce esté buscando una nueva clientela más joven no es casual, y es que las marcas de lujo están en proceso de reinvención para atraer a nuevos compradores. En Rolls-Royce han pensado detenidamente cómo captar la atención de esos nuevos y adinerados clientes que hasta el momento no habían barajado la posibilidad de adquirir un Rolls, y la respuesta ha sido esta serie Black Badge Edition que promete ser sólo el principio de una nueva línea enfocada en abrir mercado para Rolls-Royce.
El diseño exterior de los Rolls-Royce Ghost y Rolls-Royce Wraith estrena una nueva pintura negra de acabado brillante que consigue un nivel de profundidad único, una nueva pintura exclusiva de esta edición especial que cuenta con múltiples capas de pintura y laca para conseguir el efecto final de profundidad. Al mismo tiempo se han empleado nuevas terminaciones y acabados en elementos tan emblemáticos como la parrilla frontal y el el emblema del espíritu del éxtasis, luciendo ahora un acabado oscurecido y satinado.
En el interior se ha conjugado nuevas tonalidades, de colores más vivos en su mayoría, para poder confeccionar un habitáculo tan lujoso como vanguardista. Las molduras interiores están terminadas en Piano Black o fibra de carbono, empleando acabados oscurecidos en embellecedores para conferir una nueva imagen.
Pero Rolls-Royce no sólo ha modificado el aspecto de estos dos modelos, sino que también ha mejorado su parte ciclo para mejorar su dinámica. El Rolls-Royce Ghost estrena evolución de su propulsor 6.6 V12 Twin-Turbo con 603 CV y 840 NM, 40 CV y 60 Nm más que el Rolls-Royce Ghost «convencional». Por su lado, el Rolls-Royce Wraith mejora su propulsor 6.6 V12 Twin-Turbo de 623 CV aumentado su par motor hasta los 869 Nm (70 Nm más), e instalando nuevos frenos de mayor tamaño en el tren delantero. Además, ambos modelos estrenan optimizaciones en suspensión, ejes y caja de cambios para mejorar la respuesta y comportamiento.
Fuente: Rolls_royce
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