Chevrolet acaba de presentarnos el impresionante Camaro ZL1. Se trata del Camaro más deportivo de la sexta generación, a la espera de un Z/28 que podría o podría no ser lanzado al mercado. Lleva al extremo las cualidades dinámicas del pony car, así como su potencia. Bajo el capó nos encontramos a un conocido de la gama Corvette – compartiendo propulsores como manda la tradición: un LT4, un 6.2 V8 sobrealimentado por compresor capaz de desarrollar 640 CV. ¿La sorpresa? Una nueva caja de cambios de 10 relaciones.
Preparado para el circuito, de serie
Vayamos por partes. En primer lugar, el Camaro ha pasado por el gimnasio y se ha ejercitado duramente. Su ancho de vías es superior, y toda su carrocería ha sido esculpida gracias al túnel de viento. Varios detalles específicos lo separan con respecto a otros Camaro, como por ejemplo un emblema de Chevrolet hueco. Su kit de carrocería está compuesto por nuevos paragolpes, y un capó con amplias salidas de ventilación. También disfruta de un spoiler fijo sobredimensionado, y un difusor completamente funcional.
Todos estos aditamentos son bonitos y hacen al coche tremendamente agresivo, pero no nos confundamos. Su propósito real es hacer del Chevrolet Camaro ZL1 un coche muy eficaz en circuito. Por ejemplo, sus llantas forjadas de 20 pulgadas son exclusivas para este modelo y están envueltas en gomas muy anchas: Goodyear Eagle F1 Supercar en medida 305/30 ZR20 para el eje trasero. En su tren de rodaje también se incluyen frenos Brembo, con discos delanteros de 390 mm abrazados por enormes pinzas de seis pistones.
El Chevrolet Camaro ZL1 hace gala de la suspensión magnética de la gama Corvette, que lee el asfalto y ajusta la respuesta en tiempo real. También tiene la última versión del Performance Traction Management o diferentes modos de conducción, con un modo de uso exclusivo en circuito. La electrónica también se pone al servicio del conductor en su diferencial autoblocante trasero. Pero la verdadera bomba que permite encajar todas las piezas de este puzzle prestacional está bajo el capó: un small-block V8 sobrealimentado.
Con 6,2 litros de cilindrada y un compresor, desarrolla 640 CV y un gigantesco par máximo de 868 Nm. Se vende asociado a una caja manual de seis relaciones, y opcionalmente estrena una caja automática de 10 relaciones. Lo has leído bien, 10 velocidades en una rapidísima caja de convertidor de par, especialmente puesta a punto para un uso exigente. Hemos visto lo rápido que cambia de marchas en el teaser publicado por Chevrolet ayer mismo, y en un futuro será usada en más vehículos de todo tipo, en la órbita de General Motors.
En su interior, nuevos asientos deportivos y un volante cuyo aro es plano en su parte inferior, forrado en Alcantara. A falta de las primeras pruebas, parece que el Ford Mustang Shelby GT350 tiene motivos muy serios para preocuparse.
Fuente: Chevrolet
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