¿Has oído alguna vez hablar de las casas iceberg? Los millonarios de Londres se han encontrado con un gran problema, bendito problema, que diríamos los que no tenemos que preocuparnos de qué hacer con una ingente cantidad de millones de libras esterlinas, y sí de llegar a fin de mes. Imaginaos que tenéis tantos deportivos y clásicos que ya prácticamente no sabéis donde meterlos. La solución pasaría por ampliar vuestra mansión, hacer un inmenso garaje en el que meterlos todos ellos, pasear entre ellos contemplándolos, elegir qué combina mejor con tu corbata, un Lamborghini amarillo o un Ferrari rosso corsa, etcétera, etcétera. El gran problema está en que la regulación y la política de la big city prohibe hacer ampliaciones para ampliar los edificios de los barrios más exclusivos de la ciudad para preservar el estilo arquitectónico. Es por eso que muchos se preguntaron, ¿cómo puedo ampliar mi casa y mi garaje si no puedo tocar la fachada? Y la respuesta la encontraron rápidamente, haciéndola crecer bajo tierra.
La ingeniosa idea que encontraron los millonarios de Londres pasó entonces por crear auténticas mansiones bajo tierra, que a menudo cuentan con una extensión construida varias veces superior a la que se erige sobre tierra. De manera que muchas mansiones tras cuya fachada se vislumbra una vivienda con cientos de metros cuenta en realidad con miles de metros construidos, inmensas piscinas, boleras, cines, salas de entretenimiento, gimnasios, e incluso increíbles museos automovilísticos.
Precisamente esta última estancia suele ser la más común en algunos de los proyectos que han surgido en Londres y que muchos han definido, con acierto, como casas iceberg.
Cuando te sobra el dinero, está claro que esta preocupación no es ni mucho menos un problema que la técnica no pueda resolver. La clave ahora está en escoger cómo organizarás tu colección de deportivos y cómo los harás descender varios metros bajo tierra.
Para resolverlo, algunas mansiones han escogido la solución más socorrida, la de la rampa, que no es ni mucho menos la mejor si tenemos en cuenta que el espacio a nivel del suelo que tienes es limitado (y quien dice limitado dice de cientos o miles de metros cuadrados). Es por eso que en muchas mansiones están optando por los elevadores, ascensores que se encargan de llevar el vehículo hasta el museo particular de cada mansión. E incluso se han propuesto soluciones tan atrevidas como un inmenso garaje basado en un sistema de organización con plataformas y noria.
Lo verdaderamente inquietante es que, más allá de estos planos publicados por medios como el Daily Mail o The Guardian existe todo un mundo de mansiones soterradas desconocido para la mayoría de los londinenses. Y son muchos los que llevan tiempo alertando (ver The Sydney Morning Herald) de que tras esas plataformas que no dejan de extraer tierra en el jardín de muchas mansiones se esconden proyectos arquitectónicos faraónicos, en algo que va camino de convertirse en la gran obsesión de los londinenses más adinerados, tener la casa más grande e increíble, ya sea por encima o por debajo de la tierra.
Vía: JP Rubio | Menéame
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