¿Qué tiene este desconcertante vehículo para que alguien haya pagado por él 176.000 dólares, el precio de un Porsche 911 GT3 RS en Estados Unidos? Buena pregunta. Lo que ves en estas imágenes es un Peel P50. Según el Guinness de los Records es el coche de producción más pequeño jamás construido. El Peel P50 nació allá por los años sesenta en la isla de Man, con el objetivo de convertirse en una solución de movilidad austera, efectiva, pero sobre todo eficiente. Un coche plagado de curiosidades que resurgiría hace unos años para volver a construirlo y comercializarlo con un precio de partida por debajo de los 10.000€ antes de impuestos. ¿Pero por qué alguien habría pagado cerca de 160.000 euros, al cambio actual, por este coche?
Para empezar hemos de tener en cuenta que estamos ante uno de los coches más exclusivos jamás fabricados. Se produjeron 47 unidades y se estima que actualmente no se conservan más de 26. Este Peel P50 dicen que podría ser la unidad mejor conservada de todas. Uno de sus últimos propietarios lo habría exhibido en un museo de Microcars de Georgia, y se habría preocupado muy mucho por su restauración y conservación, con un acabado de pintura en rojo brillante y los cromados en perfecto estado.
Esta unidad se subastó hace tres años por 120.000 dólares, con lo cual su propietario durante los últimos tres años ha cerrado una operación aparentemente rentable, aún ignorando todos los costes que hayan podido surgir de su mantenimiento.
El Peel P50 gozaba de un motor de dos tiempos y 50 cm3, capaz de desarrollar 4,5 CV, que eran más que suficientes para mover sus escasos 50 kilogramos. El Peel P40 era tan pequeño que su longitud no llegaba al metro y medio. Acerca de su récord Guinness habría que matizar que a día de hoy ya no lo conserva, tras haber sido superado por un artilugio que más que un coche, parece un juguete, el Wind Up!.
Entre los aspectos más curiosos de este coche tenemos el hecho de que goce de un cambio manual de tres relaciones, ¡sin marcha atrás! El Peel P50 no necesitaba de tal cosa al contar con una dirección capaz de girar por completo el vehículo, prácticamente sobre su propio eje. Gracias a su construcción ligera, y su motor sencillo y poco potente, el Peel P50 era capaz de lograr consumos en torno a los 2 litros/100 kilómetros. Una cifra espectacular.
Aún así, la única forma de comprender el precio que ha alcanzado en esta subasta pasa por reconocer que a día de hoy, lejos de ser un coche clásico más, es una auténtica pieza de museo.
Fuente: RM Sotheby’s
Fotografías: Greg Keysar | RM Sotheby’s
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